Una humana para el rey romance Capítulo 41

Beso nuevamente sus labios con ferocidad.

El sudor cubría a ambos cuerpos desnudos, la pasión los atacaba con brusquedad.

El deseo.

La lujuria.

El poder.

No había amor de por medio.

Los movimientos se tornaron fuertes, la mujer gemía, y Leopoldo cerraba sus ojos imaginando a su Minesa.

Ambos, cuerpo a cuerpo, desnudos, en una noche de pasión.

Amándose locamente.

Besaría su cuerpo suavemente, probaría sus labios y la escucharía gemir.

De solo pensarlo la excitación aumentaba.

Leopoldo sintió llegar al clímax y soltó un fuerte gemido.

Cayo dormido poco después y siguió pensado en ella.

Su cuerpo.

Sus labios.

Su aroma.

Todo.

La quería.

Y pronto.

(…)

-Imposible – murmuro Amelia

-Dile – susurro Yanet quien miraba desde el balcón la fría y tenebrosa noche – tarde o temprano Leopoldo sabrá la noticia y posiblemente te asesine.

Aquella tarde justo cuando el sol se iba ocultando, llego un hombre cubierto de sudor, cansado y respirando pesadamente.

Llamo a Amelia y le pidió unas monedas a cambio de una noticia que rondaba por el reino.

Esta acepto pues las ganas de saber de qué se trataba la consumían por completo.

Le entrego 3 monedas de oro y este comento.

-Corre la noticia que la reina Minesa está embarazada y el rey personalmente ha pedido a todo el personal que sea secreto el embarazo.

Cuando escucho esas palabras sintió su miedo crecer más y más.

¿Qué haría Leopoldo al saber la trágica noticia?

Y Amelia lo sabía muy bien.

Leopoldo se volvería loco y mataría a cualquiera.

Y eso la atemorizaba.

-No te preocupes Amelia, él sabe que matar podría provocar sospechas. Necesita estar en paz – mostro una malévola sonrisa – por ahora

Leopoldo dio un gran bostezo y estiro su cuerpo desnudo.

Camino hacia el baño para poder darse un baño y quitarse aquel aroma que lo fastidiaba.

-Yo… – fue interrumpida por Leopoldo

-Dime Amelia – este se quedó observando a Amelia quien no sabía si salir corriendo de aquel lugar o rezar para que Yanet no diga nada

-Déjala Leopoldo – hablo Yanet – yo te lo diré

-Yanet – susurro Amelia tratando de callar a la mujer

-No pasara nada – le dio una sonrisa fingida y hablo – ¿Sabías que Minesa está embarazada?

Leopoldo se quedó pasmado al oír aquella frase

-¿Qué dijiste? – apretó fuertemente sus puños

-Que tu querida Minesa está embarazada. Vas a ser tío – Yanet contesto, le dio una sonrisa burlona a Leopoldo

-¡No puede ser esto verdad! – grito Leopoldo, se levantó de su silla y tiro los platos que yacían sobre la mesa

-Cálmese mi señor – susurro Amelia quien se acercó a él tratando de calmarlo

-¡Como quieres que me calme! – grito ferozmente Leopoldo

-Mi señor – murmuro en voz baja Amelia

-¡Engendro en ella! – Amelia temblaba de miedo, Yanet sonreía burlándose del hombre y Leopoldo quería matar a Aleckey

-Lo matare – susurro Leopoldo - ¡Alisten mi caballo! – grito, los guardias rápidamente obedecieron la orden de su señor

-Mi señor – nuevamente murmuro Amelia

-No te preocupes mi querida Amelia, estaré bien. Él será el único en morir. – salió de aquel lugar dejando a las dos mujeres

Amelia siguió a su señor hasta las afueras de la cabaña.

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