CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 8

EL ALFA QUIERE VERTE

― ¡Logan tienes que castigarla! ¡Mira cómo me dejó! ―Freya miraba con ojos lamentables a su pareja ―Esa perra se atrevió a golpearme.

Logan se masajeó las sienes e ignoró a la mujer. En este momento tenía asuntos más importantes que escuchar sus reclamos, sin embargo, Freya se negaba a dejar el tema.

―Logan, ¡¿me estás escuchando?! ―Freya se negaba a dejarlo ir y al ver que la ignoraba, se acercó a él con altivez y lo miró desafiante ― ¿Vas a permitir que me trate así? Voy a ser la próxima luna de esta manada, tienes que… ¡AH!

Sus palabras fueron silenciadas por la bofetada que recibió de él, haciendo que cayera al suelo con fuerza.

―Te dije que guardaras silencio.

Ella lo miró atónita mientras se llevaba una mano a la ardiente mejilla, su cuerpo se estremeció cuando vio su rostro distorsionado por la rabia. Logan que estaba lleno de frustración e ira, se agachó delante de ella y sostuvo su barbilla con demasiada fuerza.

―En este momento, tengo cosas más importantes en las que pensar, no voy a preocuparme por lo que sea que Aylin te haya hecho ―escupió con frialdad ―Además, no estés tan segura de que serás la próxima luna de esta manada.

Freya se puso de pie y le dio una mirada confundida.

― ¿Qué estás tratando de decir? Tú y yo…

―Sí, la diosa luna nos emparejó, pero eso no significa que tenga que aceptarte. Mírate ―le dijo dándole una mirada burlona ―Eres una simple omega, Freya. ¿Qué te hace creer que estás a mi altura?

Sus palabras fueron como un balde de agua fría. Molesta se puso de pie rápidamente y lo miró llena de pánico.

―Logan… tú…

Él sonrió y dio un paso hacia ella, agarró un mechón de su cabello castaño y jugó con él entre sus dedos.

―No te preocupes, eso no quiere decir que tengas que dejar mi cama ―se inclinó para olerla, su cuerpo reaccionó instantáneamente a ella ― Simplemente no puedo tomarte como mi luna, no tienes lo que se requiere.

Freya se apartó como si su contacto la quemara y lo miró fijamente.

― ¿Y quién es apta? ¿Aylin? ―los celos eran demasiado evidentes y Logan lo sabía. Así que decidió usar esto a su favor.

―Bueno, después de todo era mi prometida, ¿no? Es hija de un beta y…

―¡Su padre es un asesino! El asesino de tu padre, ¿planeas tomarla como tu esposa sabiendo esto?

Logan no le respondió, pero su silencio fue un implícito sí. Y eso enfureció a Freya a niveles inimaginables.

―No puedes hacerme esto, Logan, tú y yo estamos destinados, Aylin… ella…

De repente, la risa macabra de Logan resonó en la habitación.

―¿Quién te crees para darme órdenes? ―chasqueo la lengua y negó lentamente con la cabeza ―No te equivoques, dulce Freya, no lo hagas. Yo soy el señor aquí, mi palabra es ley y tanto tú como ellos, están obligados a seguirla. Lo que hago y dejo de hacer, no es tu problema, ¿está claro?

Ella apretó las manos clavándose las uñas en su carne, ahora el odio por Aylin era mayor. Y se hizo una promesa, no iba a permitir que le arrebatara su única oportunidad de tener un mayor estatus dentro de la manada.

[…]

En las mazmorras Aylin abrió los ojos cuando escuchó que la llamaban, afortunadamente esta vez, no fue con un poco de agua u orina.

Se sentó en el camastro y miró a uno de los guardias que tenía una expresión nada amable en su rostro. No obstante, en sus manos había algo que ella identificó cómo.

«¿Ropa?»

Esperó a que el hombre hablara, pero este no lo hizo, abrió la celda y luego lanzó la ropa sobre ella.

