Me llamo Alessandra y tengo 26 años, casada a 2 con Jessica. Siempre he sido bisexual y también le gusta divertirse con el sexo opuesto a veces, ella trabaja como profesora de inglés y yo soy nutróloga. Ella decidió invitar a un par de amigos y empleados de la escuela en el trabajo, Guilherme e Isabela...él un hombre de aparentemente 42 años y su esposa alrededor de los 35, ambos deliciosos y obviamente elegidos a dedo.
Guillermo es profesor de matemáticas e Isabela era asistente administrativa Jessica siempre dijo que en las fiestas él me miraba diferente y que parecían ser una pareja liberal como nosotros. Decidimos probar una buena diversión de cuatro.
Ellos llegaron puntualmente a las 8:00 de la mañana el sol era perfecto para pasar el día en la piscina, fui a atender la puerta usando un short jeans bien despojado mostrando las pulpas del culo. Era realmente un macho delicioso, tenía una barba bien cuidada, llevaba un bermuda cómodo y una camisa ajustada mostrando el tamaño manchado. Ella es una rubia sexy con un gran culo nada demasiado manchado, al natural pero deliciosamente hermosa.
Alessandra - Bienvenidos, pasen por favor.
Los acompañé a la piscina donde mi esposa estaba acostada en una tumbona con un bikini de hilo dental y con el trasero hacia arriba. Jessica era la versión más masculina de nuestro matrimonio, solo porque le gustaba mantener el cabello a la altura de los hombros, pero eso no impide que los hombres se vuelvan locos por donde pasan.
Isabela solo no se puso celosa porque sabe que estamos casadas, pobre de ella que ni se imagina que sueño en chupar su coño mientras su marido me folla por detrás.
Jessica - Me siento como en casa, voy a poner una canción para nosotros, Isabela gata me ayuda a traer unos aperitivos?
Isabela - ¡Claro que sí. Amor, ya regreso!
Me quité los shorts y salté a la piscina, Isabela salió desfilando las piernas gruesas y yo me apoyé en la orilla para mirar mejor e incluso le di una lamida en la boca.
Guilherme - Así voy a quedar celoso por la forma como desea mi mujer.
Isabela - ¡No te quedes, a mí también me encantaría follarte!
Sus ojos brillaron, estoy seguro de que jamás imaginó que yo pudiera querer eso. Lo llamé a la piscina con el dedo índice muy lentamente, se quitó los pantalones cortos y la camisa muy rápido y se zambulló.
Apareció delante de mí todo mojado y nos dimos un beso bien sabroso en la boca, metí la mano por dentro del short y comencé a masturbar su polla dura y gorda.
Guilherme - Qué cachonda Alessandra, me besa más.
Él me chupaba la lengua y yo me masturbaba locamente y cada vez más fuerte, decidí bucear y probar su polla mojada mientras aguantaba la respiración di buenas mamadas y apoyaba la lengua en sus bolas recién raspadas. Subí a respirar y aún pude oír sus gemidos, él probó sabor de su caldito levemente salado en mi boca.
Mientras tanto, en la sala.
Jessica - ¿Has vuelto a entrenar? Estás muy guapa de cuerpo.
Isabela - Que nada, apenas hago caminata cuando encuentro tiempo.
Jessica - ¿Puedo hacerte una pregunta íntima?
Isabela - Claro que puede, somos amigas.
Jessica - ¿Alguna vez has dejado que una mujer te la chupe?
Ella sonrió, al menos no era del tipo que paga de ofendida.
Isabela - De hecho, cuando tenía 14 años besé a una amiga en la boca.
Jessica - ¿Y te gustó?
Isabela - Hace tanto tiempo que no me acuerdo.
Jessica - Podemos probar de nuevo.
Isabela - Pero tú eres mi amiga.
Jessica - Por eso mismo tenemos que hacernos favores mutuamente.
