La habitación estaba completamente oscura, pero Nicholas y yo estábamos tan inmersos en nuestro perfecto y sincronizado baile de caricias que no nos importó. Sus manos iban y venían de mis caderas a mi espalda y trasero mientras su boca devoraba la mía con ansia.
Mis dedos enredados en su cabellos, eran el ancla que me hacía seguir con los pies en la tierra y me aseguraban que esto no era un sueño y que el hombre de mi vida en verdad había vuelto a mi.
Deja de besarme para tomar mi rostro entre sus manos y mirarme. La habitación está completamente oscura, pero puedo ver el brillo en sus ojos.
–Necesito hacerte el amor, preciosa.
Mi respiración se entrecorta, mi pecho sube y baja frenético.
–Hazlo entonces.
Atrae mi rostro al suyo, volviendo a besarme. Lleva sus manos hacia mi camisa y comienza a quitar los botones torpemente. Sonrío entre nuestro beso.
Cuando por fin se pudo deshacer de mi camisa, lo hace con mis pantalones, dejándome en ropa interior. Pasa sus dedos por mi vientre, provocando un ligero temblor por donde va tocando.
Llevo mis manos al borde de su camisa y la levanto para sacarla por sobre su cabeza. Desabrocho el botón de su pantalón, rozando el bulto creciente en él a propósito. Lo siento gruñir en mis labios y mi excitación aumenta. Toma el borde de mis bragas entre sus dedos y tira de él, haciendo que la prenda se parta en dos y dejándome expuesta de mi zona inferior.
Delicadamente me empuja sobre la cama y luego se sube encima. Me besa mientras siento sus dedos bajar por mis pechos hasta mi vientre para dejarlos descansar sobre mi entrada.
–¿Estás lista?
Asiento, mis nervios y sensaciones están al flor de piel por su contacto.
Mis ojos, ya acostumbrados a la oscuridad, lo ven llevar dos de sus dedos a su boca, lamerlos y volverlos a bajar. Su mirada atrae la mía y no puedo dejar de mirarlo, pero siento como sus dedos se abren paso entre mis pliegues, introduciendo después ambos dedos en mi.
Un jadeo sale de mi y mi espalda se arquea hacia arriba. Nick se apoya en un codo, poniendo la mano sobre mi boca y haciéndome guardar silencio.
–Amo oírte gemir preciosa pero no creo que quieras despertar a los niños.
Veo sus dientes blancos en la oscuridad. Yo ruedo los ojos y muerdo mi labio inferior para amortiguar mi voz.
–Eso es.
Nick aumenta la velocidad de sus dedos en mi interior por unos momentos, hasta que finalmente los saca, trayéndose un líquido tibio con él.
–Estás tan húmeda, mi amor.
Levanto un poco mi rodilla la cual choca con su entrepierna y puedo sentir su dura erección.
–No soy la única que ya está lista.
Pongo mis dedos en el borde de sus jeans y los bajo lo más que puedo junto con sus bóxers, luego tomo su miembro y comienzo a llevar mi mano de arriba abajo por toda su longitud. Con su mano libre, aprisiona mi pecho derecho y lo estruja a su antojo y jugando ocasionalmente con mi pezon ya erguido.
–Nick, hazlo ya. Por favor.
Mi voz suena desesperada, y es que lo está. Había estado tanto tiempo sin él que me urgía tenerlo otra vez, de esta manera y de todas las humanamente posibles, quería asegurarme de ser yo quien estuviera por siempre en sus pensamientos y en sus sueños.
–Oh no, preciosa. Voy a disfrutarte, por todo este tiempo que no te tuve conmigo.
Dice abriéndose paso a mi cuello. Besa, lame y succiona cada centímetro de esa zona, lo hace con tal afán que estoy segura que llegará a dejar alguna marca pero no es momento de preocuparse por eso.
–No sabes la falta que me hiciste.
–Extrañaba oírte gemir, Alyssa. Vamos, gime mi nombre.
Dice cerca de mi oído y yo me muerdo el labio inferior. Su voz me provoca, me incita a hacer todo lo que él ordena sin chistar, así que simplemente lo hago...
–Oh Nick.
–Di que eres mía.
–Completamente.
Me aferro a sus hombros mientras sus embestidas son cada vez más fuertes y profundas.
–Sigue gimiendo para mi, mi amor.
Tantas emociones y sensaciones acumulándose dentro de mi están luchando por ser liberadas. Muero por gritarle que soy únicamente suya y que me tiene a su merced, quiero gritarle que lo odio por haberme dejado ir aquella vez y que entro a mi vida otra vez para arruinarla aunque eso sea mentira. Él me ha dado lo mejor del mundo y no hay duda alguna que le pertenezco, en cuerpo y alma, totalmente.
–¡Sí, así Nick!
Sus embestidas disminuyen la velocidad y siento como se vacía en mi interior, se pone a mi altura y me mira a los ojos sin salir de mi. En su rostro hay algo, una chispa reluciente que me enternece y me hace querer proteger sus sueños.
–Alyssa...
Su mirada se clava en mis ojos. Inspecciona cada facción de mi rostro, lo acaricia por su mirada para luego dedicarme una cálida sonrisa.
–Cásate conmigo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: (COMPLETO) My F*ucking Hot Boss