¿RECUERDA A QUIEN PERTENECES?
―¿Qué… qué vas a hacer? ¿Por qué te estás desnudando? ―A ella no le gustó la mirada en los ojos de Cassian. Y menos la respuesta inmediata de su loba al haber dicho su nombre con tanta posesividad. ―Abre la puerta, quiero volver a mi habitación.
Aylin caminó sobre la cama y quiso ir en dirección a la puerta, no obstante, su marido no pensaba permitírselo.
―No tan rápido, Aylin ―dijo su nombre con una extraña suavidad ―Aún no he terminado contigo.
―¡Pero yo sí! ―comenzó a forcejear con él, sin saber que esto lo hacía más excitante. Como todo buen lobo, Cassian tenía un particular gusto por la caza y más si la presa, era una hembra de piernas largas y cuerpo hecho para pecar.
La apretó con más fuerza y bajó los labios hasta su oído y susurro.
―Eres irresistible cuando estás enojada conmigo.
Su contacto y sus palabras enviaron ondas de placer al cuerpo de Aylin, haciendo que fuera casi imposible mojarse.
«¡Desgraciado!»
―¡Vete al diablo, Cassian! ¡Suéltame!
Cassian le mordió el lóbulo de la oreja y Aylin tuvo que hacer un gran esfuerzo para no dejar salir su gemido, era una tarea monumental. El condenado hombre la hacía entrar en combustión.
―¿Te gusta jugar así, verdad? ―gruño y luego acarició lentamente su muslo, lo apretó y volvió a morder su oreja, haciendo que esta vez Aylin no pudiera contener su placer ―Eres una lobita muy mal portada, ¿sabías?
―¡Jódete! ―ella le dio un codazo en el estómago, pero él no se inmutó por su golpe. Aylin abrió los ojos y giró el rostro para decirle asombrada ―¿Estás hecho de piedra?
Cassian sonrió sensualmente y la hizo girarse para quedar frente a frente.
―Si estuviera hecho de piedra, no estaría así por tu culpa ―agarro su mano y le dejó sentir su excitación. ―Eres responsable, así que hazte cargo.
―¡En tus sueños, idiota! ―Aylin apartó la mano y le dio una sonrisa burlona ―Lo que pasó esa noche, fue parte de la ceremonia. ―se inclinó deliberadamente hacia él y murmuro ―Además, no eres mi tipo.
Las cejas de Cassian se tensaron y su mandíbula palpitó.
―¿Y cuál es tu tipo? ¿El mocoso que dices es tu amigo?
―Lyall no es un mocoso ―ella puso expresión soñadora ―Es un hombre hecho y derecho y además de mi edad. No un anciano como… tú.
Él dio un paso hacia ella y la agarró de los hombros.
―Pues este anciano ―se burló ―Te hizo correrte muchas veces, hizo que gritaras su nombre y quedaras pidiendo por más.
La cara de Aylin se sonrojó cuando le recordó su estupidez.
―Era lo mínimo que podías hacer ―se apartó ― Te llevaste mi virginidad, soy joven, atractiva, considérate afortunado de que me tuvieras esa única noche.
―¿Esa única noche?
―Lo que escuchaste. Y será mejor que te masturbes con el recuerdo, porque no va a volver a pasar.
Después de hablar pretendió pasar a su lado, sin embargo, Cassian ya estaba cansado de su altanería. ¿Quería una lección? Él iba a dársela gustosamente. La cargó en sus brazos y la lanzó a la cama y luego se subió encima de ella.
―¡Eres pesado! ¡Bájate!
―Eso no te importó en nuestra ceremonia de apareamiento, ¿eh? ―Cassian comenzó a quitarse el cinturón y los ojos de Aylin se abrieron.
―¿Por qué te quitas eso? ¡Dijiste que no habría violencia!
―Y no la habrá ―le sonrió y luego agarró sus muñecas y las llevó sobre su cabeza, para luego atarlas con el cinturón ―Pero eres muy inquieta y para lo que voy a hacer te necesito… sumisa.
―¡No! ¡Suéltame, desgraciado! ¡Esto es violación! Si te atreves a hacerlo, te la corto ―lo amenazó ―¡Te la corto!
Cassian se estaba divirtiendo. No sabía por qué, pero le gustaba verla enojada, sus ojos se tornaban de un amarillo impetuoso y valiente. Comenzaba a descubrir que esta mujer le gustaba más de lo que quería aceptar.
―Despreocúpate, no soy de esos. ―se inclinó y le dio un pico en los labios ―Pero te aseguro que antes de que lo esperes, estarás rogando que te tome.