Miró hacia atrás, creo que tenía miedo de que su marido nos sorprendiera. Me acerqué y la tiré por el pelo, le dimos un beso caliente acaricié sus pechos gigantes lentamente. Sabía que su cuerpo tenía marcas de la maternidad y eso me hizo aún más húmeda, metí lentamente la mano entre sus piernas alisando el coño sobre las bragas el tacto de nuestros pechos me volvía loca y ella estaba cediendo.
Isabela - ¡No sé si puedo hacerlo!
Jessica - Puedes dejar que yo cuide de ti, solo harás lo que te plazca.
Me agaché abrí sus piernas poniéndolas a un lado, comencé a succionar lentamente hasta que sentí sus fluidos vaginales y deliciosos comenzaron a melar mi boquita. Comencé a dar una paliza de lengua en su grelino ella gritó y cubrió la boca, metí dos dedos y dicté el ritmo del entra y sale junto al de mi lengua en su clítoris y ella gozó chorreando y llenándome la boca.
Jessica - Se corrió delicioso.
Yo sabía que él quería follarme más que nada, resultó que la mujer él ya comía con frecuencia Di dos golpes con la polla en mi coño y bajé tragándolo todo hasta golpear los huevos.
Guilherme - Ahhhh joder morena.
Empecé a saltar sobre él como loca, hasta que Jessica estaba impresionada con mi hambre por esa polla dura. Ella sostenía mi cadera clavada con todo el palo debajo de mí mientras chupaba todo el coño de la mujer. Jessica puso su dedo en mi clítoris y comenzó a masturbarme mientras yo saltaba sobre ese macho.
Guilherme - ¿Te gusta ese cogedor de cochas? ¡Perra!
De manera frenética salté en él hasta dar la primera corrida.
Jessica - Acaba traviesa, déjame probar el sabor.
Salí de encima de su polla y Jessica chupó el caldo de mi coño hasta dejarlo bien seco. Isabela salió de encima de él y le pidió a Jessica que siguiera chupándosela, esa perra se hizo adicta a la lengua de mi mujer. Me acosté de espaldas sobre él, Guilherme jaló mis pezones con los dedos y me abrazó bien fuerte guié su polla de nuevo hasta mi coño y él nos volvió de puntillas lazando mi pierna que me quedó encima a su cadera para que Jessica e Isabela vieran su polla enorme entrar y salir de mí.
Qué palo loco, me dolía de tan grueso y duro, pero sentir que se metía y salía era el paraíso.
Alessandra - Qué polla gruesa, duele más quiero más hijo de puta!
Se aseguró de mirar dentro y fuera, puso dos dedos en mi clítoris y me masturbó tan bien como Jessica. Me quedé viendo a las dos acostarse en otra silla y chuparse mutuamente, no imaginé que Isabela tomaría gusto por el sabor del coño de Jessica tan rápido.
Guilherme - ¡Qué cachonda, mira a las dos zorras chupándose ahí qué delicia. Pero nada se va a comparar a espolvorear en esa coño aquí!
Las dos gemíamos y escuchábamos el sonido de sus chupadas lentas y continuas. Su respiración pasó a ser descompasada y la frecuencia de las estocadas fue disminuyendo. Se quitó la polla y se sentó en la silla, me fui de espaldas y me senté en él mientras Guillermo sostenía mis pechos que saltaban tanto como yo.
Jessica metió dos dedos en el coño de Isabela mientras la estimulaba con la lengua y ella corrió una vez más mientras Jessica metió los dedos de la otra mano en sí misma buscando su propio orgasmo y dando un fuerte aullido de placer.
Guilherme se encogió en la silla, sentí su polla más dura y sus bolas retractándose. Paré de saltar y salí de encima inmediatamente.
Alessandra - ¡Disfruta aquí en mi boquita!
Me arrodillé y abrí bien la boca para que él metiera todo adentro, gritando él mandó todo para mí y me encantó el sabor. Llamé a las chicas y les dimos un beso triple y con sabor a mierda, de ese día en adelante, son siempre los invitados más ilustres de nuestros evento
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