Cada minuto que pasaba se volvía una completa tortura. No sabía en qué momento ingresarán por esa puerta con los documentos que me llevarán al infierno y a una tortura constante.
Estaba tan concentrada sobre cuándo llegarán los abogados que no me di cuenta de que Mia había despertado. Me acerco a ella cuando la escucho balbucear y le sonrío para que no se dé cuenta de que estaba sintiéndome mal por dentro. Debía ser fuerte por ella y mi familia. Debía serlo.
Siento un enorme escalofrío correr por mi columna cuando escuché la puerta abrirse. Era como estar en una película de terror, la típica escena en la que si te giras estás muerto. Así era como me sentía en ese preciso instante.
—Zoe.
Me sobresalto al escuchar la voz de Kevin. Respiro profundo dos veces antes de girarme para verlo a la cara como si nada pasara.
—Te ves un poco pálida, ¿Estás bien?
—Sí.
Sabía que él no me estaba creyendo en lo absoluto. Su ceño fruncido era muy obvio, me estaba analizando y como todo un abogado, trata de descubrir la verdad.
—Estoy nerviosa, eso es todo.
—Tranquila, todo va a salir bien.
—Claro. ¿Y los papeles?
—Aquí están.
Responde enseñándome su maletín. Saca el sobre que tenía los documentos y se acerca a mí para entregármelos junto con un bolígrafo para firmar. Me siento y leo los documentos. Tuve que leerlos tres veces para ver si no había una trampa, pero según yo, no había ninguna trampa. No soy abogada, ni soy experta en el tema de contratos y la letra pequeña o la trampa escondida, estaba a ciegas y a merced de él.
Suspiro varias veces mirando aquellos papeles. Él había aceptado mi condición, estaba estipulado en el contrato, pero Kevin comienza a explicarme la situación.
—Como sabes, Jason necesita una esposa y un hijo o en este caso, una hija para ser el heredero y líder de la familia White. Debes tomar clases de etiqueta, yoga, gimnasio y otras cosas más.
—En pocas palabras, quiere que intérprete a una esposa perfecta.
—Así es.
—¿Qué pasará con mis estudios y mis trabajos?
—Debes renunciar a tus trabajos, pero podrás seguir estudiando. Tienes la aprobación del abuelo de Jason para continuar tus estudios. Asignarán a una niñera para ayudarte con el cuidado de tu hija. Apenas firmes los papales, comenzaremos los trámites para que tu hija lleve el apellido White, al igual que tú. Una vez que domines las clases de etiqueta, serás presentada ante toda la familia White. Estarán presentes tanto la familia principal, como las familias secundarias. Debes ser fuerte, muchos de ellos se acercarán a ti con malas intenciones y otro querrán favores de tu parte...
—Como también querrán humillarme.
Interrumpo su discurso para expresar lo más importante de lo que harán aquellas personas que envidiaban a Jason.
—Me temo que será así, pero no te preocupes, no dejaré que te hagan daño. Jason tampoco lo permitirá.
—Está bien. Pero, aun así, debemos preparar una habitación para ella. Ya sabes, por si llegan la familia secundaria de sorpresa y evalúan el lugar. Dejaremos parte de tus cosas en la habitación matrimonial, pero tendrás tu propio espacio. De eso no te preocupes.
—Gracias.
—Con respecto a la boda...
—¿Qué sucede?
—Me temo que tendrás que vivir la experiencia de cualquier novia y...
—No lo haré. Pueden asignar a quien quiera para que haga los preparativos si es lo que él quiere, pero no pondré ningún empeño en escoger el vestido, las flores o la comida. No lo haré, me da igual quien lo haga, pero no seré yo quien lo haga. No perderé mi tiempo con esos detalles insignificantes.
—Creo que sería bueno para ti el experimentar lo que toda novia vive en su momento.
—No es mi caso y no me retractaré a mi palabra.
—De acuerdo. Haré que otra persona se encargue.
—Bien.
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