―Sigue soñando. ―se burló.
―Ya veremos ― sonrió y comenzó a delinear con el dedo su delicada clavícula y Aylin apretó los labios para no hacer ningún sonido que le levantará el ego. Mientras tanto, su loba estaba feliz.
«¡Traidora!», le dijo y curiosamente Sharon no respondió a la acusación.
―Tú quisiste esto, Aylin. ―murmuro mientras bajaba la cabeza, y comenzó a lamer la piel de su cuello. Ella cerró los ojos tratando de controlar su respiración y la reacción de su cuerpo. ― Pero en tu defensa ― continuó Cassian ― tengo que decir que desde el primer momento que te vi… no pude olvidar lo hermosa que eres.
Aylin escuchó su confesión y fue inevitable que su cara se sonrojara y a la vez que su corazón se emocionara, por lo que él estaba diciéndole.
«¡Maldito seas por ser tan sensual! Desgraciado… creo que tienes razón, si sigues así… voy a terminar pidiéndote que me hagas el amor»
Cassian dejó un reguero de besos desde su hombro y continúo bajando hasta llegar al inicio de sus pechos. No eran compañeros de alma o incluso de corazón, razón por la cual esta unión sería temporal, pero ella tenía que entender que eso no hacía el emparejamiento menos real. En todo caso eran compañeros en el sentido físico, lo que significa que le pertenecía a él.
―Eres mía Aylin… ― gruño, bajo su blusa y luego mordió su pezón rosado, para luego alzar la cabeza y decirle ―No voy a aceptar que siempre estés arrojándome a la cara que no lo eres, dándome a entender que no tengo ningún derecho sobre ti. Eres mi ahora… ―levanto la cabeza para mirarla ―Al menos hasta que este contrato terminé.
Aylin no pudo refutar, la mirada cargada de posesividad y algo que aún no podía descifrar en los ojos de Cassian, le impidieron hacerlo. Después de todo en su interior, ella sabía que era así. La pregunta era: ¿Era el de ella también?
Su loba saltó dentro de ella, lista y contenta de dejarse capturar y someter por su compañero. Algo pareció detonar dentro de Cassian porque se apoderó de sus labios en un beso profundo y carnal. Aylin finalmente cedió y correspondió su beso con la misma intensidad que lo estaba recibiendo.
―Puedo sentir cómo tu loba está deseando tomar el control ―el susurro con voz ronca, cargada de lujuria. ―No vuelvas a negarme lo que es mío, Aylin. Este pequeño cuerpo es mío ahora.
―¿Realmente crees eso? ―pregunto ella al momento que le mordía el labio y la sangre mojaba su lengua.
Él no respondió, en cambio, le rasgó la blusa y su mirada ardiente se embebió de la redondez de sus senos, viendo subir y bajar sus pechos con la respiración descontrolada. A Cassian le gustó todo de ella, desde su cremosa piel hasta su pequeña cintura. Aylin era perfecta para él, y aunque en algún momento le gustaron las mujeres voluptuosas, tenía que aceptar que estaba loco por esta mujer.
―Mia.
Justo cuando iba a besarla de nuevo, un golpe en la puerta lo detuvo.
―¡¿Quién?! ―pregunto bastante molesto por la interrupción.
―Soy yo, Lorcan ―dijo el beta del otro lado de la puerta.
Cassian miró a Aylin y su pecho que subía y bajaba, sus mejillas rojas de excitación y para completar sus ojos cargados de deseo.
«¡Joder! ¿Tenías que ser tan inoportuno?»
Sin embargo, sabía que, si Lorcan se atrevió a molestarlo, era porque traía noticias importantes. En contra de su voluntad, se apartó de Aylin y caminó hacia la puerta. Cuando la abrió, deliberadamente, tapó la vista del cuerpo de Aylin a su amigo y le dijo en tono brusco.
―Espérame en el estudio, iré enseguida.
Lorcan como buen chismoso que era, trato de mirar en la habitación, pero el leve gruñido de Cassian le dijo que no era buena idea.
―Bien, no tardes. ―le dio una mirada seria ―Es importante.
El alfa asintió y le cerró la puerta en la cara. Cuando se giró, Aylin estaba sentada, dándole una vista completa de sus senos a Cassian.
―¿Qué pasa? ¿Qué es eso importante? ―pregunto preocupada ―¿Es de mi padre?
Cassian tomó su camisa y comenzó a ponérsela, no obstante, su excitación no había bajado. Sin mirarla de nuevo, ordenó.
