CASADA CON EL SUEGRO DE MI EX. ATERRIZAJE EN EL CORAZÓN romance Capítulo 100

Thalía Kontos.

Un silencio pesado llenó la habitación. Me quedé atónita ante la revelación. Los pensamientos y emociones se agolparon en mi mente. La mujer a la que había encontrado en el hospital era mi madre biológica, ahora entendía las razones de mi padre para sentirse asustado, después de todo, ella era la persona que me había hecho más daño en la vida, casi desde el mismo momento en que supo de mi existencia.

—Así que ella es mi madre biológica —dije con voz temblorosa— ¿Por qué no me dijiste que estaba en la misma ciudad que yo? ¿Ella vino… para pedirme perdón? —pregunté ingenuamente, aunque en el fondo de mi corazón sabía que no era cierto, que alguien que había querido deshacerse de mí, no querría jamás conocerme.

Ante mis palabras, mi padre se quedó en silencio, parecía incómodo, miraba al suelo con pesar, y finalmente, decidió responderme, negó con la cabeza sin dejar de mirarme con amor.

—Lo siento hija, ella vino a hacerte daño… a usarte como instrumento para vengarse de mí, por eso no quería que te acercaras a ella porque... porque es una persona complicada, Thalía. Tu madre... tu madre biológica, no es alguien a quien debas conocer. Ella fue la que planificó… tu secuestro —titubeó mi padre, parecía luchar con sus palabras, como si fuera difícil encontrar la manera adecuada de decirme la verdad.

Yo me sentía desconcertada. Mi mundo siempre había prendido de un hilo. La mujer que había visto el hospital era mi madre biológica, la mujer que quiso acabar con mi vida y que ahora después de veintiún años seguía intentándolo.

La confusión y la curiosidad se mezclaron en mi mente, y una oleada de emociones difíciles de comprender me inundaron por completo, sentía tristeza, rabia, temor, decepción, al mismo tiempo que me preguntaba ¿Por qué quería hacerme daño? Llevé mi mano a mi vientre, y estuve segura de que jamás sería capaz de causarle daño a mi hijo.

—¿Por qué me odia papá? ¿Por qué me quiere destruir? —inquirí con tristeza— ¿Por qué no puede tener el mínimo cariño por mí o por lo menos un poco de consideración? ¿Soy tan poca cosa que no merezco ni siquiera una pizca de afecto de la persona que me trajo al mundo?

Mi padre se acercó y me abrazó con ternura. Su mirada reflejaba una mezcla de tristeza y amor. Me separó suavemente para mirarme directamente a los ojos.

—Thalía, escúchame bien. Esto ya lo habíamos hablado, por favor, no retrocedas. No necesitas su amor porque el amor que siento por ti es suficiente para abarcar todo el amor del mundo. Ella no te merece, no merece tu amor, cariño o consideración. Eres mucho más fuerte y especial de lo que crees. No permitas que su odio te haga sentir menos valiosa. Eres mi hija y eso es lo único que importa. Tienes un amor infinito a tu alrededor, de personas que te quieren y valoran, tienes a Zachary, estaba dispuesto a morir por salvarte a ti, tienes a tu bebé, que depende ti y a él puedes darle todo el amor maternal que tu madre biológica te negó —me dijo con voz firme y llena de amor paternal.

Su palabra fue un bálsamo para mi alma. A pesar del dolor y la confusión, su amor era como un escudo que me protegía de todas las emociones negativas. Una lágrima solitaria escapó por mi mejilla mientras asentía en silencio, abrumada por la intensidad de sus palabras.

Tarah, quien estaba presente en la habitación, se acercó rápidamente y me tomó de la mano con afecto.

—Thalía, yo también te amo como a una hermana, como la hija del hombre que amo. Eres una chica increíble, dulce y valiosa. No dejes que el comportamiento de alguien más defina tu valía. Eres fuerte y tienes un corazón maravilloso —dijo con calidez y apoyo en sus ojos.

Sentí el amor genuino en sus palabras y supe que contaba con el respaldo y el cariño de esta maravillosa familia. Agradecí profundamente a Tarah con una sonrisa y ella continuó hablando.

—Tu hermano Paul también te ama, y estás rodeada de gente que siente amor por ti y te valora. No permitas que el rencor de alguien más borre la luz que hay en ti —continúo Tarah con una dulzura que llegó directo a mi corazón.

Mis ojos se llenaron de lágrimas ante sus palabras tan llenas de amor y comprensión. Sentí la calidez y la protección que emanaban de los dos, sentía que me amaban de una manera profunda y sincera.

La certeza de su amor y apoyo me dieron fuerzas para enfrentar la verdad y las emociones que inundaban mi mente. Me sentí agradecida por tener a personas tan maravillosas a mi lado, dispuestas a amarme incondicionalmente.

“Te amo más”.

Después de pasar varios minutos escribiéndonos, me quedé pensativa, no podía evitar sentirme culpable por no quedarme con él.

Mientras tanto, el tiempo pasaba lentamente, como no podía dormir, apagué la televisión y me sumergí en la lectura de un libro para intentar distraerme, pero mi mente seguía volviendo a mi madre biológica.

Sentía una necesidad de preguntarle por qué me odiaba, sin poder contener más mi ansiedad, me levanté, tomé mi bolso, saqué la tarjeta y la llamé, me atendió al primer repique, como si estuviera esperando mi llamada.

—Aló, señora Rosmary, es la chica que la salvó de caer… la llamaba porque quería saber ¿Podemos vernos para hablar? ¿Cuándo podría ser eso?

“Hola, por supuesto, ¿Qué te parece mañana a primera hora de la mañana en mi suite en hotel Aman?”

—¿Puede ser en Restaurante del hotel? —pregunté sin poder contener mis nervios. No sabía si estaba bien, pero necesitaba responder las dudas y resolver la inquietud que no me dejaban en paz.

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