Totalmente hot (COMPLETA) romance Capítulo 15

Me llamo Matheus y tengo 24 años, recientemente pasé en un concurso y iba a vivir en otra ciudad. Lejos de todo y de todos para vivir por un tiempo en la casa de mi tía, por supuesto, me preocupaba el hecho de tener que convivir y quitarle la privacidad a otras personas me molestaba.

Con maletas en las manos, me bajé del autobús y mi tía ya me esperaba en el lobby de la estación de autobuses junto con mi prima Dulce. Me sorprendió ver lo crecida que estaba, recuerdo haberla visto por última vez cuando todavía era una niña y estaba muy diferente, piernas torneadas cintura delgada y una cara traviesa que me volvió loco.

Luego las dos vinieron a darme un fuerte abrazo y cuando fue el turno de aquella gatita tuve que dar un leve retroceso para que ella no sintiera mi polla dura para ella. Nos subimos al auto y me encantó oler su perfume en el aire.

Matheus - Estoy sorprendido con Dulce, cuando te vi por última vez era una blanda.

Dulce - Estoy bien crecida, aunque mi madre y mi padre no lo piensen.

Renata - Así que somos padres, siempre será una niña pequeña a nuestros ojos.

Llegamos a casa el marido de mi tía era camionero y estaba en uno de sus largos viajes. Dulce me mostró dónde sería mi habitación, puse la maleta sobre una mesita y ella se tiró en la cama cruzando las piernas y yo loco para abrirlas.

Dulce - ¿De verdad crees que he crecido?

Matheus - Claro, está una mujer hecha y muy bonita.

Dulce sonrió y dio una enrollada con el dedo en un mechón de su largo cabello.

Dulce - ¡Voy a dejarte sacando la ropa de las maletas! Buenas noches.

Esa chica debe estar en la cúspide de los descubrimientos sexuales, 18 años de pura excitación compartirían el mismo techo conmigo de ahora en adelante. Esa tarde ella se fue para el curso y yo me quedé en la casa solo, pues aún necesito organizar la documentación para poder tomar posesión del cargo. Ya que estaba solo, decidí entrar a su habitación, hurgué en sus cajones y encontré unas bragas diminutas, y me quedé pensando en ese coño dentro de cada una de ellas. Me puse tieso para aquella chica, vi sobre su cama el vestido que llevaba antes y lo olí que delicia de mujer, tenía aquel olor de hembra nueva en hoja.

En el fondo del cajón encontré lo que no buscaba, un consolador de tamaño mediano. Mi polla la haría gozar mucho mejor que esa mierda de juguete. Me la imaginaba en esa cama, poniendo ese juguete vibratorio sobre el clítoris y volteando los ojos eyaculando mientras me comía su coño por detrás. Me masturbé en mi baño hasta que se me rompió la pared de semen.

Era la hora de la cena y sólo estábamos nosotros tres, ella era muy atrevida. Salió de la habitación usando solo un baby doll marcando los picos de los pechos duros y un short minúsculo metido en el medio del culo. Menos mal que estaba sentado y podía disimular lo mucho que me encantaba esa escena.

Renata - Hija, tenemos visita!

Dulce - Mamá, él es mi primo estoy seguro que no le importa una tontería como esa.

Suerte que mi tía era liberal y se rió de la situación, me ofrecí a lavar los platos y mi tía fue a acostarse.

Dulce - Está bien mojada.

Matheus - ¿Qué dijiste?

Dulce - ¡Dijiste que la vajilla está bien mojadita!

Ella se apoyó en el fregadero, yo sabía lo que ella quería de mí, pero ya que íbamos a jugar dejé que sucediera de la manera que ella quería.

Matheus - ¿Y los noviecitos de la escuela?

Dulce - Ya terminé el bachillerato, solo hago cursillo pre-vestibular.

Matheus - ¿Así que estás soltera?

Dulce - Creo que nací para estar sola y complacerme sola sabes primo.

