Cinco minutos más tarde, Alina se sentó en el sofá con cara de furia mirando al hombre que fumaba en su escritorio. Ahora Caleb parecía estar mucho más relajado que antes.
«¡¿Cómo puede estar tan relajado después de hacerme algo tan malo?! ¡Es un verdadero sinvergüenza!»
—¡Dime tus condiciones! —dijo ferozmente Alina sin rodeos.
Durante los últimos tres días, Caleb se había desahogado mucho, y Alina no quería que él fuera más loco, así que ahora quería acabarlo todo lo antes posible. Además, ella sentía que lo que Max le había dejado era realmente un lío y quería resolver esto de una vez.
—Quédate conmigo esta noche —dijo Caleb en un tono muy natural.
Alina se heló al oír eso.
«¡¿Quedarme con él?! ¿Lo que le ha dicho a Andre por teléfono es en serio?»
Alina respiró hondo varias veces antes de recuperarse del shock.
—¡Caleb, nos divorciamos hace unos días! —recordó Alina con toda la paciencia que pudo.
Caleb la ignoró y preguntó en su lugar:
—Llegaste a la familia Collins cuando tenías dieciocho años, ¿verdad?
Alina miró a Caleb en silencio.
A los dieciocho años, Alina lo había perdido todo. Y en los últimos días de su vida, su abuela la había dejado en manos de Max sin darle siquiera noticias de su propio abuelo.
—Llegaste a la familia Collins a los dieciocho años y te casaste conmigo a los veinte. El abuelo siempre fue tu tutor, ¿y ahora quieres romper todos tus lazos conmigo con un simple certificado de divorcio? ¿Has olvidado que antes de casarte conmigo vivías en la habitación contigua a la mía?
Al oírle hablar del pasado, la cara de Alina se puso fea. Ella respiró hondo y preguntó:
—¿Qué demonios quieres?
Alina no quería oírle hablar del pasado ahora.
En un período de su vida en el que no le quedaba a Alina nada, Max efectivamente había sido como su propio abuelo que la cuidaba y la quería, y Alina estaba agradecida por ello.
No obstante, eso no significaba que los demás de la familia Collins pudieran hacerle daño a ella.
—¿Me preguntas qué quiero yo?
—El abuelo Max consintió mi divorcio de ti. Además, la única persona en la familia Collins a la que debo pagar es Max. ¡No mereces mi gratitud! —Alina miró al hombre y le dijo, palabra por palabra.
—¡Eres una ingrata total! —dijo Caleb con sarcasmo.
Al oír estas palabras, Alina levantó la vista bruscamente.
«¡¿Me acusa de ser ingrata?!»
—Caleb, ¿quién te crees que eres para decir eso de mí? —el tono de Alina se volvió agitado.
¡Odiaba la palabra «ingrata»!
¡Cuántos favores había recibido Emma de los padres de Alina! ¡Pero al final esta devolvió mal por bien!
¡Emma era esa desagradecida! ¿Y ahora Caleb la acusaba de ser ingrata? ¡Qué injusta!
—¡No sabes cómo es una ingrata! Rompí mi relación contigo por tu escandalosa aventura con Emma. No intentes echarme toda la culpa. Si hay un culpable aquí, eres tú...
En la mente de Alina, su relación con Caleb se había roto hacía tres años.
—¡Pregúntate qué te he hecho en los dos años de nuestro matrimonio y los cuatro años juntos! Caleb, ¡quiero que sepas que nunca te he hecho nada mal!
Mirando la cara indiferente de Alina, Caleb tuvo los ojos brillar peligrosamente y exigió con frialdad:
—¡Quédate conmigo esta noche!
—Después de esta noche, ya no tendremos nada que ver el uno con el otro, ¿verdad? —en ese momento, Alina miró a Caleb con determinación, como si hubiera tomado una horrible decisión.
Esa mirada decidida de Alina, más que cualquier otra cosa, enfureció al hombre.
Caleb replicó a la ligera:
—Depende de tus comportamientos.
Alina apretó los puños y miró a Caleb con rabia, como si quisiera devorarlo vivo.
Al final se calló, sin decir nada.
Este silencio hizo que Caleb se sintiera aún más molesto.
«Je. Ella realmente estaría dispuesta a hacer cualquier cosa por ese Andre.»
—Caleb, ¿sabes qué? ¡Ha sido un desastre para mí haberme encontrado contigo en esta vida! —dijo Alina, palabra por palabra.
Caleb guardó silencio, sacó su encendedor y se encendió un cigarrillo.
El silencio sepulcral entre los dos lo hacía todo insoportable.
Alina quería escapar, pero sabía que su huida solo exacerbaría el conflicto entre Caleb y Andre.
Si el conflicto entre ellos siguiera intensificándose, sin duda alguna, las consecuencias serían fatales.
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