―Vístete.

―¿Aquí?

―Sí, ¿Qué esperas una habitación y una ducha caliente? ―sus ojos estaban cargados de desdén hacia ella ― Agradece que el nuevo alfa está siendo misericordioso con una traidora como tú, no sé por qué lo hace, pero si yo fuera el alfa…

―Sí, sí, ―ella lo interrumpió ―Ya me hubieras sacado el corazón y luego te lo comerías.

El hombre gruñó y salió para cerrar de nuevo. Pero Aylin no tenía intenciones de vestirse delante de él. Así que lo miro y alzo las cejas, el tipo, torció los labios y no le quedó más remedio que irse.

Cuando estuvo sola, llamó a su loba, desde ayer no le hablaba, sospechaba que era por su negativa a aceptar que estaba destinada a Cassian.

«¿Sharon? ¿Sharon?»

No hubo respuesta.

―Vamos, no seas malcriada, ¿vas a ignorarme siempre?

Su loba siguió sin responder.

―Sé que estás enojada conmigo, pero…

«No estoy enojada» finalmente su loba habló «Pero creo que eres injusta, ¿tienes idea de lo mucho que estoy sufriendo?»

Esto hizo que el corazón de Aylin se estremeciera. De hecho, su loba había aceptado a Logan solo por ella y por qué, además, era una loba latente, era algo que Aylin nunca le dijo a nadie, solo sus padres lo sabían, su enamoramiento con Logan fue puramente carnal, no espiritual. Aun así, Sharon lo aceptó al no haber sentido el llamado, de alguna manera se estaba sacrificando por ella.

Ahora que realmente había llegado su verdadera pareja, ella se negaba a aceptarlo. Aylin sabía que estaba siendo injusta, pero sus padres eran más importantes que cualquier cosa y ahora lo único que estaba en su mente eran dos cosas, una escapar de la isla y la segunda, saber qué alfa le había enviado todo esto.

Tomó la ropa y se vistió a toda prisa, tenía miedo de que el guardia volviera nuevamente. Una vez que estuvo vestida, se sentó en su camastro y le preguntó a su loba.

«¿Quién crees que envió esto? ¿Logan… o Cassian?»

«El guardia dijo que fue el nuevo alfa, y sabemos que Logan heredó el puesto por derecho de nacimiento. Seguramente fue él»

Las cejas de Aylin se fruncieron.

«Entonces debo andarme con cuidado, cualquier amabilidad que venga de él, tendrá un precio»

De repente se escucharon pasos que se acercaban, Aylin se puso de pie y espero ver a Logan. Sin embargo, era una de las empleadas de la gran casa.

―¿Leila?

Leila era el ama de llaves, por así decirlo de la gran casa, que era donde vivía el último alfa y por supuesto viviría el nuevo, había sido así por generaciones. Que ella estuviera allí, significaba solo una cosa.

La mujer de mediana edad la miró indiferente y dijo.

―El alfa quiere verte, desea hacerte unas preguntas.

Aylin se echó a reír y supuso que se trataba de Logan, no entendía para qué quería verla, si ya la había condenado delante de todos.

«Tal vez los ancianos abogaron por ti, tu padre era un guerrero leal al antiguo alfa» dijo Sharon.

«No lo creo, tiene que ser otra cosa»

―¿Dijo algo Logan? ―Aylin no pudo evitar preguntar.

Los ancianos guardaron silencio al ver la determinación de en su rostro.

―Como quieras, es tu decisión. ―ellos comenzaron a retirarse, uno a uno salió de la gran sala, pero el más viejo de ellos, se detuvo antes de salir, miro a Cassian y dijo.

―Entiendo que tu amor por Ruth sea inquebrantable. Sin embargo, a veces las mayores bendiciones llegan cuando menos lo esperamos.

Cassian no dijo nada, se quedó en su lugar y el anciano se dio la vuelta y se fue.

