(COMPLETO) My F*ucking Hot Boss romance Capítulo 35

Estaba hecha un manojo de nervios, a pesar de saber lo que estaba por venir no estaba nada preparada para afrontarlo.

–Todo estará bien, linda.

Mi pierna iba de arriba abajo con nerviosismo, Will sostenía mi mano fuerte sobre la mesa pero no me sentía en paz.

–Nada es seguro con Nicholas y si se entera que son sus hijos yo...

Él me rodea con sus brazos, atrayéndome a su pecho.

–¿Quieres que me quede contigo?

Asiento sobre su pecho, él deja un beso en mi coronilla e instantáneamente el timbre de la puerta principal comienza a sonar.

Me aleja de él y se levanta para extender su mano hacia mi, yo la tomo y me levanto del sofá con su ayuda.

En camino a la puerta, Will no se separa más de dos pasos de mi espalda, lo cual me ayuda bastante al abrir la puerta y ver al hombre de mi vida parado ahí, frente a mi, tomando la mano de su hijo con otra mujer.

–Hola.

Dice, su voz exactamente como la primera vez que lo vi.

–Bienvenidos—inicia Will—. Luca, Max y Eli están jugando en el jardín, es por...

–Will, acompáñalo por favor.

No puedo ver su cara ya que mi mirada está fija en él perfecto rostro de Nicholas, pero me imagino que eso lo tomo por sorpresa.

–¿Segura?

Nicholas también me está mirando, alza una de sus cejas y las comisuras de sus labios se elevan ligeramente.

–Sí, por favor.

Will toma la manita de Luca y lo guía hasta el jardín.

–Adelante.

Le digo a Nick y me hago a un lado para que esté pueda pasar. El solo asiente y da un gran paso hacia el frente.

–¿Quieres...algo de beber?

El intento por no parecer nerviosa falló rotundamente. Lo veo negar.

–Siéntate.

Le ordeno.

–¿Por qué te fuiste así...aquella vez?

–Te di mis razones ese día, Nick, no tengo por qué darlas otra vez.

–Me dejaste destrozado cuando prometiste que no lo harías.

Sus ojos me miran con dolor y llenos de razón. Prometí que haría hasta lo imposible por verlo feliz siempre y lo dejé justo después de decirme que me amaba.

–En fin, lo pasado pisado ¿no?

Sus ojos se vuelven helados al mirarme pero no me atrevo a reprochárselo.

–El tal Will...¿estás con él?

Mis ojos se abren ante su pregunta y mi voz se queda atorada en mi garganta.

–No, ¿sabes que? Eso no me interesa, tú puedes estar con quien te plazca. Aquí va una mejor...

No, por favor no Nick.

–¿El es el padre de tus hijos?

Mis hombros se tensan, mis manos tiemblan y mi corazón baja su ritmo peligrosamente.

–Yo...no supe que estaba embarazada hasta que llegué aquí Nick.

Dejo escapar el aire que tenía retenido y oigo su respiración temblar. Se cubre el rostro con las manos y pequeños sollozos me hacen prestarle más atención. Alza su rostro y lo veo humedecido por unas cuantas lagrimas.

–Son tus hijos, Nick.

Se levanta rápidamente del sillón y va hacia mi, me extiende sus manos y yo las tomo. Él me ayuda a ponerme en pie y cuando lo hago me rodea con sus brazos. No tenía idea de cuánto lo había extrañado hasta este momento, en el que me rodeaba con sus brazos fuertes y me hacía sentir segura otra vez.

Se aleja de mi, sus lagrimas empapando su ancha sonrisa.

–Me has hecho el hombre más feliz desde que llegaste a mi vida y ahora me das dos regalos más.

Susurra cerca de mi oído, la piel de mi nuca se eriza y ahora mis lagrimas amenazan con salir. Lo rodeó con mis brazos, impregnándome de él, de su aroma, de su esencia.

–¿Quieres conocerlos?

Era una pregunta boba, pero sin embargo la hice.

–¿A-aho-ahora?

–¿Tartamudeaste?

El se encoge de hombros y me sonríe.

–Estoy nervioso.

Extiendo mi mano hacia él, la mira unos momentos y termina por aceptarla. Lo guió hasta el patio, donde nuestros hijos se encuentran jugando y lo siento temblar ligeramente.

–¿Listo?

Él asiente, no ha apartado la mirada de nuestros hijos y su sonrisa permanece. La misma sonrisa que jure proteger y preservar.