Un contrato de amor romance Capítulo 82

Última vez que volveré a ver la arena, el mar y el sol al mismo tiempo.

Empaco mis cosas y las meto al carro.

- Mi papa llamó, quiere que estemos en su casa para cuando lleguemos - asentí.

- Está bien.

Me subí al carro, luego Drake.

Comencé a recordar la foto de la hija de Drake.

Me recosté mientras veía el mar y las palmeras por la ventana.

- ¿Helka?.

Lo miré.

- ¿Estás bien?... Estas pensativa...

- Si, estoy bien, no te preocupes.

Claro, como no pensar sobre mi vida una vez más. En resumen:

Me gradué, me casé, vivo en una casa que jamás me iba a alcanzar con veinte mesadas, sé secretos de Drake que nadie más sabría, y es el que tiene una hija, convivo con gente que hace cosas ilegales, volvió mi hermana y ahora sé que soy adoptada y mis padres no son los mejores que pude tener.

¿Que cómo me siento?, pues no me sabría responder, tengo una serie de sentimientos revolviendome a cada instante, no sabría decir lo que realmente siento, pero se que todo está agobiándome, y al mismo tiempo, sintiéndome mejor que nunca.

- Drake - humedezco mis labios con mi lengua.

- ¿Si? - tenía puesta unas gafas que lo hacían ver más sexi de lo normal.

- ¿Aisha volvió a tu casa?...

Apretó el volante con ambas manos.

- Se mudará definitivamente con nosotros, en casa de mis padres por un tiempo, buscará un departamento para ella después de unas dos o tres semanas... Se independizará, comenzará a trabajar en la empresa, no en la mía, otra de mi padre, se la dará, será la jefa, ella es astuta, sabrá como manejarlo - dijo todo con un suspiro a lo último.

- ¿Y sobre... Tu_... Sarahí ? - me mordí el labio y lo dejé de mirar.

- Ella ya la está buscando... Temo que,... Temo lo peor.

- La vamos a encontrar - aseguré - ella estará con nosotros, viviendo una vida como se debe, como se merece, la querré como si fuera mi hija biológica, eso hicieron mis padres, me adoraron como a una, siempre y cuando sepa la verdad.

Un segundo fugaz, tuve la mirada de Drake sobre mi.

Creo que soné muy empalagosa, y a él le gustó.

- Gracias - dijo y volví a posar mis ojos en los ojos azul claro de él.

Sonreí.

Decidí guardar silencio.

Hasta llegar a casa.

La mayoría del camino dormí, estaba exhausta, mi cuerpo dolía.

En un cerrar y abrir de ojos, ya estábamos en casa.

Bajamos las maletas en silencio, mientras las dejábamos en la lavandería con varia ropa sucia de mar y de nosotros.

- Helka, cariño - escuché la voz de mamá.

- Mamá - bajo el último escalón y fuimos a por la otra en busca de un abrazo.

- ¿Cómo te fue?.

Drake tiene una hija. Eres abuela adoptiva, ¿Eso tiene título?

- De maravilla, fue lindo volver a encontrarme con el mar.

Arregla mechones de mi cabello alborotado.

- Hola - Drake se pone de mi lado saludando a mi madre.

Después de ponernos al corriente de varias cosas, vamos a casa de los padres de Drake.

Aunque debíamos estar allá desde que llegamos.

Mi teléfono suena.

- Hola - respondo con una sonrisa sabiendo que es mi hermana.

- Hola, me enteré que llegaste, pienso en irte a visitar... ¿Estás en casa?.

- Si, si acabo de llegar, y no, voy a casa de los padres de Drake - crucé el brazo que tengo desocupado.

- Mm, esta bien, mamá te manda saludos,... Y, voy a ir a la universidad, en dos meses, ahora estoy en nivelación - se escucha emocionada.

- Me alegro, ¿A cuál vas?.

- Drake me ha conseguido una beca en la universidad que te graduaste.

- ¿Drake hizo eso?.

- Si, no te enojes, el indagó de mi con mamá, me dió la noticia ayer en la mañana...

-... ¿Mamá si sabe?...

- Si, papá... Le diré esta noche, vamos a ir a cenar, ¿Quieres acompañarnos?, vendrás con Drake.

- Claro, veré si no tengo algo más que hacer - caminé hacia la sala de la casa.

Drake está con sus padres hablando muy sonrientes.

Me recuesto en la pared que hay a mi lado derecho.

- Me gustaría llevar a los padres de Drake - escucho que Itzy duda.

- La idea era salir nosotros los cuatro, pera como acabas de casarte.

- Esta bien, iré con Drake.

Mi plan era llevar a los padres de Drake, e invitar a Phil y Aisha, pero también dudaría que ellos fueran.

- No hay problema, te confirmo luego, ¿Si?

- Esta bien, adiós hermana.

Me quedo un rato en silencio.

Hermana

Suena bien que me llamen así.

- ¿Helka?.