Mientras tanto, Aylin caminaba con paso rápido hacia la casa principal, el hombre que la llevaba no era nada amable y se dificultaba seguirle el paso con los grilletes y las cadenas en sus manos.

No obstante, eso era lo que menos le importaba, ahora que el nuevo alfa quería verla, ella aprovecharía la oportunidad de interceder por su padre. Y con suerte conseguir que antes de ser juzgado, primero se hiciera una investigación, le parecía injusto que su familia estuviera siendo condenada, mientras el culpable seguía libre.

― ¡Vamos, camina! ―el guardia la insto a caminar, Aylin obedeció y también bajo la cabeza antes las miradas cargadas de desprecio de los que alguna vez la respetaron.

Cuando llegaron a la gran casa, el guardia le informo al ama de llaves y esta regreso minutos después.

―El alfa dice que la dejes, nos encargaremos desde aquí.

―Pero… ―el guardia no estaba nada contento y más cuando Logan le habia pedido que le informara todo lo que sucedía entre Aylin y Cassian.

― ¿Pero qué? ―el ama de llaves le dio una mirada severa ― ¿Te atreves a cuestionar a tu alfa?

El hombre dio un paso atrás y bajo la cabeza.

―No me atrevería.

―Bien ―jalo a Aylin hacia dentro ―Ahora sal, ensucias mi piso ―dicho esto le cerró la puerta en las narices.

Aunque no habia asumido a totalidad el puesto de alfa, Cassian hizo algunos remplazos, como por ejemplo el ama de llaves. Conocía a Leila desde que era un cachorro, así que podía confiar en ella. Es por eso, que le ordeno ir donde Aylin e informarle que la vería. No obstante, en la gran casa todavía hay oídos y algunas informaciones pueden extenderse.

Sin decir nada y menos mirarla, Leila la condujo al estudio. Cuando llegaron frente a la puerta, la dejo y se giró se fue. Aylin estaba estupefacta.

«¿Qué se supone debo hacer? ¿Llamo o espero a que abra?»

«No seas tonta, entra está esperándote» Su loba dijo con emoción y Aylin comprendió por que, siendo Cassian su pareja, era normal que percibieran su cercanía.

Respiro hondo y se preparó para abrir la puerta, cuando lo hizo, su corazón por poco se paralizo. Cassian era como un rey, sentado detrás del escritorio. Su cabello castaño estaba revuelto, pero eran sus poderosos y enigmáticos ojos verdes, lo que la volvían nerviosa.

Dio un paso adelante y Aylin estaba haciendo todo lo posible por controlar su respiración, por no parecer evidente, pero su pecho subía y bajaba con dificultad.

―Cierra la puerta ―Cassian ordeno con voz profunda, ella obedeció y luego otra orden se escuchó fuerte y clara ―Ven aquí.

Se tenso de inmediato.

―Alfa…

―Siéntate, Aylin ―Cassian de repente se puso de pie y le señalo la silla. Mientras caminaba la cercanía, hizo que su loba se asomara ansiosa por llegar al suyo.

Mientras tanto, Cassian estaba teniendo una guerra interna, no importa cuánto tratara de mantener a raya su instinto, sus ojos se nublaron, volviéndose carmesí cuando su lobo miro a Aylin. Su vínculo no era algo que cualquiera de los dos pudiera ignorar.

El olor que Cassian rezumaba, hizo que los labios de Aylin se abrieran mientras un suave gemido estaba a punto de salir de su garganta, su centro latió con fuerza y ella tuvo que cerrar las piernas tratando de controlarse.

Por su parte, Cassian, apretó los dientes y mantuvo a su lobo a raya, no iba a permitir que jodiera esto. La habia llamado para interrogarla, para saber qué tanto, tenía que ver ella con la muerte de su hermano.

―Te mande a llamar porque quiero hacerte unas preguntas.

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