Matheus - Creo que es una gran cobardía que una mujer como tú esté sola.

Dulce - ¿De verdad lo crees?

Ella se acercó más y pasó la mano sobre mi polla y me lamió la boca, la agarré por los cabellos y la escoré en aquel fregadero pasando mi mano con fuerza por aquellos pechos duros. Nos besamos muy bien mientras ella acariciaba a mi ladrón.

Dulce - ¡Qué grande, primo!

Matheus - ¿Sabes cómo lo llamo?

Dulce - ¿Cómo?

Dulce - ¡Jódete, lo quiero ahora!

Me deslicé con la cabeza abriendo lentamente sus labios húmedos y pulsantes de cachondo.

Matheus - Ruégame perra.

Dulce - Por favor, come mi coño.

No esperé a que terminara y enterré hasta las bolas, terminé haciéndole dar un grito al sentir los 21 cms coño abajo. Seguí tirando de las caderas de esa chica buena tragándome la polla a la velocidad de 10, que delicia de mujer le di unas palmaditas en el culo y mi voluntad era de dejarlo bien marcado, pero la droga era que no se podía hacer ruido. Di varias estocadas como un martillo neumático y Dulce se corrió en mi polla.

Matheus - Eso primita, falta poco para que ese coño sea mío para siempre.

Tiré de su cuerpo hacia arriba y lo abracé mientras lo metía por detrás y con fuerza, abrazados a sus pechos y gimiendo bajito y su oído yo sabía que pronto me mojaría aún más. Bajé mi mano hasta la mitad de sus piernas y comencé a masajear su clítoris, se debilitó en mis brazos y se corrió cayendo en la cama conmigo por encima de ella. Tiré de su cuerpo por encima de la mía saliendo de adentro, ella comenzó a cabalgar sobre mi espalda apoyada con sus manos sobre mis hombros. Como aquella chica follaba tan bien siendo tan joven, parece haber nacido para ordeñar mi polla...pero yo no podía correrme antes de ella de nuevo. Sujeté fuerte su cintura evitando que saltara tan fuerte hasta que recobrara el aliento.

Sentí que su coño se retraía y esa era la señal clara de que se correría una vez más, la dejé saltar y buscar esa sensación de nuevo. Dulce atoró mi polla en su coño varias veces hasta caer de nuevo sobre mi cuerpo, con las piernas temblorosas. Sostuve sus muslos cerrando sus piernas y dejándola aún más rasita y cogí por debajo, los dos gozamos juntos sin poder gritar, pero sabiendo de la fuerza e intensidad por los litros de gozo que salieron de dentro de ella.

Dulce cayó en la cama a mi lado, sonriendo y satisfecha.

Matheus - ¿Crees que por primera vez estuvo bien?

Dulce - Delicioso, tanto que quiero que te comas mi culo ahora.

Sonreí y comencé a besarla de nuevo, mi polla estaba dura y sucia de leche. Ella se lo metió entero en la boca, le gustaba el sabor y insistía en demostrarlo. Después la dejé de cuarto y estuve jugando un rato con la lengua en su agujerito, ella estaba loca por ser follada. Cogí el palo y fui invadiendo muy lentamente...

Dulce - Qué delicia Hmmmm

Escupí y dejé que se me resbalara hasta que sentí que ese trasero me comía entero, y me sentí bien hasta que me cansé. Ese culo virgen era tan delicioso como el coño y yo lo comería muy lentamente, cada vez que estaba a punto de correrme para darle orgasmos múltiples su coño goteaba mientras yo la follaba fuerte. Ella se acostó en la cama de espaldas quería sentir mi peso metiendo todo dentro de ella por detrás, metí la mano por debajo de su cuerpo y mientras comía su culito yo la estimulaba con los dedos hasta que los dos nos corrimos sabroso una vez más.

Mi prima se convirtió en mi putita favorita. Y las mejores cogidas eran las del fin de semana cuando tus padres se iban de viaje y la casa quedaba entera para que los dos cogiéramos.

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