Un contrato de amor romance Capítulo 26

Al pasar los días, antes de darle de alta a Drake, me mantuve alerta en todo momento, hubieron momentos en que sospeche de varias personas, pero las ignore, ya que eran visitantes de habitaciones que ya estaban bajo cuidado y vigilancia.

Charles me había informado que habían revisado las cámaras de vigilancia, y el maldito las había desconectado, lo que concluyó que no estaba solo, ya que cuando se fue del hospital, las cámaras volvieron a encenderse.

¡Maldita sea!

- Amor, ya nos vamos - dije orgullosa, al fin podríamos largarnos tranquilos de este odioso lugar.

- Si - dijo entre suspiro.

Nos encontrábamos en la sala de espera, Charles dijo que esperáramos un instante, quería hablar con nosotros.

- Te vas a vivir conmigo ¿No? - cerré mis ojos, pensando lo que le iba a decir.

- Drake,... - le rogué - ya lo hablamos.

- Pero no con claridad - se puso más a mi lado.

- Si,... Pero... Drake - le rogué se puso más a mi lado.

- Helka... Seremos marido y mujer - me dió un nose qué de felicidad.

- ¿Sabes?... Esto me asusta, que dirán los demás

Mi miedo era que la gente hablara mal de mí, sé que a uno no le debe interesar lo que digan de uno, pero eso no es siempre así.

Y en mi caso, dirán que soy una ofrecida regalada, que con el primero que me pidió ser su esposa acepté, que no ejerceré mi carrera, que soy aprovechadora, ya que mi "futuro esposo", tiene dinero de a montón y una vida de envidia y es un Dios físicamente.

- Pero no te debe importar - su mano tocó mi mejilla.

- Sé que no me debe importar,... Pero. ¿No crees que se les haría extraño que me casara, cuando si quiera había estado en una relación tan seria, o ni siquiera te haya nombrado, o al menos dicho que ya estoy en una relación...? - lo miré frustrada, su mano se alejó de mí.

Lo pensó, solo segundos bastó para responderme.

- Eso es lo único que te importa de nuestra relación - dijo algo ofendido.

- No claro que no, solo que la gente se extrañará de nuestra relación, y buscará más de nosotros hasta obtener algo significativo o que nos exponga a que nuestra relación es comprada.

- Pero no lo es - aclara.

- No, ahora no. Pero existen ese estúpido contrato de matrimonio - le miré torciendo el labio.

-... Está bien, de eso me encargo yo, pero tu tranquila.

- De acuerdo - me cruzo de brazos, insegura de mi respuesta.

Llegaron los padres de Drake.

Se encontraban firmando un par de papeles para la salida oficial de Drake.

- Al fin nos vamos - dijo y entrelazó nuestras manos.

- Tengo tanto que contarte - dije fingiendo una sonrisa.

Apreté nuestras manos.

- Listo cariño, vayámonos - dijo la señora B.

- ¡Drake! - escuché una voz nada dulce para mis oídos.

- Ay no puede ser - dije rápido en susurro, girando los ojos sin que nadie me vea hacerlo.

- ¡Drake! Bebé - sin soltarle la mano a Drake, me giré dulce pero hipócritamente hacia Nancy.

- Hola Nancy - interrumpí sin dejar hablar a Drake.

- Hola - dijo disgustada.

- Hola querida - dice Madeline.

- Hola señora Beni - dice claramente fingiendo una sonrisa.

- Querida, me permites hablar contigo un segundo - se coloca a su lado.

- Si, claro,... - la miro, luego a Drake - vuelvo por tí.

Se alejaron, y por fin pude soltar mi rabia.

- ¡Pero que zorra! ¿Acaso no vio o qué? - dije mirándolo, aunque él no tenga la culpa, demostré mi ira.

- Ella es así, siempre lo ha sido, no te preocupes ¿Si?... - solté nuestras manos y me crucé de brazos.

- ¿Cogiste con ella? - pregunté sin golpe.

- Cuando apenas nos conocimos - dice haciendo presión en su mandíbula.

- ¿Ultima vez? - ladeo un poco mi cabeza.

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