Varios disparos provocaron que me encogiera un poco por el susto.
- No muestres tu miedo - dijo Aisha.
Alcé mi mirada y vi como el tipo moreno era golpeado y apuntado por un arma.
La mujer, mamá,... Quedó libre.
Corrí hacía ella, a pocos pasos de estar en contacto me detuve.
¿Es ella o un anzuelo? No sabía si confiar.
- Te deje en la puerta de la calle Roswood 13... ¿Eres aquella niña?.
Asentí con lágrimas en los ojos.
Ahora si estaba segura.
Corrí a sus brazos.
Ambas llorábamos mientras nuestros corazones se entrelazaban una vez más, así como cuando nací.
- No puedo creer que sigas viva, creí que tu padre te iba a secuestrar y hacerte daño... Gracias a Dios sigues aquí.
Acarició mi cabello. Me abrazó aun más fuerte, pero me dejé, yo también lo hacía, el extrañar a una persona que jamás formó parte de tu vida, es algo que ahora no puedo evitar.
- Helka, tenemos que irnos, los chismes viajan rápido, ¿No?.
Llegamos a la casa de Drake.
Dennis tomó una ducha y ocupo ropa limpia.
Sentada bebiendo agua me surgieron preguntas.
- ¿Cómo escapaste de él?.
Capté su atención.
- Se descuido de mi al estarte buscando, parece que si le importaras - bebió todo el agua del vaso.
- No me gusta que me busque, su manera es algo maníaca.
- ¿A que te refieres?.
- Pues si me quisiera, no me mandara a perseguir con sus matones, me atacaron ya varias veces con Drake.
- ¿Lo ha hecho?.
- Si, y tantas cosas que me gustaría contarte... Pero hoy no es el momento.
Tomé su vaso y lo llevé a la mesita de noche.
- Dentro de pocos minutos vendrá Drake,... con el me casare.
- ¿Te casarás? - pregunta asombrada y emocionada.
- Si, algo complicado,... Mis padres adoptivos lo decidieron... Y pues, nos terminamos enamorándonos los dos.
Dennis cambió su expresión, era alegre, estaba alegre.
- Si, espero te lleves de maravilla con él.
Asintió con la cabeza.
- ¿Quieres descansar?.
- Si, mucha adrenalina por hoy...
Había tantas cosas que quería saber, pero ahora no era el momento.
- Está bien, descansa, vuelvo en un par de horas
La dejé arropada en la cama y salí de la habitación.
Mi teléfono vibró.
- Hola Agnes.
- Hola linda, ¿Estas libre hoy?.
- No, tengo alguien a quien mostrarte
- ¿Ahora a quien vas a mostrar? No me digas que tu hermana tiene una gemela.
- No, claro que no, mi mamá acaba de aparecer.
- ¿Es navidad? Tienes cada vez más familia... ¿Y tu papá? - caminé fuera al pasillo, bajando las escaleras.
- A él no lo quiero conocer, digo, si no se ha colado como alguien majestuoso.
- En fin... Quería salir contigo... Saldré con Hugo, iremos a la discoteca, entonces te quería invitar... Pero _
- No podré, lamento pero tengo que irme, adiós - colgué de inmediato.
Trote hasta la puerta y la abrí.
La luz nocturna invadía la ciudad por completo.
- Drake, llegaste - lo abracé
- Hola - plantó un beso en mis labios - ¿Estás sola?.
- Eh.. - me miró y sonreí.
- ¿Qué pasó? - se acercó a mí también con una sonrisa.
Me quedé esperando por 10 minutos hasta que llegó mientras lloraba.
Un chico con rasgo de Drake, atravesó la puerta, su mirada buscando a la chica que sufría por dentro pero ofrecería su mejor sonrisa.
Le hice con la mano, hasta que me encontró. Caminó hacia mí, este traía su cabello desordenado y más largo, llevaba pantalón negro oscuro, camisa blanca y chaqueta color vino, sus zapatos eran rojos también.
- Hola - dijo cuando se sentó frente a mi.
- Hola - dije apenas susurrando.
- ¿Y Drake? Creí que al menos estaría para despedirse.
Me quedé callada por unos segundos buscando una excusa - Está algo ocupado con cosas de la empresa
- Bien, se lo pierde... ¿Cómo está tu madre?.
- Bien, quedó descansando.
Asintió - Drake no vino, ¿No?... ¿Discutieron?.
- ¿Cómo sabes?.
- Te está buscando - me muestra su celular. Era un mensaje de Drake.
"¿Estás con Helka?".
- Dile que no, por favor, no quiero hablar con él ahora.
- Helka_
- Por favor, yo te explico.
Apagó su celular.
- Gracias...
- Dime o le escribo en donde estamos.
No tuve más opción que decirle de nuestra discusión.
- En parte también está enojado conmigo, y con Aisha... Pero no pasó nada.
- Drake es terco... Comienza a hacer suposiciones de nosotros, si nos hubiera pasado algo...
- Está bien, debemos entenderlo, se preocupa por ti...
Asentí.
- Yo lo amo, y me alegro que me casaré con él, me alegro en parte por ese estúpido contrato - sonreí como tonta
- Pero jamás tuviste una relación tan seria como la tengo con él... Y temo arruinarlo...
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Un contrato de amor