CASADA CON EL SUEGRO DE MI EX. ATERRIZAJE EN EL CORAZÓN romance Capítulo 46

Anthony Whitman

Durante el día, los rumores se habían hecho persistentes sobre la inminente ruina de LeytonTecnología, por eso decidí llamar a varios socios de la empresa conocidos y me confirmaron lo que estaba en boca de todos.

—Sí, tengo contactos que me dijeron que las acciones bajarán de manera estrepitosa, yo logré vender y me las pagaron a muy buen precio, y sé de otros socios que también lo están haciendo.

—¿No existe la posibilidad de que se trate de una estrategia? —pregunté no muy convencido de sus palabras.

—No creo, porque incluso la persona también vendió las suyas —me dijo y vi en su expresión que no me estaba mintiendo.

Vender mis acciones en LeytonTecnología no era exactamente lo que tenía en mente, cuando invertí en la empresa mi intención era hacerme de un gran capital, después de todo, por eso fue que me acerqué a Thalía, esperando que ella me pudiera servir en mi propósito, y aunque logré controlar su patrimonio, al final sufrí una gran decepción, porque su familia no tenía el dinero que imaginé y solo sentía que había perdido mi tiempo con ella.

Pero este era al quinto socio que había llamado y confirmado la misma información de que la compañía estaba al borde de la ruina, por eso no tenía otra opción, sino vender.

Al día siguiente, en la mañana, el mercado estaba lleno de incertidumbre y el valor de las acciones de LeytonTecnología estaba cayendo rápidamente, de acuerdo a las noticias, era un hecho histórico.

Por eso decidí sin pérdida de tiempo llamar a mi amigo corredor, porque esa parecía la mejor opción en ese momento, así que lo hice, apenas me atendió, le hice saber mi preocupación.

—Tendré que vender mis acciones, aunque no podré hacerlo al precio que esperaba, si lo hubiese hecho ayer mis pérdidas no habrían sido tantas —le informé mientras observaba la caída de las cifras en mi monitor.

“Así es, Anthony. El rumor es fuerte, y la gente está vendiendo como loca, pero quizás puedas esperar un poco… no sé, mi instinto me dice algo muy distinto” me aconsejó, sin embargo, yo no quería arriesgarme.

—No, mejor vende todas las mías, si los rumores son ciertos, puedo quedarme sin capital —dije con resignación.

Di mi orden, y él aceptó a regañadientes, me quedé esperando, deseando que las vendiera lo más pronto posible para no perder mi patrimonio.

Me costaba creer que estaba a punto de perderlo todo, así que me levanté nervioso y caminé de un lugar a otro deseando que todo eso terminara. No pasó ni media hora cuando me llamó.

“Ya están vendidas”.

Sus palabras me hicieron sentir algo de alivio. Sabía que no podía esperar a que la noticia se hiciera oficial, ya que las acciones podrían llegar a valer muy poco.

Una hora después, vi en el teléfono la noticia, y no lo podía creer. Tanto así que decidí llegarle a la oficina y reclamarle, ni siquiera me hice anunciar con la secretaria, pasé directamente y le lancé mi teléfono.

—¿Qué significa esto? ¿Cómo es eso que el Consorcio Thalex es el nuevo propietario de LeytonTecnología? ¿Quiénes son ellos y por qué las acciones empezaron a repuntar en una hora a partir de ese anunció? —pregunté mal humorado, porque la adquisición por parte de Thalex sería devastadora para mí en varios sentidos.

—Ese es uno de los consorcios más prestigiosos y sólidos del mercado, que al parecer en este momento ha estado buscando oportunidades de expansión, y esto encajaría con su estrategia —respondió mi amigo.

—¿Acaso existe la posibilidad de que Thalex estuviera detrás de la propagación del rumor de la quiebra de la empresa para reducir el precio de las acciones antes de comprar a un precio más bajo? —interrogué y mi amigo, se quedó pensativo.

—Es muy probable, por eso te había dicho que esperaras, pero no me hiciste caso —refutó mi amigo.

—¡Maldit4 sea! —exclamé indignado—, ¡¿Qué desgraciado está detrás de esta mierd4?! —inquirí, mientras los otros presentes en la oficina me miraban sorprendido, menos uno de ellos, que lo hizo con recelo.

—¿Es en serio? ¿Estás actuando? ¿O no estás jodiendo?

—¿Por qué dices eso? ¿Qué quieres decir? —pregunté sin entender sus preguntas.

—Anthony, ¿Acaso no sabes que tu suegro es el dueño de Thalex, y ahora el nuevo propietario de LeytonTecnología? —preguntó con un tono de voz que me hizo dudar de su cordura.

—¿De qué estás hablando? —respondí confundido—. Mi suegro no tiene nada que ver con esa empresa.

El hombre soltó una risa burlona que me desconcertó aún más.

—Creí que estabas bromeando. Es ampliamente conocido que el propietario de LeytonTecnología es el magnate Alexis Kontos, tu suegro. ¿Cómo puedes no saberlo?

Sabía que Maxwell tenía razón. Esto se convertiría en un escándalo público, y mi imagen se vería perjudicada, pero eso no me importaba, porque para mí Thalía era mi prioridad, y no permitiría que Anthony la manipulara de nuevo.

—¡No importa! Estoy dispuesto a enfrentar cualquier consecuencia si eso significa proteger a Thalía. Encarguémonos de esto, Maxwell.

Después de la llamada, me vestí rápidamente.

—¿Qué ocurre? ¿Por qué ese loco dice todo eso? ¿Por qué de pronto le interesa de nuevo Thalía? —me preguntó Tarah con una expresión de consternación en su rostro, mientras veía la televisión.

—Tarah, tenemos un problema. Anthony está haciendo una farsa en las noticias, está tratando de llevarse a Thalía y difamarme en público —le conté todo mientras ella me miraba con preocupación—. Necesitamos tomar medidas legales para protegerla.

Ella me miró con preocupación y asintió.

—Claro que sí, por nada del mundo debemos dejar que se la lleve y menos ahora que por fin la he visto sonriendo.

—¿Qué quieres decir? —interrogué, pero ella no me respondió.

Fruncí el ceño, porque tenía la impresión de que estaba ocurriendo, algo que no sabía.

—Mejor bajemos.

Ella se arregló y los dos bajamos, pero tenía la impresión, de que sabía algo que yo no, no quise insistir, pero cuando caminamos hacia la cocina, vi a Zachary el hermano de Tarah, dándole comida a mi hija en la boca, mientras la tenía sentada en la isla de la cocina y ambos sonreían.

—¡¿Qué carajo estás haciendo con mi hija?! ¡Aléjate de ella! —exclamé molesto.

A pesar de mi enojo, estaba intentando controlarme para no lanzármele encima a Zachary y romperle la boca, porque esta vez no iba a dejar que nadie se le acercara a mi hija para hacerle daño, la iba a proteger contra quien sea sin importarme nada.

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