―Hablaremos después, te quedaras aquí y esperaras a que regrese.
―¿Qué? ¡No! Voy a ir contigo… ―Aylin ya se estaba impulsando con sus piernas cuando Cassian, alzó su blusa deshecha ―¿Y cómo piensas salir? ¿Así?
Ella alzó una ceja y torció los labios.
―Tendría que ponerme si no hubieras sacado tu vena salvaje y destruyeras mi blusa.
―Como sea, no vas a ir. Te quedarás aquí ―camino hacia ella y la empujó sobre la cama, se sentó encima de sus muslos y le susurro sobre los labios ―Voy a terminar lo que empecé.
Aylin abrió y cerró los labios sin saber qué decir. Siempre que él estaba demasiado cerca, nublaba sus sentidos. Cassian se apartó y comenzó a caminar hacia la puerta.
―¡Espera! ¿Vas a dejarme así? ―señalo sus manos atadas.
El alfa le dio una sonrisa malvada.
―Sí, creo que te vendría bien un poco de obediencia. ―abrió la puerta y la cerró detrás de él.
―Sí, Logan. Tu sobrino. A decir verdad, ese chico no me da buena espina. Aunque muestre su cara de idiota y se comporte como un inútil, no me la creo.
―No lo sé…
―No puedes dejarte llevar por vínculos familiares, en este momento todos son sospechosos, incluido él.
Las palabras de Lorcan se clavaron como un puñal en el cerebro de Cassian y la duda comenzó a apoderarse de él.
«Lorcan tiene razón. Mi sobrino es quien se beneficiaría de la muerte de Alaric. ¿Pero por qué? ¿Qué lo impulsó a matar a su propio padre?»
De repente, pareció pensar en algo y miró a su amigo.
―Lorcan, ¿recuerdas que te pedí que te quedaras una temporada?
―Sí. ¿Qué pasa? ¿Vas a echarme por lo que dije?
―No. Al contrario, quiero que te quedes definitivamente.
―¿Qué?
―Necesito un segundo al mando, alguien de mi entera confianza. Y solo confió en ti, ¿Qué dices? ¿Aceptas el cargo?
Lorcan no aceptó de inmediato. Pareció pensárselo un momento.
«¿Quedarme aquí? Quizás es lo mejor… después de los Daphne…»
Habiendo tomado una decisión, miró a su amigo y sonrío.
―¿Ya te dije que me gusta ser un ‘Cazador de la luna’?
Cassian sonrió ante la respuesta, eso era un rotundo sí.
―Entonces bienvenido.
Los dos hombres se miraron con una sonrisa y luego se echaron a reír.
―¿Asumo que ya tienes la primera tarea para mí?
―No te equivocas ―Cassian tamborileó los dedos sobre la madera ―Quiero que no te despegues de Rowan, sé que él es la respuesta a muchas preguntas. ―apretó los labios ―Debí interrogarlo mucho antes.
―No es tu culpa. Todo pasó demasiado rápido y además, tenía que unirte a Aylin, todo ha sido complicado desde el inicio.
«Aylin»
La sola mención de su nombre lo hacía estremecer. Su mente viajó a ella y sonrió internamente cuando la imagino esperándolo en su habitación. Se puso de pie.
―Bueno, terminaremos mañana. Voy a…
―Sí, sí. No tienes que ser educado para echarme, sé que quieres ir con ella ―dijo Lorcan con una sonrisa divertida. Camino hacia la puerta y dijo antes de salir ―Orare por ti a la diosa… le pediré que te ayude a aceptar la realidad.
―¿Qué realidad?
―Qué estás enamorado de esa mujer. ―Lorcan salió dejando a su amigo sin palabras.
Después de que Lorcan se fuera, Cassian regresó a su habitación y a medida que se acercaba su corazón latía con más violencia, su estómago se tensaba y vibraba como si mariposas revolotearan dentro de él. Respiro hondo antes de abrir la puerta y cuando finalmente lo hizo, estaba vacía.
Aylin no estaba por ningún lado, caminó rápidamente hacia la cama y vio el cinturón sobre ella, acompañado de una nota.
“Lo siento, pero no soy buena recibiendo órdenes. Ah… y mantén tu polla alejada de mí. Sin nada más que decir: ¡Jódete!”
Cassian arrugó la hoja mientras sus labios se alzaban en una sonrisa.
―¿Mantener mi polla alejada de ti? ―sus ojos se tornaron rojo brillante ―Ya lo veremos, Aylin, ya lo veremos.
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