Un contrato de amor romance Capítulo 49

- ¿Por qué lo dices? - pregunté haciéndome la desentendida.

- Encontré mi celular apagado y mi celular no se apaga solo - me dice acusándome.

-... Quizás... - abrazo mi mochila.

- ¿Quizás? - preguntó queriendo respuesta alguna. Pero debía estar callada.

- Quizás esta fallando - dije. Apreté mis labios.

De pronto nos comenzamos a movilizar.

- Quiero que me digas lo que sabes - sus palabras hicieron despertar mi nerviosismo.

- ¿De qué me estas hablando Drake? - pregunté evidenciando mi alteración.

- Quiero que me digas que has descubierto.... No te conozco bien para decir cosas que no son, pero has cambia últimamente, siento que no quieres verme... Me evitas a toda costa, Helka, me siento rechazado por la mujer que amo... Y es porque estás sabiendo algo que no deberías, debes decirme que está ocurriendo.

Sus palabras me hieren, me hirieron como jamás pensé que iba a ocurrir...

Sentí un camino delgado y húmedo en mi rostro. Las lágrimas comenzaron a hacerse presente. Me sentía tan culpable. Me sentía tan culpable de su dolor como sus dudas en mi.

- Drake - dije para que notará mi sollozo.

- No fué mi intención hacerte sentir mal - estaciono el carro.

- Tampoco fué mi intención que te sientas rechazado por mi - quise salir del carro, pero Drake lo noto y actúo rápido, le puso seguro.

- Quiero que aclaremos las cosas - dijo casi rogándome. Cuando por fin logré verlo cara a cara, sus ojos estaban húmedos de lágrimas, jamás lo había visto así, y solo por mi. Mi corazón se rompió al verlo de esa manera.

- Drake no te lo puedo decir - me dejé rodar un poco en el asiento.

- Claro que puedes, ¿Qué te detiene?.

- Tú,... Tú eres el que me detiene - el está relacionado con todo esto, por el fue que mis sospechas comenzaron.

- ¿Yo?,... ¿Debido a...? - se acercó un poco a mi.

- Porque por ti,... - comencé a llorar oficialmente - por ti estoy descubriendo muchas cosas que quizás jamás pensé saberlas.

Su silenció quiso decir mucho y poco a la vez.

- ¿Qué es lo que ya sabes?.

- ¿Qué es lo que ya se? - repetí su pregunta, me estaba indignando - ¿Qué es lo que ya se? - repetí. Mis lágrimas no dejaban de salir - Drake, tu sabes, ¿Por qué no me lo dices y nos dejamos de misterios ambos?.

- Helka, te ruego que me lo digas, quizás podemos arreglarlo.

- No hay como arreglarlo, Drake, los cosas son como son ahora, no hay nada que tu puedas revertir o arreglar... nada - grité exasperada.

- Puedo aclararte tu mente.

- Mi mente está clara, ¿Si?... - lo miré, su mirada cayó como piedra, cerró sus ojos haciendo que sus lágrimas se retengan - Quiero irme.

- Helka, no,... Podemos arreglar las cosas. Solo estás confundida, no actúes cuando estés enojada, por favor... Helka - al notar que yo no dije nada me besó.

Sus labios pegados a los míos, provocó que me callara un poco, su necesidad se evidenciaba. Sus manos tocaron mis brazos, su lengua y la mía estaban teniendo un maravilloso encuentro.

Hasta que se separó.

- Helka yo te he amado como a nadie. Eres la primera mujer que me ha hecho esto, eres la única por la que estoy sufriendo de esta manera y no quisiera que te fueras de mi lado, no ahora, ni mañana, ni nunca.

Sus palabras me conmovieron.

- Pero no te puedo decir nada... Al menos de lo que estoy sabiendo, solo... Que también te amo, aunque seas uno de mis pocos amores, te he llegado a amar más que a mi propia vida y me he sentido tan mal por estar así contigo, no quisiera guardarte ningún secreto, y me gustaría que los dos no nos escondamos nada... Pero por mi parte ahora es complicado, por mas que quisiera no puedo.

- Solo tenemos que hablar, de una manera razonable y sin gritos - asentí.

Su frente choco con la mía.

- Eres lo mejor que Dios pudo haber puesto en mi camino - sonreí.

- Fue el mejor camino que Dios me mostró - acto seguido deposito un último beso en mis labios.

Sus manos rozaron mi rostro, cerré los ojos como instinto. Sus dedos rozaron mis labios.

- Creo que sería un desastre solo.

- No me presiones Benedict - dije bromeando - no es necesario que me vaya ahora - él separa nuestras frentes mostré el anillo en mi mano - nos casaremos, aunque haya sido por un contrato de amor.

- ¿Aunque haya sido por un contrato?

- Si,... Y creo que si no hubiera sido por ello, jamás me hubiera encontrado contigo.

- Y yo ahora estuviera perdido.

- Y yo estudiando - dije haciéndole dar cuenta de la realidad. Tenía que ir a la universidad.

- ¿Helka? - pregunto, su voz había cambiado, ahora estaba ronca y sensual.

- ¿Drake? - pregunté de la misma manera.

- Quisiera hablar contigo, pero no aquí.

- Drake... - dije de una forma no muy convincente.

- No te arrepentirás de esto Helka, te lo prometo.

Me hice la difícil por unos segundos. Claro que quería estar con él, con él y nadie más. Pero también están mis responsabilidades.

- Está bien - aunque hacer una excepción no hará daño a nadie.

Sonrió y se colocó en su debido lugar.

Condujo hasta salir de la ciudad y creo que ya sospechaba a donde iríamos.

- No puede ser - dije sonriendo y recordando varias cosas al llegar al lugar. Drake me miro de reojo. Nuestras mentes viajaron al mismo día en el mismo acto.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un contrato de amor