Secretos - La historia de una acompañante romance Capítulo 89

Inmediatamente llame a Angel.

—Hola mi vida, ya estoy en casa, veo que te has tomado la molestia de adecuar todo.

—Así es, no quería que te estreses por eso, además he buscado una casa lo suficientemente grande, para que tu y Alicia tenga bastante espacio, pero hay algo que debes de solucionar.

— ¿Que cosa?

—Tu amiga también se llama Alicia como haremos para referirnos a cada una.

—Facil, mi amiga Alicia realmente se llama Alison, a ella le gusta que le llamen más Alicia, pero yo le llamaré Alison, así mi Alicia se mantiene con su nombre.

—Perfecto, al final ¿Que paso con Gabriela?

—Le he pagado algunos meses para mientras consigue un empleo, además que le he dejado mis cosas, ella sabe que están bien cuidadas, no se si las conservará o venderá, pero yo tuve eso gestó.

—Aun no me pasa el incidente.

—Sabes, la idea era dejarte desnudó y te quería hechar un poco de lubricante para que creyeras que habías tenido sexo y no lo recordabas, pero Alicia me convenció que no lo hiciera, a tiempo no lo hice, sino se me hubiera desmayado Gabriela.

—Tu si que eres mala.

—El malo eres tú, por haberte dormido y nos dejaste con ganas a las dos y luego solo te vas y ya.

—Pero tu sabes que no me fui porque quise, fue por motivos de negocios, además estando aquí te podré ver más seguido.

En eso entra Alicia a la habitación, me muestra la pantalla de su teléfono y veo que es el detet quien llamaba.

—Amor te tengo que dejar, Alicia me necesita.

—Esta bien, te llamaré luego.

Agarro la llamada y lo pongo en altavoz

—Buenas tardes detective ¿tiene algo de información para mí?

—Así es señorita Lucy, estaba esperando tener más información, pero ya que se han adelantado les diré, el hombre que usted me dejó a investigar se llama Juan Alberto Palacios Santamaría, tiene 37 años, propietario de dos empresas y es accionista de algo que le llaman la corporación, he tratado de investigar que es eso, pero al final todo es un callejón sin salida.

—Con la corporación no se meta, eso no me interesa, pero quiero saber de la parte personal.

—Bueno, el está casado, su esposa estuvo embarazada, pero perdió a su hijo, desde esa ocasión ella se canceló, no quiso volver a sufrir el dolor de perder a un hijo, tiene problemas y por eso no puede tener hijo.

Cuando me dijo lo de la esposa, me impacto, nunca pensé que el estuviera casado y mucho menos que ya había tratado de tener a un hijo antes.

—Señorita Lucy ¿sigue ahí?

—Disculpa, es solo que estoy sorprendida por todo lo que me has dicho.

—Bueno, el ha tenido varias mujeres, algunas lo han tratado de estafar por paternidad, pero no han sacado nada, el les termina haciendo una prueba de paternidad y se da cuenta que mienten.

—Basta, no me digas más, las evidencias que tengas quiero que se las entregues a Alicia, por mi ya tengo lo que necesitó.

—Disculpe señorita Lucy, pero hay algo más que tiene que saber.

—Dilo sin preámbulo.

—El está en proceso de divorcio, pero ya tiene a otra con la que ha decidido casarse.

Eso fue lo último que quise saber.

—Gracias por todo.

Le pase el teléfono a Alicia, ella termino de hablar con el detective y luego le corto, yo estaba como la llorona.

— ¿Porque tuve que creerle? Al final yo solo soy una mercancía para él.

—No diga eso señorita Lucy, de Alguna manera él le ha demostrado a usted cierto cariño.

—No entiendes Alicia, el lo hace para tenerme, yo fui una tonta al permitir que me preñara.

—No me diga que piensa en abortar.

—No, yo no sería capaz de matar a alguien por ese hombre, mi bebé nacerá, pero se criará sin su padre.

— ¿Cómo hará para alejarlo?

—Ya iré viendo en su momento, por el momento tienes que ver cómo el detective te entregará toda esa evidencia, una vez que la tengas necesito que saques una copia y la guardés en otro sitio.

— ¿Pero dónde? Yo no conozco a nadie aquí.

—Puedes alquilar una caja fuerte en algún banco, recuerda que tú estás legal en el país, así que ve y alquila una caja.

Ella siguió mis órdenes sin pensarlo dos veces.

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