Al día siguiente.
Evana estuvo en el hospital cuidando a Sabrina todo el tiempo, pero pronto ella fue dada de alta.
Sabrina estuvo casi todo el tiempo en el hospital, porque el bebé aún tenía que estar por unas semanas más, Sabrina no se despegaba de él, quería ya tenerlo a su lado en casa.
—Odio a Fátima Ford, nunca le perdonaré lo que me hizo, siento que ella es la culpable de esto, nunca odié a nadie antes, Evana, como en estos momentos siento odiarla —dijo Sabrina al recordar lo mala que esa mujer fue
Evana lamentó escucharla tan enfurecida.
—Lo sé, esas mujeres son un veneno, pero son así porque no pueden dar nada más, olvídalas, concéntrate en tu hermoso bebé, tú tienes toda la felicidad que mujeres como esas no tendrán, nunca.
Evana vio el reloj.
—Debo ir a mi consulta, te veré más tarde —dijo Evana
Sabrina asintió, se despidieron.
Evana fue hasta ese consultorio, estaba ansiosa, la doctora llegó y comenzó a revisarla.
Luego de la revisión, se sentaron para hablar.
—Muy bien, Evana, hemos terminado con el tratamiento, déjame decirte que te veo bien, creo que estás en optimas condiciones para poder tener un embarazo, pero, es un poco complicado, vamos a hacer esto, comencemos por que hagas el intento de forma normal, al menos por tres meses, utilizando tu calendario de ovulación, que te daré, sin embargo, si vemos que la menstruación vuelve a ser irregular, volveremos a trabajar, ahora lo más importante es esperar, si en tres meses no se consigue un embarazo, pensaremos en otro tipo de reproducción asistida, ¿Qué te parece?
Evana asintió, estaba muy esperanzada.
—Está bien, la verdad, mi sueño siempre ha sido ser madre,
—Estoy segura de que pronto serás madre —dijo la doctora.
Ella sonrió, salió de ahí.
Vio a Sabrina con su bebé, le daba pecho, sonrió al verla, soñaba despierta con el día que eso ocurriera.
Más tarde, Evana volvió a casa, al llegar, Marcus salía de bañarse.
—Hola, mi amor.
Ella sonrió ante sus palabras.
—Hola, amor, ¿Qué tal el trabajo?
—Ya sabes, estresante, ¿y tú?
—Fui con Sabrina para ayudarla, está bien, el doctor dijo que la siguiente semana el bebé saldrá de la incubadora e irá en casa, les dije que podían venir a quedarse aquí, es que, la casa está tan vacía, además, así puedo ayudar a Sabrina con su bebé.
Él sonrió, acunó su rostro.
—Eres tan buena, me parece perfecto, adoro que tú y mi hermana se quieran tanto —dijo Marcus, acunando su rostro.
Cuando Álvaro llegó a casa, su abuela lo esperaba.
—Ven conmigo, hijo, hablemos en la terraza.
Álvaro la siguió.
—¿Qué pasa, abuela? —preguntó la mujer.
—No podemos permitir que la desgraciada de Evana se quede con todo lo nuestro.
Álvaro la miró con extrañeza.
—¿De qué hablas, abuela?
—Oh, vamos, no te hagas al que no le importa la fortuna de tu abuelo, Andrés. Hablo de la mansión Ford, y también de todo el dinero que le dejaron a la bastarda de Sabrina, ¿acaso crees que se lo dejaré todo a ese par de víboras? —exclamó
—¿Y que planeas? Porque sé que tienes un plan, querida abuela —dijo observándola con gran atención
—Claro que tengo un plan, quiero quitar a Evana de la vida de Marcus para siempre, ella no lo merece, además, solo así podré volver a la mansión Ford, y cuando lo haga, te daré la parte de la fortuna que te corresponde.
Los ojos de Álvaro brillaron ambiciosos.
—Muy bien abuela, ¿Cuál es el plan? —exclamó Álvaro mirándola con una gran sonrisa macabra.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Soy la esposa del tío de mi ex
Buenas tardes: espero esten bien, cuando suben mas capitulos......