Caleb nunca había esperado llevársela a Alina de vuelta a casa de una manera así. Pero aparte de eso, no se le ocurrió otra mejor forma.
Lo ocurrido tres años atrás era una espina clavada en el corazón de Alina. No importaba lo que hiciera Caleb, jamás podría sacarla.
Bajo estas circunstancias, no le quedó a él otro remedio que retenerla de una manera así.
Caleb temía que Alina desapareciera de su mundo otra vez si la soltaba.
—¡Realmente estás mal de la cabeza! —Alina colgó tras lanzar estas palabras.
Alina se dejó sentar en el sofá, con una cara muy molesta.
A decir la verdad, ella quería participar en el Fashion Show de North Sre, porque tal desfile de moda era muy beneficioso para su desarrollo profesional. Sin embargo, ahora, debido a la involucración de Chester, ella se quedó en un dilema.
Hasta ahora, Alina todavía no sabía por qué Chester le trataba tan bien y por qué ella se había metido en el conflicto de los dos hermanos.
Esta noche, Alina no durmió bien. Cuando despertó por la mañana, sintió que la mente le estaba desconcertada.
En la mesa del desayuno, Alina habló con Penny por teléfono, lo que le mejoró un poco el humor.
Tras terminar de desayunar, Alina marcó el número de Chester,
Este saludó:
—Abby, buenos días.
La voz de este era muy gentil, pero el apodo «Abby» la dejó a Alina sentirse algo incómoda.
—Chester, buenos días. Es que quiero hablar contigo en serio cara a cara. ¿Tienes tiempo libre hoy? —Alina dijo tras respirar profundamente.
Chester se quedó callado un momento y luego dijo en un tono ligero:
—Claro que tengo tiempo libre para ti, pero me extraña que tengas tiempo para verme ahora.
Sabiendo que el desfile de moda de North Eglinton era una ocasión de mucha importancia para Alina, Chester suponía que ella debería estar muy ocupada en hacer preparativos. Al fin y al cabo, un mes no era suficiente para que ella estuviera perfectamente preparada. No esperaba que esta tomara la iniciativa de hablar con él mismo cara a cara.
Entonces, Alina dijo:
—Pues, ¿vamos a almorzar juntos?
—¿Ya desayunas? Todavía no tomo el desayuno.
Alina entendió al instante lo que quería decir este y se apresuró a decir:
—Bueno, pues te invita a desayunar. Por favor, envíame la dirección y voy a buscarte.
***
Media hora después, Alina llegó a la Villa Waterside, dirección que Chester le había enviado.
¡Ella no esperaba que Chester era el propietario misterioso de la Villa Waterside!
la Villa Waterside, situada en el centro de la ciudad, se conocía como la finca más famosa y lujosa en toda la Ingford. Sin embargo, a lo largo de los años, no se supo quién era el dueño de esta propiedad suntuosa.
Al ver que Alina, quien era delgada, estaba sentada en el asiento de conductor de un todoterreno muy grande de marca Mercedes-Benz, Chester se rio por lo bajo.
Desconcertada, Alina preguntó:
—¿Pasa algo? ¿Por qué te ríes?
—Nada. Es que tienes una estatura pequeña y delgada. No esperaba que te gustara un tipo de coche tan dominante.
Al oírlo, Alina no supo qué decir por un momento.
Alina no exigía mucho en el coche. Conducía este todoterreno espacioso, porque Andre se lo había dejado a ella y eso era todo. Ella no esperaba que cada uno que la veía conducir un auto así se sorprendiera tanto.
—Parece que un coche un tan dominante no es el mejor para mí, ¿verdad? —Alina dijo sonriendo, un poco avergonzada.
Chester dijo:
—No te preocupes por lo que piensen los demás. Lo más importante es que te gusta.
En realidad, Chester también sostenía que un auto tan espacioso no era la más adecuada para ella, una chica delgada.
—¿Te has metido con Caleb?
—¿Qué pasa?
—¡Ese tipo ha perdido la cabeza otra vez!
Cada vez que se intensificaba el conflicto entre Alina y Caleb, Andre solía ser el que sufría al final. ¡Andre ya estaba harto y no quería ser involucrado más en el conflicto de los dos!
—Cálmate. Lo resolveré todo —Alina dijo a Andre.
Andre preguntó sin rodeos:
—¿Cómo vas a solucionarlo todo? No es nada fácil, ¿eh? Ese Caleb es un loco total.
La pregunta de Andre era tan directa que por un momento Alina no supo cómo contestar por un momento.
—De todos modos, me ocuparé de ello. Bueno, tengo que colgar ya —Alina colgó directamente, sin dejar a Andre decir nada.
Ella sabía lo que quería hacer Caleb. Mientras ella misma no fuera al desfile de moda de North Eglinton, todas las molestias de Andre terminarían.
Guardado bien el móvil, Alina miró con cierta aprensión a Chester. ¡Ella nunca había esperado que los dos hermanos se lo pusieran tan difícil a sí misma!
Chester percibió su mirada y preguntó:
—¿Qué pasa?
—Chester, tiene forma para ayudarme, ¿verdad? —Alina dijo ansiosamente.
El hombre puso con elegancia su tenedor sobre el plato y la miró profundamente a los ojos.
Esa mirada era tan penetrante que Alina inconscientemente quería esquivarse.
Tras un rato, Chester preguntó en voz grave:
—¿Te amenazó?
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