CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 44

¿ES REALMENTE ELLA? (II)

―¡¿Perdiste la razón?! ―Lorcan de verdad tenía ganas de golpear a su amigo ―¿Cómo… cómo vas a llevarla a la gran casa? ¿Qué va a pensar Aylin?

El alfa apretó los labios y los puños dentro de sus bolsillos. Había pasado la noche en vela reflexionando en lo que tenía que hacer. Y por más que pensó una y otra vez, llegó a la misma conclusión. No podía abandonar a Ruth nuevamente.

―Aylin… ella… lo entenderá ―aseguro ―Hablare con ella.

El beta resopló.

―¿Y qué le vas a decir? Oye Aylin, juguemos a la casita feliz, ahora tendrás una amiga con la que hablar y se turnarán por las noches. ¡¿Estás loco?! Con el carácter de tu mujer, estoy seguro de que te arrancará la polla y créeme, estaré gustoso de que lo haga.

Las sienes de Cassian palpitaron, odiaba tener que aceptar que su amigo tenía razón. Pero él no tenía intenciones de que su relación con Aylin cambiara.

―Ella no dejará su lugar, seguirá siendo mi luna, mi mujer. ―sentenció ―Mi única intención es cuidar de Ruth, no voy a echarla a la calle.

Lorcan se rió burlón.

―Cassian, ¿te das cuenta de que ni siquiera sabemos si es la verdadera Ruth? ¡Nadie puede sobrevivir a una explosión! Tú y yo vimos explotar esa casa…

―Es ella. ―el alfa dijo en tono serio y bajó la cabeza avergonzado ―Tiene el mismo lunar en la espalda.

Los ojos de Lorcan se abrieron como platos.

―¿Te acostaste con ella?

―¿Qué? ¡No! Yo… yo solo… ―Cassian echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, respiro hondo y abrió los ojos para responderle a su amigo ―… le pedí que me mostrara su espalda y tiene el mismo lunar que Ruth. Lo reconocería entre miles.

Esto dejó sin palabras a Lorcan y ahora sintió lástima por su amigo. La verdad no quería estar en sus zapatos.

―Dime, ¿cómo sobrevivió? ¿Por qué dice que no es Ruth?

El alfa le contó lo que ella le había dicho. Que despertó un día sin tener recuerdos de su vida y que estaba con las sanadoras del pueblo, y que desde entonces ha vivido en soledad. Esto conmovió a Cassian.

Después de la muerte de Ruth, sus padres murieron tiempo después, no pudieron afrontar la muerte de su única hija y también su nieto. Para él, era como ser responsable de la pérdida de varias vidas. Y ahora que la diosa le había dado una nueva oportunidad de redimirse, quería hacerlo.

― No lo sé. Todo esto es muy extraño. Es que… me resulta difícil de creer que haya sobrevivido a las llamas. ¿Tiene cicatrices, verdad?

― No lo sé, hasta donde vi… ninguna.

― ¿Te das cuenta? Cassian…

― Lorcan. Pudo sobrevivir, quizás alguien la sacó a tiempo, no lo sé. Esa noche tú no me permitiste…

Las palabras murieron en los labios de Cassian. Por la expresión de Lorcan supo que lo había lastimado.

― Oye, no pretendía culparte. Pero sabes que tengo razón.

El beta se echó a reír sarcásticamente.

― Por supuesto, olvide que cuando apuntas siempre lo haces al lado más vulnerable de la persona. Solo te diré que pienses bien lo que vas a hacer ― su mirada era seria ―No pierdas lo que la diosa te ha regalado por viejos recuerdos. No vale la pena.

―No estoy diciendo que voy a dejar a Aylin. La amo y planeo estar con ella el resto de mi vida. Pero… no puedo dejar a Ruth de nuevo, ella me necesita Lorcan.

―Entonces ayúdala, pero para eso no tienes que llevarla a la gran casa.

―No puedes obligarla a quedarse, y menos ahora que…

De repente, un rugido resonó en la habitación. Lorcan se mantuvo en su sitio mientras veía subir y bajar con rapidez el pecho de Cassian.

―No vuelvas a decir que tengo que dejarla ―le advirtió ―No te gustaran las consecuencias.

Luego de decir esto se dio la vuelta y salió de la habitación.

Mientras tanto, en la gran casa, Aylin miraba desde la sala el jardín. Sus ojos azules brillaban tan solo recordar a su Cassian. Hacía prácticamente dos días que se había ido y lo extrañaba. Contaba las horas para su regreso.

Cerró los ojos y por primera vez quiso comunicarse con él mentalmente.

«Cassian»

Sin embargo, no hubo respuesta. Aylin lo intentó otra vez.

«Cassian, mi amor, te extraño. Vuelve pronto.»

Nadie respondió. Y aunque se sintió un poco decepcionada, se dijo que quizás estaba ocupado o la comunicación telepática no funcionaba a distancia. Lo cierto era que lo esperaba, lo extrañaba… lo amaba.

Sin embargo, muy lejos de allí, cierto alfa cerró los ojos y las lágrimas se deslizaron por las esquinas de estos. Hace un momento había escuchado esa dulce voz y su corazón se había paralizado. Sin embargo, no contestó.

No podía. No en ese momento. No sabía cómo hacerlo.

Volvió a cerrar los ojos y nuevas lágrimas surgieron, Cassian murmuró con tristeza.

―Yo también te amo Aylin, por favor, nunca lo olvides.

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