Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 106

En la Villa Werland, Lois rompió a llorar de emoción cuando vio a Caleb regresar con Alina.

—Señora Alina, ¡ha vuelto!

Alina sentía poco afecto por la gente de aquí, pero tenía muy buena impresión sobre Lois, quien había sido muy amable con ella y había cuidado mucho de ella.

Alina la saludó cariñosamente:

—Lois, buenas noches.

—¡Es muy bueno tenerle de vuelta! Los de la cocina sabían que usted volvería y estaban preparando los platos favoritos de usted a primera hora de la mañana —dijo Lois emocionada.

Al oír las palabras de esta, Alina echó inconscientemente una mirada a la espalda fuerte del hombre.

«¿Sabía Lois que yo iba a volver? ¿Este tipo la llamó con anticipación?»

En la mesa, Alina miró los platos que le habían gustado mucho a ella tres años atrás y se sintió un poco triste.

La última vez que la habían traído aquí, ella prefirió morir a entrar, pero ahora, después de tantas vueltas, estaba de vuelta aquí. ¡Qué irónica era la vida!

Alina puso algo que no le gustaba mucho en el plato de Caleb, un gesto habitual que hizo que tanto ella como Caleb se quedaran paralizados por un momento.

¡Esto era un hábito de Alina hacía tres años cuando vivía con Caleb! Cuando había algo que no le gustara a ella, se lo tiraba al plato de Caleb.

—Si no te lo comes, tíralo a la basura...

Antes de que las palabras salieran de su boca, el hombre se comió el brócoli en su propio plato.

Al ver a Caleb hacer esto, Alina se sintió aún peor.

En su lugar, Lois se rio por lo bajo al ver la escena.

«Esta pareja se molestan mucho cuando se pelean, ¡pero estoy segura de que al final se reconciliarán! Ay, espero que puedan volver a ser tan dulces como siempre después de hoy.»

Después de cenar, Alina se sentó con aprensión frente a Caleb, quien estaba fumando quietamente.

Obviamente, Caleb percibió su agitación interior y preguntó en tono frío:

—¿Tanto quieres volver con él?

Alina le miró con ojos resignados, sin decir nada al respecto.

Caleb tomó una calada a su cigarrillo y dijo:

—Si no quieres quedarte aquí, vete. Nadie te fuerza.

Alina se quedó muda y esbozó una sonrisa desdeñosa.

«Caleb, no finjas más a mi frente. Cualquiera que te conoce sabe qué tipo de personas eres. ¿Pararás antes de conseguir lo que quieras? ¡Me temo que tu venganza contra Andre será más feroz si me marcho ahora!»

—¿Una partida de ajedrez? ¿O té? —preguntó Alina, conteniendo su resistencia.

Sería una larga noche con él, así que Alina quería hacer algo ocioso para matar el tiempo.

En el fondo, realmente quería volver a la Mansión Mulherd, porque allí estaba su hija.

Aunque Penny quería mucho a Andre, a Alina le preocupaba que este no pudiera cuidar solo de ella por la noche.

Ante sus palabras, Caleb dibujó una suave sonrisa en los labios, miró a Alina y preguntó con sarcasmo:

—Bueno, me gustaría tomarme un tiempo libre. A partir de mañana no iré a la oficina, ¿qué te parece?

Alina se puso nerviosa al escuchar estas palabras.

Y de repente se le ocurrió una idea: «Bueno, si él no va a trabajar mañana, pediré que Andre se haga cargo de la empresa para mí.»

Sin embargo, muy pronto descartó la idea.

Solo una Penny ya había provocado tantos problemas. Si Alina realmente pidiera ayuda a Andre, no solo VIG quedaría jodido, ¡sino también AIG estaría acabado! Entonces, Alina cargaría con una deuda de unos millones.

Tras pensárselo mucho, Alina cambió de idea y dijo:

—¡No, será mejor que vuelvas al trabajo!

No era tonta, y después de pensárselo bien, supo que ese hombre no era alguien con quien ella misma pudiera meterse ahora.

«Sería mejor que yo no me metiera con este loco por el momento. De lo contrario, yo podría ir directamente a la quiebra.»

Al oír lo que dijo ella, Caleb soltó una risita burlona.

Para cambiar el tema, Alina preguntó:

—¿Quieres un poco de té?

Sin hacerle caso, Caleb se levantó de repente y subió las escaleras a grandes zancadas, sin decir una palabra.

Alina sintió que el corazón le saltó a la garganta y se apresuró a respirar hondo varias veces, pero no consiguió calmarse.

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