- ¿Helka? - escuché una voz a lo lejos.
- Mm - me quejé
- Despierta, en unos minutos llegará la familia y no nos tienen que ver así, además es mejor que te vayas a tu cuarto.
- Cinco minutos más - le rogué con los ojos cerrados.
- Está bien - depositó un beso en mi frente.
Cerré los ojos con el fin de dormir nuevamente, Drake apoyó su cabeza en mi hombro y se quedó en silencio.
- Drake, buenos dí_- abrí los ojos de inmediato, me asuste no porque nos descubrieran cómo estábamos, sino porque podían pensar cosas que no son.
- Hola Hugo - dijo Drake naturalmente.
- Hola Helka, Drake - trae una café en su mano.
Sonreí nerviosa - Hola Hugo,... Yo creo que tengo que irme a mi habitación - me siento.
- Tus padres ya vienen.
- Tengo que irme, ahora sí, nos vemos cuando salga. - me levanté de la cama pero él me detuvo agarrándome de las caderas.
- Drake, por favor, tengo que irme - dije riéndome.
- Yo mejor me voy - dijo Hugo un poco avergonzado.
- No es necesario - dije cuando abrió la manilla de la puerta. - Drake ya me soltará.
- En 5 minutos - comenta Hugo.
- No, ahora mismo lo hará - su agarre se fué debilitando poco a poco.
- Está bien, entonces nos veremos luego. - sonreí y salí de inmediato de la habitación - disculpa - dije susurrándole a Hugo al salir, me guiñó el ojo.
Caminé hasta mi cuarto unos pasillos más allá.
Muchos me quedaron mirando, solo caminé con la mirada en el suelo, hasta que choqué con un desconocido.
- Ahg,... Lo siento - quise seguir con mi camino, pero me agarro la mano, me puse en defensa y me solté enseguida.
- Disculpa si te incomodé.... Déjame invitarte un café, para pedirte disculpa.
- ¿Disculpa? - dije de inmediato - no es necesario, no fue nada - dije secamente, volví a mi camino, lo extraño fue que sentí su mirada persiguiéndome hasta lo último.
Al entrar en mi habitación todo estaba un completo desastre.
Retrocedí fuera de la habitación, miré a la derecha y ví al tipo girar el pasillo, no sin antes lanzarme una mirada amenazante.
- ¿Helka? - escuché a Agnes - ¿Qué pasó? - dijo enseguida cuando vió la habitación, me quedé helada, no sabía cómo reaccionar o qué decir.
- El.. - fue lo único que logré decir, estaba en nerviosa - las sillas tiradas, las sábanas revueltas y por el suelo y noté que el vidrio decían unas palabras muy amenazantes, con líquido rojo "TU VIDA ESTÁ POR TERMINAR HELKA"
- Iré por Hugo - dijo Agnes y corrió, segundos después unos doctores se acercaron hacia mí y sentía cómo pasaba en cámara lenta para mí, no lo podía creer, ¿Me estaban amenazando?.
- ¿Helka? - Escuché la voz a lo lejos, sentía que no podía, estaba muy asustada, temía por mi vida.
- Necesito a Drake - dije a duras pena.
- ¡Helka! - Escuche a Drake. Estaba en bata que se usan en los hospitales.
- Drake - dije en susurro, lo abrazo, quedé espaldas a la habitación, mirando fijamente al pasillo, en el cuál dobló a la esquina aquel tipo con un café, lo ví, estoy segura que fué él.
- Él es - dije nerviosa y asustada.
- No, pero a mi futura esposa si - el clima estaba tenso y Drake demasiado enojado y preocupado como para dejarme sola.
- No la voy a dejar sola ahora - pego sus manos ocasionando un ruido en la mesa mientras se levantaba.
- Señor, le pedimos de favor que se retire - ordenó una vez más el policía.
- Drake por favor, espérame afuera - dije estando a su altura, posé mi mano en su mejilla y lo miré suplicante.
- ¡Drake! - entró Hugo de golpe, nos miró a todos. Todos nos quedamos en silencio, Hugo estaba muy agitado - Hemos visto las cámaras de seguridad y se ve un tipo entrar a la habitación de Helka - Drake me abrazo, cerré mis ojos sin poder evitar la lágrimas caer.
Sentía mi vida pasar por mis ojos.
Los policías se dirigieron hacia las cámaras sin decir nada, con su gesto enojado.
- Ya volvemos - nos avisó antes de que se vayan, Hugo se quedó con nosotros.
Agnes llegó y se llevó a Hugo avisando que volverían.
- Tranquila, nadie te hará nada... Y si lo intentan hacer... - me abrazo más duro - tendrán que pasar sobre mi cadáver.
- Drake - dije rogándole, no me agradan mucho esas palabras - no digas esas cosas, tu jamás te vas a separar de mi lado.
- Si,... De eso estoy seguro... Ni la muerte - alzó me barbilla, mirando mis labios muy deseoso, quizás no sea el momento, pero necesito sentirlo físicamente - no quiero separarme de tí.
Unió sus labios con los míos, uniendo nuestro amor por el otro, uniendo nuestras palabras sobrantes, haciendo de este un momento recordado, sus manos me tocaron las mejillas levemente, haciéndome olvidar de todo lo malo.
Nos separamos, sus ojos estaban llorosos, toqué su mejillas con mis manos.
- Jamás me separarse de ti - se lo prometí.
Sus manos recorrieron mi cuerpo hasta juntarme levemente con el, uniéndonos en un fuerte abrazo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un contrato de amor