CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 49

ROMPER UNA PROMESA.

Después de haber arreglado sus diferencias, Aylin y Cassian fueron a dar un paseo por el bosque. El alfa, de hecho, había preparado una sorpresa para ella. Cuando llegaron al claro del bosque, había una manta sobre la hierba, vino, y algo de proteína. Ambos se acostaron y observaron las estrellas.

Hicieron el amor mientras los cielos observaban, Cassian fue dulce y delicado, era como si estuviera adorándola. Se meció lentamente dentro de su cuerpo, llenándola con cada embestida.

Sus besos amortiguaron los gemidos de Aylin, mientras ella le clavaba las uñas en la espalda. De un segundo a otro, se giró y le permitió montarlo, las caderas de Aylin giraron en el punto correcto, tocando ese punto sensible dentro de ella, cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, dejando que su cabello dorado acariciaras los muslos de Cassian.

Los movimientos se volvieron frenéticos y cuando finalmente la ola golpeó contra ella, su cuerpo se convulsionó en el más poderoso orgasmo.

―Te amo. ―las palabras salieron desenfrenadas de sus labios.

Los ojos del alfa se llenaron de posesividad, satisfacción y amor. Mientras Aylin disfrutaba de las réplicas de su orgasmo, Cassian los giró dejándola debajo de él.

―Dilo de nuevo ―exigió en un tono profundo y grave.

Aylin lo miró fijamente a los ojos mientras sus labios se movían lentamente.

―Te amo, Cassian.

Una sonrisa se forma en los labios del alfa y luego la besa con tanta posesividad que incluso a Aylin le cuesta respirar. Se apartó con sus ojos brillando de amor.

―Yo también te amo, mi luna.

De repente el movimiento de sus caderas se vuelve salvaje hasta que se libera dentro de ella, bañando sus paredes con su semen. Cassian se apartó de ella y se dejó caer a su lado, atrayéndola a sus brazos.

―Dilo de nuevo ―pide con voz susurrante.

Aylin no pudo evitar reírse.

―Te amo, alfa.

Cassian gruñó antes de enterrar su rostro en la parte superior de su cabeza.

―Solo te voy a dar unos minutos, esposa. Porque tengo intenciones de reclamar tu cuerpo otra vez.

Sin embargo, el alfa nunca llegó a cumplir esa promesa. Se quedaron dormidos, solo para ser despertados de repente.

Cassian sintió movimientos entre los árboles y sus sentidos se pusieron alertas. Se apartó lentamente, temiendo despertar a Aylin y se colocó los pantalones con prisa. Aylin sintió el cuerpo en movimiento y abrió los ojos.

―Vuelve a dormir, amor ―dijo en un agradable tono sexy ―Escuche pasos en el bosque. Cúbrete.

Sus palabras son rápidas mientras se coloca la camiseta. Aylin recogió su ropa y trató de vestirse lo más rápido que pudo, mientras su corazón comenzaba a latir violentamente. Las cosas aún no estaban resueltas en la manada y no tenían idea de quién podría ser el enemigo.

―Cassian, ten cuidado.

―Viste y mantente detrás de mí ―el alfa ordena y ella se pone en acción. Se vistió tan rápido como pudo y se mantuvo detrás de su marido.

Cuando los pasos se hacen más cercanos. Un gruñido sale de la garganta del alfa y ordena con ferocidad.

―¡Muéstrate! ―grita al bosque silencioso.

De repente, un agitado beta sale de entre los árboles.

―Lo lamento, señor.

El guerrero es alguien de la manada, lo cual es familiar tanto para Aylin como para Cassian.

―¿Por qué rayos no dijiste que eras tú? Estaba a punto de atacarte.

―Lo lamento, señor ―el lobo se disculpó y bajó la cabeza ―Se que no quería ser molestado, pero…

―¿Pero qué?

―La señorita Ruth… ―incluso el beta se sentía incómodo con la situación ―… ella lo necesita.

Las cejas de Cassian se fruncieron y miró a Aylin inconscientemente.

―¿Qué le pasó?

―No lo sabemos, de repente enfermó. Su cuerpo… las sanadoras creen que fue envenenada con acónito.

―¿Acónito? ¿Dónde rayos hay acónito en estas tierras?

El corazón de Aylin seguía acelerado, mientras una mano sostenía la manta contra su cuerpo.

