Soy Talles y tengo 23 años y me mudo a la capital a estudiar, aprobé el examen de ingreso a fisioterapia. Alquilé un departamento pequeño y puse un anuncio buscando compañero de piso en el periódico, porque sería difícil con los gastos sola y pagar el transporte, la comida con la mesada que manda mi viejo no serviría para nada.
Estaba esperando a que alguien se pusiera en contacto conmigo, hablé con un tal Alisson y por whatsapp y se suponía que vendría a hablar en persona esta tarde. Me duché, me comí un sándwich gigante y esperé... un rato después llamaron a la puerta.
Lo abrí y quedé como un idiota...
Alisson - No me invitarás a entrar.
Talles - Claro, pasa niña.
Era una morena hermosa y joven como yo, no entendía nada.
Talles - Lamento la reacción que tuve, pero esperaba que fuera un hombre.
Alisson - Es que mi nombre es unisex y ya me ha puesto unas faldas ajustadas como esta, pero si no te importa compartir piso con una mujer te entiendo.
Talles - De hecho, creo que te daría vergüenza.
Alisson - No, no te preocupes, no tengo esos adornos.
Talles - Si te parece bien, podemos intentarlo.
Acordamos detalles como valores y acuerdos entre nosotros de no hacer fiestas o cosas que molestan a uno u otro y al día siguiente ella traería cosas. Me acosté y pensé en ella, era demasiado bonita y me conozco lo suficiente como para saber que tarde o temprano iba a intentarlo. Dormí y al día siguiente ahí estaba ella con sus maletas en las manos, le mostré la habitación y me senté en la cama mirándola desempacar, era cada ropa que sacaba y uno más pequeño que el otro...a pensar en ella usando esas micro bragas.
Me pilló sonriendo y mirándole el culo como imaginaba.
Alisson: Pensaré que me estás coqueteando incluso antes de que llegue.
Talles - Que nadie, yo soy un tipo respetuoso!
Salí de la habitación y dejé que ella ordenara ese montón de cosas y me fui a masturbarme en el baño. Empezaron las clases y empezamos a vernos menos adentro y los fines de semana iba a casa de sus padres que viven en un pueblo vecino.
Había feria municipal a mitad de semana y nos íbamos a quedar solos en casa, era una buena oportunidad para intentar una embestida un poco más intensa. Lo puse en una pelicula para que la veamos, precisamente una con escenas de sexo casi explicitas, quiza entonces ella se mojara y decidiera dármelo.
Alisson sonreía mientras pasaban las escenas y estaba roja de vergüenza por lo que vio.
Talles - ¿Por qué la vergüenza? ¡No hay mucho guau!
Alisson - Es que me parece extraño ver esto contigo.
Talles - ¿Qué extraño por qué?
Ella sonrió cuando se corrió en mi boca, bebí esa deliciosa miel salada suya y mientras tocaba un bollo. Alisson me besó en la boca y me dijo que me levantara, sentada en el sofá se metió mi polla en la boca, la chupó como una desesperada y yo deliraba en esa boquita caliente. Íbamos besándonos a mi habitación, ella yacía en la cama abierta de par en par y esperándome mientras me ponía el condón.
Me posicioné y lentamente me lo fui poniendo, dejándola sentir cada centímetro de su apretada carne, cuando logré acomodarlo todo dentro de su coño ella gimió muy rico. Me acosté encima de ella y le robé la polla con todo en el coño besando esa hermosa boca.
Alisson - ¡Esto es cada vez más fuerte, más más!
Me apoyé con las manos en la cama y comencé a follar duro y a enterrarme con todo, Alisson gritaba y yo ni sabía si era de dolor o de cachonda, la verdad es que cada vez me volvía más loca. comer mucho.
Talles - ¿Te gusta que me sienta tan duro dentro de ti, perra?
Alisson - Me encanta sentirte dentro, dáme más más uhhh
Me acosté encima de ella y yo dominé sosteniendo sus dos manos en alto mientras nos besábamos en la boca y golpeaba nuestras pelvis con todas mis fuerzas, a ella le encantaba que le castigara duro el coño y rodaba los ojos disfrutándolo. Tuve que contenerme para no eyacular con el delicioso gemido y los apretones que me dio a mi polla, pero me resistí con valentía y seguí metiéndome unos minutos más.
Tomé su pierna y até mi cadera, le di tres fuertes golpes más dentro de ella con mi polla y ambos gritamos cuando nos corrimos juntos.
Talles - ¡Delicia de coño!
Caí con cansancio sobre su cuerpo, nuestros corazones latían a mil por hora. Empezamos a dormir juntos a partir de entonces, de hecho dormir no es la palabra adecuada.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Totalmente hot (COMPLETA)