CASADA CON EL SUEGRO DE MI EX. ATERRIZAJE EN EL CORAZÓN romance Capítulo 68

Emma Leyton

Mis músculos se tensaron y mi respiración se aceleró, mientras el hombre desconocido me tenía agarrada y oculta detrás de la pared del edificio, sin permitirme moverme, por lo cual no podía ver su rostro. Mi corazón latió con fuerza y el miedo me invadió mientras trataba de encontrar una salida a esa situación.

No tenía idea de quién era el hombre que me perseguía y desconocía la identidad del que me cubría la boca, no sabía si era cómplice del que dejé atrás o si ambos formaban parte de los que habían irrumpido en mi apartamento. La incertidumbre me atormentaba, y las posibles explicaciones se agitaban en mi cabeza.

El desconocido mantuvo su mano sobre mi boca, y pude sentir la tensión en su cuerpo mientras escuchábamos los pasos del perseguidor acercándose. Cerré los ojos con fuerza, tratando de mantener la calma y encontrar una solución para escapar de esta pesadilla.

Los pasos se hicieron más cercanos, y el desconocido apretó su agarre sobre mí, para mí alivio el perseguidor no se detuvo, y allí fue cuando respiré con alivio y decidí por fin ver a la persona que me tenía.

—¡Tú! ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? ¿Acaso tienes que ver con la persona que me llamó para que yo saliera de mi apartamento para aprovechar e ingresar y destruirlo por completo? —inquirí sin ocultar mi evidente molestia.

Maxwell me soltó como si mi contacto le quemara.

—Definitivamente por eso dicen que de malagradecidos está lleno el mundo, yo como un buen samaritano, te vi corriendo mientras estaba esperando el cambio del semáforo y por eso estacioné el auto al otro lado de la calle y te esperé para auxiliarte ¿Y me pagas acusándome? —inquirió—, debí haberte dejado que te secuestraran.

—Pues yo no te conozco, y hasta ahora cada vez que apareces en mi vida significa problemas, cuando me diste la explicación te creí, sin embargo, ya no estoy tan segura, por eso no confío en ti —respondí con recelo, todavía desconfiando de Maxwell Crane—. Si me estabas esperando, ¿por qué no me avisaste en el primer momento en que me viste en peligro? ¿Por qué me dejaste correr y que alguien más intentara atraparme?

Maxwell suspiró y pasó una mano por su cabello desordenado.

—¿Crees que esos hombres actúan solos? Yo reaccioné de la forma que me pareció correcto, más bien siéntete dichosa porque te haya reconocido y me haya decidido a salvarte, porque de lo contrario en este momento estarías secuestrada —pronunció con seriedad.

—Eso es lo que tú dices, ¿Pero quién me dice que todo esto no es un plan, fraguaste todo esto y que para salvarme, para que yo me sintiera protegida y luego envolverme para hacer conmigo lo que quisiera? —articulé sin apartar la mirada de su rostro.

—No puedo esperar que me creas, pero, de verdad, no tenía nada que ver con ese hombre que te estaba persiguiendo. —respondió Maxwell, luciendo incómodo y aparentemente sincero.

A pesar de mi desconfianza hacia él, me di cuenta de que tenía sentido que Maxwell no estuviera involucrado en este extraño incidente. No tenía motivos para ponerme en peligro, y si estuviera detrás de algo, seguro habría usado otros métodos.

Decidí mantener la guardia alta y continuar la conversación con precaución.

—Está bien, supongamos que no estás involucrado, ¿qué hacías aquí exactamente? ¿Por qué estás en mi urbanización? —inquirí, necesitando respuestas.

Maxwell parecía incómodo, como si no quisiera revelar sus motivos.

—Tengo un apartamento por aquí, y de donde estaba anoche, me quedaba más cerca —respondió Maxwell, sus palabras parecían sinceras.

Sus explicaciones tenían sentido, y, aunque seguía siendo cautelosa, me costaba imaginar que estuviera involucrado en el ataque a mi apartamento.

—Me ofrece ayuda el hombre que me insultó anoche y me dijo palabras hirientes —refuté.

Él se encogió de hombros con una expresión de indiferencia.

—Tu vida está en peligro y parece que necesitas a alguien que te proteja. Las palabras del pasado pueden quedar atrás, Emma. Ahora, lo más importante es tu seguridad, y si no confías en mí del todo, al menos piensa en ello como una alianza temporal por tu bienestar. Además, tengo recursos y contactos que pueden ser útiles para descubrir quién está detrás de esto y por qué te persiguen. Debes aceptar la realidad de que estás en peligro, y yo estoy dispuesto a ayudarte a enfrentarlo.

Mis pensamientos se debatían en una lucha interna. Aceptar la ayuda de Maxwell no era mi primera opción, pero estaba claro que mi vida corría peligro, y él tenía razón en que necesitaba protección. A regañadientes, asentí.

—¡Estás bien! Acepto tu ayuda por ahora. Pero necesito respuestas, y si descubro que tienes algún tipo de participación en lo que está sucediendo, no dudaré en alejarme de ti de inmediato. —Le advertí, sin ocultar mi desconfianza—, ¿De qué manera me vas a ayudar?

—Vente a vivir a mi casa para protegerte —propuso y yo abrí los ojos de par en par.

Vivir en la casa de Maxwell no era lo que esperaba, y mi desconfianza persistía, pero debía priorizar mi seguridad. Aunque la idea de mudarme a su casa me hacía sentir vulnerable, era mejor que seguir en mi apartamento, que ya no era seguro.

Suspiré con resignación.

—Está bien, acepto.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: CASADA CON EL SUEGRO DE MI EX. ATERRIZAJE EN EL CORAZÓN