Un contrato de amor romance Capítulo 38

Al bajar de la habitación, Drake estaba en la sala, tenía una cara de frustración, me vio y colgó una llamada.

- ¿Quién era? - me cruzo de brazos, llevaba puesto un suéter blanco y jeans.

- Nada importante,... - alcé una ceja - nada que te preocupe... Solo - golpeó el celular en su mano - algo de la boda.

Hice una mueca de cero convencimiento.

- Drake, sabes que puedes decirme lo que sea - caminé hacia el, cayó al mueble sobándose la sien.

- No, enserio nada, te lo prometo.

- Bien, no me digas si no puedes, hay cosas que solo son para uno mismo - me senté a su lado, me acosté en sus piernas.

- Hugo ya viene por nosotros, aquí nos quedaremos a esperarlo.

Asentí.

Nos quedamos en silencio, no incomodo, uno agradable, necesitado.

Hasta que pasaron 8 minutos y Drake recibió una llamada de Hugo avisando que se encontraba fuera de la casa esperando.

Me levanté enseguida, corrí hasta la puerta, agarré la cartera en la mesita cerca de la salida, Drake venía detrás mío, abrí la puerta.

Lo primero que vi fueron las manos entrelazadas de dos amantes enamorados conocidos.

- ¡Helka! - Agnes des entrelazo sus manos con Hugo, caminó hacia mi y me abrazo.

- Ya te extrañaba Agnes - la apreté en el abrazo.

- Vamos... Ah, por cierto, hay algo que queremos contarles.

Hugo se puso repentinamente al lado de Agnes, ambos se miraron secretamente, luego sus miradas bajaron a sus manos y lentamente las volvieron a entrelazarlas.

- Somos pareja - sonreí al oírlo de su propia boca.

- Felicidades amigo - dijo Drake dándole un abrazo a Hugo.

- Espero sean eternos juntos - los abrazo a ambos - y si la haces llorar, te juro que te arrepentirás de conocerla y haberle pedido que sea tu novia - le dije señalándole.

- No seas celosa Helka - dijo ella riéndose.

- No estoy celosa, solo le estoy advirtiendo de lo que puede arrepentirse.

- Bien, bien. Tranquila fiera - dijo el alzando las manos a la altura de sus hombros.

- Bien, que esperamos para ir a comer, muero de hambre - dijo Drake.

- Bien, vamos... Tu en tu moto y yo en la mía con Agnes.

- ¿Moto? - dije arrepintiéndome de haber aceptado la invitación de cenar.

- Si, vamos, no hay problema.

- Bien,... Pero, ¿Me dejas manejar? - dije desafiante.

Talento oculto, odié las motos después de un accidente por locura pero ahora me siento segura con Drake.

- ¿No le tenías? - dijo el dándome las llaves y un casco.

- No muerden, ¿No? - un rugido hizo que mirara la moto de Hugo, Agnes estaba delantera, también conduciría.

- Esto se va a poner bueno - dije abrochándome el casco.

- Estas enferma, mejor conduzco yo, casi lo olvido.

- No - escondí más llaves detrás mío.

- Helka entregarme las llaves - extendió su mano para recibir las llaves.

- Oh vamos hermano, déjalas divertirse - dijo, estuve a punto de entregarle, pero Hugo interrumpió.

- Hugo - lo miro fulminándolo.

- Déjala, ella sabe lo que hace - Agnes voto a mi favor - si Helka era experta con esas nenas - ella estuvo presente en el accidente.

- Bien, solo me dices si te sientes mal - me subí a la moto.

- Solo monta tu trasero a la moto, por Dios - dije entre broma y seriedad.

- Bien - Drake se subió.

Se apego a mi, esta sensación era diferente a las demás.

Jamás había sentido a un hombre detrás mío en una moto. Sus manos se deslizaron de mis caderas hasta mi abdomen.

- Aún puedes arrepentirte - dijo el con voz seductora.

- Podré,... Pero esa palabra no existe en mi diccionario ahora - encendí la moto provocando un rugido salvaje lo que me hizo sentir como antes, recordé varios momentos cuando andaba en moto.

- Bien, creo que esta vez no te dejaras convencer con caricias.

Tomó mi cara y la giro, sus labios chocaron con los míos. Aceleré la moto, esta expulsó humo, cerré mis ojos, sentí en el párpado que unas luces se encendían y se apagaban.

