CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 54

UN VIAJE QUE LO CAMBIARÁ TODO(III)

Cassian regresó de su viaje y se encontró con una fuerte discusión entre Ruth y Aylin.

―¡Oh, ya llegaste! ―la voz estridente de Aylin resonó en la gran sala. Cassian miró el aspecto de Ruth y luego miró a su mujer que no tenía buena cara. Aylin caminó hacia él señalándole con su dedo ―No me importa quién sea esta mujer para ti, pero será mejor que la controles. Es una holgazana y lo único que sabe es dar órdenes como si fuera una m*****a reina. Desprecia a cualquiera que esté debajo de ella y te juro que si la escucho quejarse una vez más con Leila… ―miro a Ruth con ojos asesinos ―… que la diosa me ayude, pero la voy a asesinar.

―Por supuesto, nadie te detendrá ―dijo Lorcan divertido.

Sin embargo, el alfa le dio una mirada de advertencia y el beta se puso serio.

―¿Qué pasó? ―le pregunto a Aylin.

―Nada. ―Ruth fue la que respondió ―¡Aquí todos me odian, Cassian!

La mujer estaba empapada de pies a cabeza y por lo que pudieron deducir se trataba de agua sucia del lavaplatos. Las otras mujeres de la gran casa contenían sus risas.

―¿Qué sucedió Aylin? ―le pregunto una vez más a su mujer.

―Ya te lo dije, tú… invitada, es un poco exigente y de ninguna manera voy a permitir que insulte a Leila.

Cassian miró a Ruth que tenía los ojos llorosos.

―Deberías comenzar a empacar tus cosas, te irás de aquí mañana por la mañana.

Los ojos de Ruth se abrieron sorprendidos, al igual que los de Aylin y todos en la habitación.

―Cassian… tú…

―Ya lo habíamos hablado, Ruth. Creí haber sido claro cuando te dije que no pusieras un pie aquí. ¿Por qué me desobedeciste?

La mujer bajó la cabeza y apretó los labios.

―Yo… yo…

―¿Eso es todo lo que sabes decir? ¡Yo, yo, yo! ―Aylin se burló ―¡¿Por qué no le dices que te pavoneabas como señora de la casa?! Y a decir verdad me da igual, pero no voy a aceptar que maltrates a los empleados. ―señalo su ropa ―Ahí tienes las consecuencias. Y si quieres quejarte con él, hazlo. No voy a evadir la culpa.

El alfa, estaba cansado del viaje y sinceramente tampoco quería lidiar con Ruth, así que le ordenó a uno de los hombres que la escoltara a su casa. La mujer se fue a regañadientes, y cuando Aylin estaba a punto de subir las escaleras, la detuvo.

―¡Detente!

Ella alzó una ceja y se cruzó de brazos.

―No estoy de humor para tus reproches, si vas a reclamarme por lo de ella. Solo te diré que la controles, no estoy obligada a soportar sus tonterías.

―No voy a hablarte de Ruth, Aylin. ―Cassian camino en su dirección ―Es algo mucho más grave.

La palabra ‘grave’ encendió sus alarmas. El alfa pasó a su lado y subió las escaleras y ella por supuesto lo siguió.

EN LA HABITACIÓN…

―¡¿De qué m****a estás hablando?! ―Aylin miraba con ojos furiosos al hombre delante de ella ―¡Mi padre… no… ¿Cómo… como…?

Sorpresivamente, Cassian estaba en calma. En vez de ira, dentro de él, había decepción, dolor y tristeza.

―Vi las pruebas Aylin. Te vi.

―¡¿Qué?! ¿Dónde están esas malditas pruebas? ¡Quiero verlas!

―Aylin… ―el alfa dio un paso hacia ella tratando de tocarla, pero al igual que los últimos días, ella se alejó. Las manos de Cassian quedaron suspendidas en el aire.

―No te acerques ―gruño ―Me culpas, pero no traes las dichosas pruebas. ¿Qué clase de alfa eres? ¡¿Dónde está lo justo que dices ser?!

―La única razón por la que no traje esas malditas fotografías, fue porque no quiero que el resto de la manada las vea. No iba a arriesgarme a que… ―el hombre se pasó las manos por la cabeza frustrado ―¿No lo entiendes? ¡Aun sabiendo que eres culpable, estoy protegiéndote!

La rabia se apoderó de Aylin, quien, llena de decepción por el hombre que amaba, dio un paso adelante para abofetearlo.

―¿Piensas que voy a agradecerte? ¿No te das cuenta de que el solo hecho de que me creas culpable me lastima?

Los ojos de Cassian se volvieron rojos por las lágrimas no derramadas. En ese momento sentía como si un cuchillo le perforara el pecho.

―¿Y qué hay de mí? ¿Qué hay de mí? ¡Maldita sea! ¿Crees que es fácil? ¡¿Qué no estoy sufriendo?! ¡La mujer que amo es una m*****a asesina! ―las venas en su cuello se abultaron por el esfuerzo ―Y aun si mi deber es estar del lado de mi manada, ¡te estoy prefiriendo a ti!

Aylin jadeó y parpadeo conteniendo las lágrimas.

Él no quería aceptar el rechazo y apretó con más fuerza los hombros de Aylin. De repente acunó su nuca e intentó besarla a la fuerza. Ella apartó la cara, no deseando su cercanía.

―¡Déjame! ¡No te atrevas a besarme!

―No puedo hacerlo, Aylin. Eres mia y no voy a dejarte ir nunca.

Por un momento ella se sintió asustada y trató de zafarse nuevamente del agarre de Cassian, pero él la sujetó con más fuerza.

―Permanecerás aquí, conmigo. ―sentencio ―Pero tu padre…

En ese momento, el corazón de Aylin se agitó. Tenía miedo por lo que Cassian pudiera hacerle a su padre.

―No… ―susurro ―Por favor, Cassian. No lo hagas.

―Lo lamento, Aylin. Pero él debe pagar por lo que ha hecho.

―¡Él no hizo nada! Mi padre era leal a tu hermano. Todas esas pruebas son falsas.

Los ojos de Aylin estaban nublados de lágrimas, sinceramente ya no sabía que más le podría pasar.

―Por favor… te lo ruego. Dijiste que no lo lastimarías, creíste en él, ¿recuerdas?

―Eso fue antes de saber la verdad, Aylin. Te juro que yo también estoy sufriendo con todo esto.

―¡Mentira! ¡Tú solo buscas un culpable! ―ella gritó. ― Si vas a matarlo, entonces quiero morir con él. Ya no me queda nada Cassian, entonces quiero morir con él.

―No Aylin. Nadie va a morir ―él se apresuró a explicarle ―Lo enviaré a las tierras de tu tío. Voy a exiliarlo de la manada, nadie sabrá nunca lo que tú y tu padre han hecho.

Ella lo miró como si no lo reconociera y negó ligeramente.

―Quiere decir que…

―Sí. No puedo dejarte ir ―él acarició su cabello ―Estarás a mi lado para siempre.

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