(COMPLETO) My F*ucking Hot Boss romance Capítulo 40

–Mami, ¿podemos ir a jugar?

–¿Ya terminaron el desayuno?

Los tres nenes asienten; Max y Luca bajan de un salto del banquillo mientras Eli extiende los brazos hacia su padre para que la baje. Nick la toma en sus brazos y deja un puñado de besos en sus mejillas, haciéndola reír y luego la baja.

–Anda nena.

Cuando nos encontramos solos, él camina hacia mi y comienza a besarme, pero segundos después su teléfono comienza a sonar, indicando qué hay una llamada entrando. Saca el aparato de su bolsillo y sonríe al ver la pantalla, pone su dedo índice sobre sus labios, indicándome que guarde silencio.

–Hola torbellino.

Lo oigo decir y mi sonrisa se ensancha al saber que se trata de Sam.

–Sí, el lunes sale nuestro avión...si, de hecho...les llevo una sorpresa.

Él voltea a verme y me guiña un ojo. Habíamos estado hablando, sobre volver a Estados Unidos con él y Luca; mi madre dijo que si eso era lo que me hacía feliz por ella estaba bien, Ken se había puesto a llorar diciendo lo mucho que iba a extrañarnos y en cuanto a Will, su rostro parecía que estaba bajo una gran y oscura nube de tristeza. Por otro lado, mis hijos estaban emocionados por ir a un país que no conocían, aún no le habíamos dicho de sus abuelos y su tía Sam pero yo estaba frenética por verlos otra vez.

–Claro torbellino, de tu parte.

Cuelga el teléfono, volviéndolo a guardar en su bolsillo y acercándose a mi, descansando sus manos sobre mi cintura.

–Va a colapsar en cuanto te vea llegar.

Acomoda un mechón de cabello detrás de mi oreja y me sonríe abiertamente.

–Deberíamos ir preparando una ambulancia, ¿no crees?

–Es buena idea.

Toma mi rostro y comienza a besarme dulcemente, pero nos vemos interrumpidos por un carraspeo. Me asomo por sobre los hombros de Nick y veo a Will cruzado de brazos, recargado en la puerta de la cocina.

–¿Interrumpo?

Dice con su ceja alzada y malicia en su rostro.

–No, como crees.

Le responde Nick con la voz bañada en sarcasmo.

–Volviste con él después de todo, ¿no?

–Tu mismo lo viste.

Nick me toma de la cintura, pegándome a su cuerpo.

–¿Quien me asegura que no la besaste a la fuerza?

–Yo te lo aseguro.

Ambos chicos se desafían con la mirada, el ambiente comienza a ponerse tenso y todo ese peso lo siento en los hombros.

–Tu, eres únicamente mía, ¿lo entiendes?

–¡Estas loco!

–¡Sí, lo estoy! Estoy loco por ti. Me vuelve loco que otro hombre te mire, que te quiera para él, que fantaseen contigo.

–Te lo dije anoche, Nick, y vuelvo a decírtelo ahora.

Tomo su rostro entre mis manos y lo obligo a mirarme.

–Tu eres a quien yo amo. Tu eres quien ocupa mi corazón, Nick. Necesito que lo entiendas, porque si no esto jamás va a funcionar.

Lo libero de mi agarre y él me rodea con sus brazos, me levanta y me sienta sobre la isleta de la cocina. Pasa sus brazos por debajo de los míos, me rodea por la cintura y acuesta su cabeza en mi pecho.

–Lo entiendo. Perdóname...es que de verdad me enferma saber qué hay alguien deseándote, queriendo apartarte de mi.

Alza su rostro para mirarme y llevo mis dedos a su cabello, enredandolos en él.

–Pues tendrán que ingeniárselas muy bien, porque no tengo pensado volver a separarme de ti.

Me dedica una sonrisa y deja un beso sobre mis labios.

Con cada segundo que pasaba con él, estaba cada vez más segura de querer pasar el resto de mi vida a su lado...y nada iba a detenerme.