Soy más rica que mi exmarido multimillonario romance Capítulo 153

Antes de que Alina pudiera reaccionar, el hombre tiró de ella hacia un prado y la tumbó.

En cuanto se tumbó, Alina no solo vio el cielo azul y las nubes blancas, sino también los frondosos árboles Aoka.

En ese momento, como si hubiera sido golpeada por un rayo, Alina se quedó estupefacta sobre la hierba.

—¿He estado aquí antes? Si no, ¿por qué todo me resulta tan familiar desde el momento en que me acostó sobre el prado? —se preguntó a sí misma en un susurro.

—Abby, está bien si no puedes recordar nada. Solo tómate el tiempo —el tono de Chester era tan amable como siempre.

En el momento en que Alina giró la cabeza para mirar la cara de este, en sus ojos brilló algo que ni siquiera ella sabía o entendía.

A lo largo de los años habían ocurrido muchas cosas en el mundo de Alina. Cada cosa era muy significativa o impactante para ella.

Sin embargo, los recuerdos eran tantos y tan caóticos que Alina sintió como si hubiera olvidado muchas cosas.

O quizá había estado tan obsesionada con Emma y Caleb a lo largo de los años que se había olvidado de muchas otras cosas.

Pero ella aún recordaba a Chester, a quien solo había conocido unas cuantas veces, ¿por qué no podía recordar nada más?

***

Estando en trance, Alina regresó a la Mansión Mulherd.

Antes de que saliera del coche, Chester la detuvo.

Alina se dio la vuelta y preguntó:

—Chester, ¿qué pasa?

—Mantén distancia de Caleb. Déjame atender tu segundo matrimonio con él, ¿vale? Lo solucionaré todo por ti.

A Alina le resultó extraño oír a Chester decir que se ocuparía de ello.

—No se moleste. Puedo encargarme yo misma.

Y con eso, quiso retirar su mano del agarre del hombre.

Sin embargo, Chester apretó con más fuerza su muñeca.

—¿Chester? —dijo Alina

—Entonces dime, ¿qué sientes por él?

—¡No siento nada por él! —Alina dio la respuesta casi sin pensar.

Si ella sentía algo por Caleb, era puro odio.

Alina tenía que admitir que al principio del matrimonio había sentido afecto a Caleb, pensando que este era un buen marido que la amaría para siempre. E incluso había imaginado que el matrimonio seguiría pacíficamente hasta el final. Pero quién iba a esperar que ocurriera lo de después.

Tras ese accidente de tres años atrás, la bonita ilusión se había evaporado y ahora lo único que Alina sentía por Caleb era puro odio.

—Eso es mejor —Chester asintió.

De alguna manera, en ese momento, Alina pudo ver un alivio en los ojos de Chester.

—Entonces, entro primero —dijo Alina.

—Espera. Se organizará el International Fashion Show de Eglinton dentro de un mes. Tengo una plaza para ti, ¡así que prepárate con anticipación!

Nada más entrar, sintió una aura fría en el salón.

Cuando vio a Caleb sentado en el sofá, fumando, Alina se sintió un poco sorprendida y un poco molesta a la vez.

«¡Este tipo está aquí otra vez!»

Lucy la vio a Alina regresar y le hizo un guiño.

Alina asintió y dijo:

—Lucy, ¿puedes retirarte primero?

Lucy asintió y se marchó.

De esa manera, Alina y Caleb se quedaron solos en el salón. Alina tiró casualmente su bolso a un lado y se dirigió hacia las escaleras

—Ya han pasado dos horas. ¿Dónde ha estado? —Caleb preguntó con tono interrogativo tras mirar la hora en su reloj.

Alina se molestó y dijo:

—¿Tengo que contarte todo lo que hago?

En cuanto las palabras salieron de su boca, el hombre se levantó y tomó la cintura de Alina con un apretón dominante.

Alina, ya irritada, ahora lo estaba aún más por el acto rudo de Caleb.

—¡Suéltame!

—¿Dónde has estado? —este preguntó con severidad, palabra por palabra.

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