CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 13

PROPONER UN TRATO.

Mientras tanto, en las mazmorras, Freya era abofeteada por tercera vez.

―¡¿Tienes ideas del ridículo que hice por tu culpa?! ―Logan la miro con ojos llenos de ira ―Si hubiera sabido que lo planeaste por tus estúpidos celos, no habría actuado en consecuencia. ¡Eres una imbécil Freya!

La abofeteo de nuevo y ella cayó al suelo otra vez.

―Logan… perdóname, te lo ruego, yo… ―suplico mientras se sostenía la mejilla, la sangre comenzó a gotear de sus labios ― Tenía miedo de que la eligieras, que la hicieras tu compañera.

Él le dio una sonrisa burlona.

―¿No te lo había dicho? Será Aylin o cualquier otra, menos tú. Debes estar soñando si crees que me uniré a ti delante de toda la manada. ¡Eres una m*****a omega huérfana! ―se inclinó hacia ella y le sostuvo la barbilla ―Para lo único que sirves es para follar, Freya. No tienes nada más que ofrecerme. Y yo, un alfa, merezco a una compañera de mi nivel, y tú estás muy lejos de serlo.

Sus palabras la estaban lastimando, sin embargo, su amor por él era más fuerte.

―¿Quiere decir que me mentiste? ¿Qué no me amas?

―¿Amarte? ―soltó una risotada ―¿Qué clase de lobo piensas que soy? Contrario a lo que dicen, considero que una compañera solo te debilita y representa un gran problema. Sin embargo, según las leyes de esta manada, es necesario tomar una. Por eso estaba con Aylin, tengo que reconocer que es atractiva, ágil y bella. Pero no me la pone dura como tú, dulce Freya.

Se puso de pie y comenzó a bajarse la cremallera del pantalón. Saco su polla erecta y se acarició de arriba abajo.

―¿Lo ves? Solo tú me pones así ―sus ojos se tornaron amarillos y en ese mismo instante, el coño de Freya latió. Su conexión era innegable. Logan le ordeno que se acercara y ella, igual que un animal que obedece a su amo, gateo hacia él ―Ven, mi omega. Ven y complace a tu amo.

*

―Soy, Cassian, ¿puedo pasar?

De inmediato Aylin se volvió nerviosa, miro a su nuevo amigo y respiro unas cuantas veces para calmarse, siempre que él estuviera tan cerca de ella. Su loba respondería, como en este preciso momento.

«No empieces Sharon» la regaño.

―Adelante. ―dijo tratando de sonar calmada.

Cassian abrió la puerta y Aylin por poco dejo de respirar cuando lo vio. El condenado era todo músculos, virilidad y sexo. Ahogo un gemido en su garganta.

Por su parte, Cassian cerró la puerta detrás de él y sus ojos se fijaron el cachorro que ella tenía en su regazo. De alguna manera le causo satisfacción que le gustara. Después de haber sabido que Jason asesino a su gato, sintió la necesidad de devolverle un poco de lo mucho que había perdido. Le pidió a uno de los hombres que comprara un cachorro, él le dijo que Riderik, miembro de la manda Moon Black, tenía cachorros husky, así que compro uno para ella.

―Veo que te gusto mucho.

Aylin no comprendió por un momento, pero luego entendió que se refería al cachorro en su regazo.

―Oh, ¿te refieres a Niko? ―dijo con una sonrisa ―Sí, es un bebe tierno. ―paso sus delicadas manos por el pelaje del animal y de pronto Cassian sintió envidia y se preguntó que se sentiría ser tocado por ella. Se imaginó sus delicadas manos acariciando la piel de su espalda mientras él, la follaba hasta el amanecer, por un segundo sintió deseos de sentir sus rosadas uñas clavándose en la piel de su espalda, mientras gemía su nombre una y otra vez.

Su entrepierna reaccionó a sus pensamientos y pudo escuchar la ligera burla de su lobo. Se aclaró la garganta y dio un paso adelante, miro por la habitación y agarro una silla para colocarla frente a ella.

―Quería devolverte de alguna manera un poco de lo que has perdido. ― tomo asiento y clavo los codos en sus muslos, para luego mirarla a los ojos ―¿Te gusta la habitación?

―Sí, sí. Muchas gracias por todo… ―ella, bajo la mirada nerviosa, los profundos ojos verdes de Cassian, parecían desnudarla y ver a través de ella ―Y también por lo de mi madre.

Él pudo sentir la tristeza en su voz y se compadeció.

―Te prometo que haré todo lo posible para que tu padre este a salvo ―suspiro ―Aunque de ser encontrado culpable… me temo que…

―¡Mi padre no hizo nada! ―Aylin levanto la mirada y ahora había determinación en sus ojos, al igual que rabia ―¿Cuánto más estará encerrado del otro lado del bosque? Sé que está sufriendo y estoy segura de que ni siquiera se preocupan si come o no, para cuando su investigación termine, no quedará nada de él.

―Aylin… ―Cassian podía entenderla, pero tampoco podía pasar por alto las decisiones del consejo ―Tu padre está allá por decisión del consejo, sin embargo, he ordenado que sea bien atendido. Come todos los días, te lo prometo.

Esto no la tranquilizo. Y de repente se levantó, para luego arrodillarse delante de él, impulsivamente, tomo sus manos, sujetándola con fuerza. Su toque fue como corrientazo de alto voltaje para Cassian, quien quería apartarse de su toque, pero su cuerpo no reaccionaba.

Ella se lamió los labios y se acomodó el cabello tratando de ocultar su vergüenza.

―Yo… ―ajusto su respiración ―… esto no está bien. ―dijo seria.

Cassian por su parte, tardo un poco más en calmarse, tratando de aliviar el dolor insoportable que ahora estaba sintiendo.

―No… soy yo quien te debe una disculpa ―murmuro y la miro fijamente, ahora sus ojos habían vuelto a su verde habitual ―No fue por eso que vine aquí.

Ella asintió, apretó los labios y los muslos. Rezando a la diosa, para que él no oliera su excitación, lo cual ya era demasiado tarde, porque Cassian estaba volviéndose loco por ella.

―Entonces, ¿para qué viniste?

―Bueno… ―él volvió a tomar asiento, solo que esta vez un poco lejos de ella ―… tengo un trato que proponerte.

―¿Un trato? ―ella frunció las cejas sin comprender. ―¿Qué trato?

Cassian, la miro un segundo sopesando sus siguientes palabras. No sabía si estaba cometiendo una locura o no, pero si de algo estaba seguro, es que, si Aylin aceptaba, estaría sometido a la peor tortura que un lobo podía experimentar. Incluso considero mudarse y vivir separados, pero luego se dijo que eso solo demostraría que su unión era una farsa. Así que, no tenía otra salida más que soportarla.

―Quiero que seas mi compañera. ―lo soltó de una vez y Aylin parpadeo atónita.

―¡¿Qué yo qué?!

―Lo que escuchaste, quiero que seas mi compañera, que seas mi luna por el periodo de un año.

Ella abrió y cerro los labios, pero las palabras no lograban salir y mientras ella estaba anonada. Mientras su loba saltaba de felicidad.

―Perdón, pero… ¿estás loco?

A él no le molesto su pregunta, hasta el mismo se la había hecho incontables veces antes de tomar la decisión.

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