Me siento atormentado ante las ordenes, pero a la vez con tantas ganas de saborear mi triunfo y aquella venganza que por años fue construía para mí.
Escuchaba día a día voces atemorizadas a mi alrededor, mis labios disfrutaban de aquello y podría describirlo como perfecto. Aquellos ojos temerosos de cada ser que se arrodillaba era una clase de energía cubriendo mi cuerpo.
-Al fin podré hacer lo que tanto deseé, ya es hora
-Con cuidado, recuerda que aún te encuentras débil - su asquerosa voz me hostiga, me quema, como odio verlo vivo
-No estés siempre cuidándome, cuida tu puesto en el castillo y tráeme más información, quiero saber más sobre esa tal Minesa - relamo mis labios
-¿Que más deseas saber? – cuestiono con arrogancia
-Más, necesito saber más. Ella me llevará al éxito, ella es la indicada y la debilidad ahora de Aleckey
-¿Crees que aquellos rumores sean ciertos? – con intriga lo observe - ¿Sobre su amada Minesa? ¿Ella existirá en realidad?
-Debe o mejor dicho tiene que existir – respondí con firmeza
-Eso espero yo también, Orión
-No me llames así, pronto seré rey ¿Lo recuerdas? – él curvo en sus labios una sonrisa ladina
-Como digas mi futuro rey - suelto una gran carcajada y bebo el delicioso jugó que yace en mi copa soltando un gemido ante el glorioso sabor
-Pronto volveré por lo mío, pronto volveremos por venganza
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