―Cre…crece en el bosque. Supongo que alguien las llevó a la manada.

El alfa se giró para mirar a Aylin y tomarla de los hombros.

―Necesito ir con ella. ―sus ojos pedían comprensión ―Por favor, Aylin, tienes que entenderlo.

Ella simplemente asintió y Cassian la llevó a sus brazos.

―Gracias. De verdad, gracias.

Suspiro y la miró una vez más antes de prometerle.

―Voy a solucionar esta situación lo más pronto posible. Y una vez que lo haga, seremos felices, ¿de acuerdo?

―¿Lo prometes?

―Lo juro.

―Te amo. ―Aylin se inclinó y le dio un suave beso.

Cassian correspondió su beso y luego le ordenó al beta.

―acompáñala a casa y cuida de que no le suceda nada.

―Si señor.

Después de mirar a Aylin una vez más, adoptó su forma de lobo y regresó rápidamente a la manada.

―Entiendo que estoy causando demasiados problemas. Y no quiero que tú y tu gente sufran. Lo mejor es que me vaya.

Ruth se cubrió el rostro con las manos y comenzó a llorar. Y aunque el instinto de Cassian era consolarla, su corazón se lo impidió. Las palabras de Ruth seguían repitiéndose en su mente y simplemente no podía creer que Aylin fuera capaz de algo así.

―¿Estás segura de lo que dices? ¿Alguien más la vio?

―No lo sé. Pero supongo que la palabra de una muerta no tendrá importancia. ―se secó las lágrimas y comenzó a ponerse de pie ―Lo mejor es que me vaya. Yo… no tengo lugar aquí Cassian.

―No. ―la detuvo. No tienes que irte, estoy seguro de que todo fue un malentendido, ¿de acuerdo? A lo mejor Aylin se equivocó de hierbas.

―Si… ―Ruth asintió seguramente ―Quiero que sepas que no la odio, tampoco le guardo rencor. Tú y ella ahora están juntos y por más que…

Ella se calló abruptamente y Cassian sintió curiosidad.

―¿Por más que, que, Ruth?

Ella apartó la mirada otra vez.

―Por más de que en mi interior sienta algo por ti, sé que ya no somos posibles. Mi tiempo ha pasado y aun si no te recuerdo… viéndote, sé que me amaste, Cassian.

El alfa sintió su corazón latir y la conexión con ella se hizo más fuerte. No obstante, su lucha también lo era, se negaba a ceder a un sentimiento que, según él, era equivocado.

Pero su cuerpo parecía tener vida propia porque, un momento después, estaba sentado al borde de la cama junto a ella.

―Ruth… ―él extendió su mano y acarició su cabello ―Lamento todo esto que está pasando. Yo… lamento no haberte protegido en el pasado.

―No, no te preocupes. Aprenderé a vivir con este amor.

Él sintió deseos de abrazarla, de consolarla.

―¿De verdad no recuerdas nada?

Ella negó con la cabeza, levantó su mirada y sus ojos brillaron con tristeza.

―Desearía poder recordarte, así al menos me consolaría con tus recuerdos. ―se llevó una mano al vientre y dijo con voz ahogada ―Tampoco recuerdo al niño. No sé si sobrevivió o qué hice con él…

El dolor de la pérdida de su hijo golpeó a Cassian.

―No te tortures, ¿de acuerdo? Ya no hay nada que podamos hacer, excepto seguir con nuestras vidas. Encontrarás a alguien que te ame y te haga inmensamente feliz.

Las lágrimas de Ruth seguían cayendo por sus mejillas, de repente envolvió sus brazos alrededor del cuello de Cassian y lo atrajo hacia ella para abrazarlo. Él le devolvió el abrazo, rodeándola con sus brazos con fuerza mientras piensa en todo el tiempo que perdieron y que jamás podrán regresar.

Estaba alejándose de Ruth cuando una voz se aclaró en la puerta. El alfa no tuvo que preguntarse quién es, su cuerpo la reconocería cuando estuviera cerca.

De pie en la puerta estaba una Aylin tensa, sosteniendo una bolsa con lo que Cassian estaba seguro era comida.

―Supuse que tendrías hambre ―hablo con burla ―Ahora veo que me preocupe por nada.

Dejó caer la bolsa en el suelo y luego se dio la vuelta, se fue con demasiada prisa.

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