Un café para el Duque. (Saga familia Duque Libro 1) romance Capítulo 20

“… Nacer de nuevo en ti, en tu mirar, llenando con tu luz, las sombras de mi soledad…” Cristian Castro.

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Aquella noche Joaquín se hallaba en la mansión Vidal concluyendo un proyecto con su amigo Santiago. El joven Duque permanecía sentado en una silla del comedor en posición directa a las escaleras, entonces su mirada se clavó en la persona que bajaba. Su corazón se aceleró con fuerza descomunal. 

 María Paz apareció enfundada en un hermoso vestido de seda en color palo de rosa ajustado a su figura, que le llegaba más arriba de las rodillas, dejando al descubierto sus espectaculares piernas, calzaba unas sandalias de taco alto en tono dorado, su cabello suelto castaño caía en ondas como cascada sobre su espalda, cada vez que Joaquín la veía ella se ponía más hermosa, más mujer, tanto que él se quedó sin aliento.

La jovencita se sostuvo del barandal al sentir otra vez sus piernas fallarle al momento que la mirada de Joaquín se posó sobre ella, había intentado olvidarlo, pero resultó una tarea imposible. 

—¡Qué hermosa! —dijo Santiago girando su cabeza al darse cuenta de que su amigo se quedó hipnotizado observando a su hermana. 

—Gracias hermanito —contestó María Paz caminando con sensualidad hacia el comedor, miró a Joaquín y giró para observarse en el espejo que reposaba colgado en la pared encima del bufetero del comedor.

—¿Tienes alguna fiesta? —cuestionó Santy. 

—Harry me invitó a un cumpleaños, no debe tardar —contestó María Paz. 

«Y para salir con ese idiota: ¿Tenés que ir tan hermosa?» decía en su mente Joaquín presionando su bolígrafo con fuerza, intentando contener los celos. 

—¿Tus padres permiten salir a esta jovencita vestida de esa manera? —cuestionó a Santiago—. Si fuera mi hermana yo iría con ella a la fiesta.

María Paz clavó su verdosa mirada en el joven. 

—Y a ti,  ¿quién te pidió tu opinión? —Resopló la jovencita arrugando el ceño, furiosa

—Yo solo hago un comentario, por esa razón es que hay tantas niñitas embarazadas por ahí. —Encogió sus hombros y la observó de pies a cabeza. 

—Yo no soy ninguna niña, me sé cuidar muy bien —respondió molesta. 

—Basta María Paz —ordenó Santiago. Enseguida al escuchar la voz de Harry dijo—, cuídate hermana, y besó su frente. 

María Paz se despidió de Santy. A Joaquín no le dirigió la palabra, salió con el jovencito, quien la devoraba con la mirada. El joven Duque sintió que la sangre hervía a punto de ebullición por sus venas. 

—Parcero, recordé que tengo una cita —dijo Joaquín. Con desesperación tomó sus cosas y salió corriendo, inhaló aliviado al notar que el auto de Harry aún estaba en la calle, enseguida él metió como pudo sus objetos en el Lamborghini. Cuando ellos partieron el joven Duque con cuidado de ser descubierto fue tras de ellos, por unos segundos meditó, se meció el cabello, y pensó que se estaba comportando como un demente, un celoso, o hasta un acosador, pero lo cierto era que el amigo de María Paz no le daba buena espina. 

Observó cómo llegaron a una de las discotecas más elegantes de la ciudad, presionó con fuerza el volante del auto cuando miró a Harry rodear con su brazo la cintura de María Paz, vio como ambos jóvenes se acercaron al guardia y los dejó ingresar. 

Joaquín bajó de su auto, se aproximó al custodio.

—Buenas noches, voy a entrar.

—Si no tiene invitación no puede pasar —expresó con hostilidad el hombre que cuidaba la puerta.

Joaquín sabía bien que en ese tipo de fiestas abundaba el licor, drogas, y Harry no le inspiraba mucha confianza.

—Soy hermano de una de las jóvenes que vinieron a esta fiesta, así que vos comprenderás, que no tengo invitación y sabes cómo se ponen los adolescentes. No voy a hacer ningún escándalo solo vigilaré a mi hermanita. —Sacó una buena suma de dinero con eso el guardia lo dejó seguir. 

El joven Duque ingresó al salón las luces robóticas cegaban su visión: «La mordidita by Ricky Martin ft Yotuel» sonaba, algunas parejas de jóvenes se besaban sin ningún reparo, entonces sus ojos se clavaron en la pista de baile. 

María Paz y Harry se encontraban danzando. El joven Duque se quedó estático observando los sensuales movimientos que la silueta de Paz realizaba, parpadeó respirando profundo, luego todos sus músculos se tensaron al ver las manos de aquel chico tomándola por la cintura. La barbilla de Joaquín tembló de la ira. Si en él que ya era un hombre ella despertaba todos sus sentidos, no se diga un adolescente hormonal, pensó para sí mismo, y para agravar la situación, la música cambio a una más suave. 

Joaquín presionando sus labios se sentó en una butaca en la barra del bar, y desde ahí visualizaba todo. 

Harry colocó sus manos en la cintura de la jovencita, y María Paz lo rodeó con sus brazos en el cuello, el joven observó a la chica mojando sus labios. 

Capítulo 19 1

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