- ¿Dejaran el show para otro momento? - gritó Agnes, ella también iba a conducir lo que significaba que aquí comenzaba una aventura divertida de mujeres - hoy no quiero ser cupido.

Sonreí entre el beso, nos separamos.

- ¿Comenzamos?.

- Que comience el juego.

Ambas salimos acelerados hacia la carretera, me puse a lado de ella.

- Vamos a Cookie's - asentí.

Ya enterada del punto de llegada, ambos a sentimos, sabiendo lo que se avecinaba.

Para nuestra suerte, no había mucho tráfico, ni semáforos en los que plantar. Al igual que Drake y Hugo, nos agarraban de la cintura.

Aceleré sintiendo una adrenalina diferente a todas las que había experimentado.

- Vamos a ver hasta donde llega este bebé - me incliné hacia delante, para tener mayor comodidad al correr en moto, Agnes hizo lo mismo.

Ella me adelantaba por 50 centímetros, pero pronto la alcancé, acelere lo más que pude y la deje atrás, pero como era de esperar, ella me alcanzó, y así estuvimos todo el camino sin parar, con el viento y la línea sensación de ser libre y liviana como una pluma, esquivando los autos hasta llegar a Cookie's.

Fuimos descendiendo la velocidad hasta que llegamos al lugar acordado, respiré con calma. Estacionamos las motos.

- Estuvo de lujo - dijo Agnes cuando bajó de la moto y quitó el casco.

- Lo máximo - chocamos las manos.

- De los dos, ¿Fui el único que no sentí preocupación?...

- Si, fuiste el único - Hugo sonríe burlón. 

- ¿Te habrás preocupado? - quité mi casco y lo encaje en el timón de la moto.

- Si, al regreso manejo yo.

- De acuerdo, rabioso - él estaba serio, al parecer le molesto - lo siento porque no hayas confiado en mi.

Entré de primera, Agnes me siguió.

- Solo se preocupa por ti, el temió por su vida.

- Pues hubiera temido la de él si me hibuero hecho ese showcito antes de llegar a Cookie's.

- Lo que amas se protege, y él estaba haciendo eso contigo.

- No me protegía me sobreprotegía y eso es agobiante para mi, podremos ser novios y después esposos, pero sea como sea, nadie me estará protegiendo tanto, me sentiré ahogada.

- El solo lo hace porque es a lo único que tiene que proteger.

- Como sea - dije olvidando el tema.

- ¿Qué pedirás? - dijo cambiando el tema y el ambiente.

- Capuchino y una hamburguesa, estoy con mucha hambre.

- Creo que yo también.

Drake y Hugo entraron a los 20 minutos, pedimos por ellos.

- ¿Que tanto hablaban? - Drake y Hugo intercambiaron miradas misteriosas, estaban secreteándose, ahora esto.

- Nada, solo informándome un par de cosas.

- Sobre un asalto - dijo Drake confesando.

Esa palabra, misteriosamente me llevó al día que me quisieron atacar en el hospital junto a Drake.

Me tense, la conciencia me atacó, el tenia que saberlo también.

La comida llegó, baje la mirada a la comida, se veía apetitosa.

Agarré la hamburguesa y le dí una gran mordida, Hugo y Agnes ya estaban devorándola.

Miré a Drake, estaba en su celular tecleándolo rápidamente.

Decidí dejarlo en paz.

Comí mi hamburguesa y bebí del capuchino hasta acabarlo, disfruté cada mordida.

Me acabé la comida, tenía tanta hambre.

- ¿Vas a comerte las papas? - pregunté casi agarrando una.

- No amor, no tengo mucha hambre.

- Pero en la casa te morías de hambre.

- Si, pero era en la casa,... - se la ventó de la mesa algo enojado - los espero afuera - salió del lugar con el teléfono en la oreja,... Otra vez.

- ¿Pero que tiene? - pregunté a Hugo.

- Sus problemas siempre lo aturden, algo normal en él.

- Pero si los humanos tenemos problemas a diario, ¿Cuánto tiempo le dura?.

- Mañana estará con la felicidad rebosante, es así siempre.

- Pobre de él - dijo Agnes.

- No siempre tiene que estar con su humor de perro enfermo.

- No, sólo déjalo desahogarse.