- Nos vemos, Itzy - colgué.

Camino haciéndome notar.

Después de hablar sobre nuestra luna de miel. Los señores B tuvieron que salir de urgencia hacia la empresa.

- ¿Quieres? - Drake tiene en sus manos una botella de alcohol.

- Un poco - me senté en el borde del mueble mientras veía cómo Drake vertía el trago en dos vasos de cristal con hielo.

Me entrega un vaso, lo observó por unos segundos, luego alzo la mirada hacia Drake, el ya lo estaba bebiendo, la manzana (hueso) en su cuello sube y baja mientras digiere la bebida.

Dudé un poco, pero hago lo mismo.

Me mande todo el América Port 1870 color ambar de un solo bocado.

El sentir mi garganta arder, fue lo peor, y aún más cuando llegó a mi estómago, la calentura se sentía.

Hice una mueca.

- Caramba, ¿Cómo puedes bebértelo sin hacer ninguna mueca?

- La costumbre.

Claro.

Drake se acerca a mi haciéndome abrir las piernas.

Bebé la última gota que queda, su mirada era desafiante con una pizca de lujuria. Mueve su boca, tiene un hielo en su boca.

Se acerca a mi y estira su mano dejando su vaso y el mío en la mesa a lado del mueble.

Su respiración se sentó en mi piel. Con su nariz perfilado, roza con mi piel hasta llegar a mi cuello, luego sube, sus labios se pactan contra los míos, y no se como, pero su hielo, terminó dentro de mí boca, se separa.

- ¿Quieres saber lo que es acción? - su mirada baja por todo mi cuerpo, parecía querer recorrerlo como toda las veces que lo hacemos.

- Muéstrame - lo desafié.

Esto tenía pinta que se iba a poner bueno.

- Solo no te vayas a arrepentir.

Se agacha subiendo mi blusa.

Deja besos húmedos en mi vientre, dejé salir un largo suspiro, mientras mi mirada se alza hacia el techo.

Mis manos tocan su cabello desordenado.

Su tacto me hacía estremecer.

Subió aún más la blusa, tocando mis pechos, comenzó a succionar provocando una mancha roja en mi piel. Quitó mi blusa por completo, comencé a quitarle su ropa también, su corbata, su camisa, quité su cinturón, mientras lo miraba con ganas de todo, el y yo quedándonos como Dios nos mandó al mundo.

Enrollé mis piernas en su cadera, sintiendo el roce de su miembro.

Sus besos eran desesperantes, queriendo tener más del otro.

- Te deseo, Drake - susurre agitada.

- Dilo... Otra vez - su cabello y su rostro, lucía a la perfección.

Toque su abdomen bien trabajado, aún no entendía como lo tenía así, si el ya no salía a correr, o al gym, recuerdo la última vez que lo hizo, fue conmigo, antes de ir a la universidad, recuerdo como lo odiaba y lo amaba, ahora sé que podemos sentir ambos sentimientos al mismo tiempo con una sola persona.

- Te deseo Drake Benedict - susurre algo tímida.

- Me gusta como te sonrojas - si, él aún causa eso en mi.

Pronto el estuvo dentro de mi, con cada estocada, me hacía sentir más mujer, sentía su amor. Lo sentía a todo él.

Estaba vez, lo sentí mejor, me alzó en sus brazos, camino hasta recostarnos en la pared, cada vez su penetración era más fuerte y salvaje, tanto, que el dolor apareció de vuelta.

Su sabor era ardiente, sus labios sabían a wiski, y me encantaba.

- Ahh, Dios... - cerré mis ojos con fuerza, apoyé mi barbilla en su hombro, sentí como hacía fuerza con su brazo.

- No te arrepientas - dice con su voz ronca.

Cada vez era más rápido.

- Ah, Drake... - música para sus oídos, yo no paraba de gemir.

Tanto mi respiración como la de él eran agitada.

Clavé mis uñas en su espalda, sabía que esto iba a dejar marcada su espalda, otra vez.

Sentía como ya iba a llegar al orgasmo. Pero el para, toque el suelo con mis pies. Me mira un segundo.

- Drake, déjame terminar - me quejé, mis piernas estaban temblorosas.

- Dame tus manos - las pongo enfrente mío.

- ¿Quieres ir a la que era mi habitación - asentí.

Me alza en sus brazos, llevándome como a una princesa, en vez de sacarla de la torre, la lleva a ella.

Me lanza en la cama.

Drake va a una cómoda, abre un cajón y saca algo.

Cuando menos lo espero, me amarra las manos en la cabecera de la cama.

- Drake - suelto.

Sus manos se deslizan por mis manos hasta mi estómago y finalmente en mis piernas.

Pronto, esta dentro de mi. Él con una sonrisa y yo disfrutando.

Me sostenía de la corbata cada vez que sentía un cosquilleo en mi abdomen.

Sus labios se pegaron a los míos, uniéndonos y convirtiéndonos en uno.

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