Un mes despues.
Sabrina mejoró su salud con rapidez, Jonathan solía visitar muy a menudo, pero no hablaban mucho, él se iba pronto, preguntaba por como se sentía, pro su bebé, pero nada más.
Ella comenzó a acostumbrarse a eso, Fátima planeó todo para la boda, quería casarlos lo más rápido posible, para evitar más habladurías.
Evana miraba a Sabrina por el espejo, observaba su vestido de novia.
—¿Estás segura de que es lo que quieres?
—Tú has sido feliz con Marcus, a pesar de como se dio todo, ¿Verdad? Tal vez tenga suerte, y me pase lo mismo.
Evana bajó la mirada, no sabía como explicar que ella no sentía que era lo mismo, pero quiso no perder la fe por Sabrina
—Bueno, puede ser, yo solo quiero que seas muy feliz, Sabrina.
Ella la abrazó.
—teniéndote como mi cuñada, seguro lo seré, me darás consejos, me ayudarás, Evana, gracias por todo.
—¿Estás lista, mujer? Es tarde, la ceremonia será pronto, habrá fotos, tienes que estar lista, ya mismo.
Sabrina asintió, Fátima la miró, pero cuando vio ese collar, sintió rabia, ese collar era de la madre de Sabrina, ella alzó la mano y lo arrebató de su cuello.
—¡Fátima! No hagas esto —exclamó Evana
—Es un collar tan vulgar, no me extraña por ser de quien es.
Los ojos de Sabrina se volvieron llorosos, pero Evana se lo quitó de las manos.
—No sigas, Fátima, no permitiré insultos en mi presencia.
—Evana… no quieras imponerte ante mí, ni tú ante mí, no olvides que soy la esposa de Marcus, no soy cualquier persona, y Sabrina es una Ford, tanto como tú.
—No me harán rabiar en este día, ¡Apresúrense!
Evana tomó el collar, volvió a ponerlo al cuello de Sabrina
—Es todo lo que tengo de mamá, no quiero perderlo.
Evana sonrió.
—Tu madre está conmigo, el corazón de una madre siempre permanece con su hijo.
Evana pensó en su hijo muerto, luego Sabrina la devolvió a la realidad, era hora de irse a la iglesia.
En la iglesia.
Sabrina se dio cuenta de que fue la primera en llegar, y que Jonathan Grimm estaba retrasado, ella sintió mucho miedo, la posibilidad de que él se hubiese arrepentido y la dejara plantada era alta.
Ella temió lo peor.
—¡Juro que, si no viene, acabaré con su carrera de médico! Habría arruinado para siempre la reputación Ford —insistió Fátima
—¿Quieres callarte? Me tienes con los nervios de punta —sentenció Andrés, pero de pronto, él llegó.
Jonathan corrió al altar, con su perfecto esmoquin, y listo para recibir a la novia
—¿Dónde estabas?
—Lo siento, Marcus, me retrasé.
Marcus hizo una señal, y el sonido de las campanas y la marcha nupcial resonaron.
Sabrina sintió que le volvía el alma al cuerpo, bajó del auto, y su padre fue por ella, tomó su brazo, llevándola hasta el altar, dejándola de la mano de ese hombre
—Cuídala, o perderás un gran tesoro.
Jonathan asintió y Sabrina sonrió ante la bondad de su padre.
Tomó su lugar, la ceremonia avanzo.
—Sabrina Ford, ¿Acepta como esposo a Jonathan Grimm?
—Tranquila, Nicol, mejor cuida al tuyo, ya que dejaste vacante el puesto de amante, cuando dejaste de serlo.
Evana sonrió y se alejó de ellas, Nicol tenía la cara roja de furia.
Marcus fue del cuarto de baño hasta el jardín, cuando escuchó carcajadas, al mirar vio a Pilar que casi caía, él se apuró a detenerla, pues podía golpear contra la fuente de cristal.
—¿Pilar, estás bien?
Ella recuperó la cordura
—¡Yo…!
Marcus le miró con ojos pequeños.
—Pilar, debes cuidar cuánto bebes, es peligroso podrías accidentarte —ella asintió, miró su rostro, creyó que estaba tallado por ángeles, ¿Cómo podía seguir ocultando sus sentimientos? Amaba a ese hombre
—¿Pilar, estás bien? —preguntó al mirarla casi llorando, ella negó
—¡Ya no puedo más! —exclamó rompiendo en sollozos, él se sintió compasivo, sin darse cuenta de que los veían muy de cerca.
—Todo tiene solución, Pilar, tú eres fuerte, podrás con cualquier cosa.
—Con esto no puedo, me está matando —sentenció, lo miró fijamente y supo que no debió hacerlo, estaba perdida, porque su deseo superaba a su lógica y sin pensar se abalanzó a sus brazos, tomó su rostro y le dio un beso.
Evana abrió ojos enormes, sintió que se quemaba de rabia, que el dolor se revivía en su cuerpo como cuando Álvaro alguna vez la engañó, creyó que enloquecería de odio, pero antes de que pudiera actuar, él alejó a la mujer de sus labios.
—¡¿Qué te sucede, Pilar?! ¡No vuelvas a hacer esto! Soy un hombre casado y además amo a mi mujer, no sé qué pasa por tu mente, pero debes cambiarlo, de lo contrario, no te quiero cerca de mí.
Marcus fue tan severo, sin dar una oportunidad a nada, dio la vuelta, se fue de ahí, sin notar la presencia de Evana que estaba admirada.
Pilar se quedó muda, lo vio irse, su cuerpo temblaba, fue rechazada con profunda crueldad, y sentía que podía morir, un aplauso cerca de ella la asustó, miró a Evana y sintió que su sangre se helaba.
—Bravo, señorita Pilar, por lo visto demostró quien es usted, ¿Acaso es una traidora en mi casa? Muy mal, confié en usted, me ha defraudado.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy la esposa del tío de mi ex
Buenas tardes: espero esten bien, cuando suben mas capitulos......