Una humana para el rey romance Capítulo 40

7 meses después.

El abultado vientre de Minesa se notaba bajo el vestido, su cabellera descansaba sobre la almohada, su respiración bajaba y subía lentamente.

Descansaba.

Los dolores eran insoportables y los exagerados cuidados de su padre junto a su esposo la volvían loca.

Los meses habían pasado lentamente, meses tan serenos y llenos de paz.

¿Acaso Yanet había muerto?

¿Junior y ella vivían en paz?

¿Dónde estaban?

Miles de preguntas rondaban por la cabeza de Aleckey, había tanto misterio en esos extraños meses de paz.

Sentía que algo malo pasaría, no podía dormir por las pesadillas que rondaban por su cabeza.

Fuego.

Llantos.

Dolor.

Y veía su muerte.

Su muerte.

No le había contado a nadie sobre las pesadillas, no deseaba alterar la paz que rondaba en el castillo ni menos a Minesa.

Minesa.

Su reina.

Ambos habían reforzado su amor, el comienzo tan malo que ambos tuvieron quedo en el pasado y poco a poco se unieron más.

Y Minesa, ella amaba a Aleckey, pero se sonrojaba cada vez que lo pensaba.

Todos en el castillo veían a la joven pareja relucir de amor, ambos tan felices y llenos de vida.

Los padres de Aleckey no fueron informados del embarazo de Minesa por su seguridad.

No podían confiarse.

No podían.

La reina recibía la visita de Durkak, quien anhelaba verla feliz.

La veía tan hermosa, tan cambiada, veía su vientre y se acordaba de Dánae.

Cuando la conoció ella lucia su enorme vientre y sonreía cada vez que lo acariciaba.

Y Minesa recordaba a su madre, soñaba con ella y ambas cantaban dulcemente.

La extrañaba mucho.

-Sigue durmiendo mi amor - susurro Aleckey al ver los ojos abiertos de Minesa. Ella dirigió su mirada hacia Aleckey - ¿Qué ocurre? - pregunto Aleckey al ver una lágrima bajar por la mejilla de Minesa

Se acercó a ella y limpio su mejilla.

Beso su frente y se recostó al lado de su reina, abrazándola con delicadeza.

-Tranquila mi amor - susurro Aleckey - tienes que dormir, recuerda que es bueno para tu salud y la de nuestro hijo.

Minesa asintió.

Minesa cayó dormida poco después y Aleckey se quedó a su lado acariciando su vientre.

Sonrió tiernamente.

-Te amo - susurro para luego cerrar sus ojos y dejarse caer en un sueño profundo.

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