- ¿Cómo se desahoga?.

- Mejor es que nos vayamos.

- Listo yo pago - me levanté pero Hugo me detuvo.

- No, yo invite, yo pago - asentí.

Hugo se acercó a la cajera y cancela la cuenta.

Luego volvió con nosotras.

- Ya verás cómo se desahoga en casa - dijo mientras guardaba su billetera en el bolsillo trasero.

Salimos juntos del lugar, Drake estaba recostado en la moto de él.

Le entregué las llaves al momento que me acerqué, el las observó, luego me miro fijamente.

- ¿No conducirás tu? - pregunta Drake mirándome algo serio.

- Es tu moto. Además, creo que es tu turno, ¿No? - sonrió y tomo las llaves, se puso su casco.

Había traído la hamburguesa que el no se había comido. Seguro se le abría el apetito en casa.

Se monto en la moto, al prenderla, esta rugió, al igual que la otra, Hugo conducía también.

Me monté, abrazo a Drake por detrás.

Enciende la moto y fuimos a casa. Al llegar, solo las luces de las farolas alumbraba el lugar.

Todo se veía sombrío, pero temor, temor no tenía..

- Nosotros avanzamos hasta mi casa, esta cerca, Agnes se quedara en ella.

Dijo al bajarse ambos de la moto.

Me acerqué a Agnes un poco.

- Agnes, puedes hacerme un favor.

Los chicos se pusieron a secretearse lo lejos de nosotras.

- Bien, hay algo que no me gusta entre esos dos, algo esta pasando, y se que estoy en medio de ese lío, puedes averiguar con discreción a Hugo.

- Ya sospechaba que me pedirías eso, lo intentaré, aunque no creo que me diga todo.

- No importa si te dice algo menor, poco a poco iré averiguando que se traen entre manos y secretos.

- Bien,...

- Y, ¿Aún queda en pie la salida a tomar las dos? - pregunté asegurando volver a tener comunicación con ella.

- Si, eso ni porque estemos enfermas, tenemos que enserio hablar.

Sonreí.

- Pero recuerda, nadie se tendrá que enterar - cruzamos nuestros meñique.

- Ni mi perro - reímos.

Drake y Hugo se acerco a nosotras.

- Nos vamos.

Me despedí de Hugo, luego de Agnes con un largo abrazo.

- No me falles amiga.

- No lo haré, siempre y cuando tu tampoco - nos separamos.

Drake paso su mano derecha por mi cintura.

- Adiós hermano - alzó la mano saludándolo.

- Adiós.

- Adiós - les sonreí - Agnes, me mensajeras cuando llegues.

- Bien, prometido - Hugo le mira a Agnes algo picaron - cuando lleguemos estarás ocupada.

- Adiós - dijo Drake algo incomoda.

No pude evitar reír.

- Adiós.

Hugo encendió la moto, aceleró y salió por la acertara, alejándose.

- ¿Entramos? - pregunto Drake, yo asentí.

Al estar ya en la cama listos para dormir, varios mensajes le llegaron a Drake, y eso me intranquilizo.

- ¿Quién te escribe y te llama tanto? - pregunté con preocupación y curiosidad.

- Mi papá - apagó su celular y lo metió en el cajón de la mesita de noche - Ven - abrió sus brazos.

Me acomodé entre sus músculos y su pecho desnudo. El me abrazo.

- Drake, siento que me estas mintiendo - escuché su respiración.

- No lo sientas - se quedo en silencio, no supe que más decir.

Es claro que a Drake le estaba preocupando algo y no era la boda, claro que no. El problema de sus secretos es que siempre me dan estragos en el estómago, solo siento que hay algo detrás de todo esto, algo fuerte, algo que no me ha dicho y quiere pero algo lo detiene y es claro.

Lo observé en la cama durmiendo, esa noche me desvelé pensando en él y su vida. Nunca me ha contado algo viejo de él ni me ha dado explicación de los asuntos que han pasado, claro que quería explicaciones de todo, hay cosas que no me dan buena espina. ¿Enserio yo quiero saber toda la verdad? Sinceramente me da miedo saber lo que haya detrás de toda su vida pero ahora que es alguien a quien amo me afectará aunque no quiera, no debe cargar con sus problemas él solo, yo seré su compañera de vida, tiene en quien apoyarse.

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