CONTRATO CON EL ALFA, EL TIO DE MI EX. romance Capítulo 99

ENFRENTAMIENTO FINAL.

Aylin atravesó el portal y fue recibida por Morana y parte de la manada de Sebastián. Morana miró a Rowan y un sentimiento de ternura despertó dentro de ella.

―¿Él es tu hijo? ―pregunto acercándose.

―Sí. ―Aylin miró a su pequeño y su corazón dolió al ver su carita pálida ―Está débil, Lestat lo debilitó sacando su sangre.

Sabiendo que no había tiempo que perder, Morana llamó a una mujer de su grupo. La chica se acercó y bajó la cabeza con reverencia.

―Mi señora.

―Encárgate del niño ―ordeno. Y la mujer estaba a punto de sacar a Rowan de los brazos de Aylin, cuando ella se negó.

―No. Mi hijo no irá a ningún lado ―los ojos de Aylin cambiaron instantáneamente.

―No vamos a hacerle daño ―explico Morana ―Pero él debe ser atendido cuanto antes. Raquel es un vampiro de sanación, ella puede ayudarlo.

Después de escucharla, Aylin seguía sin estar de acuerdo. No se fiaba totalmente de ellos, después de todo eran vampiros igual que Lestat. Al ver su negativa, Morana negó levemente y trató de hacerla entrar en razón.

―No vamos a hacerte daño, Aylin, si quisiéramos hacerlo, ya estaría encerrada… o muerta. Lo único que quiero es ayudar y cuanto antes Raquel se encargue de tu hijo, más rápido sanará.

―Yo puedo hacerlo, mi energía vital…

―Necesitas esa energía para pelar, porque tú y yo vamos a atravesar ese portal y vamos a ir con ellos.

Aylin miró a los lobos de la manada de Sebastián que se preparaban para entrar.

―Por favor, Aylin, debes confiar en mí. Sé que es difícil, pero Rowan necesita ayuda ―dijo Morana con voz suave.

Aylin vaciló por un momento, pero finalmente permitió que la mujer se encargará de Rowan y se lo entregó. La vampira cortó su muñeca y dejó que la sangre entrara en la boca de su hijo. De repente, la piel del pequeño comenzó a volver a la normalidad. Aylin observó con asombro mientras la mujer sanaba a su hijo con su propia sangre.

―¿Cómo es posible? ―preguntó con voz temblorosa.

―La sangre de un vampiro sanador tiene propiedades curativas muy poderosas ― explicó Morana ―Pero también es un sacrificio para nosotros. Cada vez que usamos nuestra sangre para curar a alguien, perdemos una pequeña cantidad de nuestra energía vital.

Aylin miró a Morana y asintió con gratitud.

―No olvidaré esto que has hecho por mi Morana.

―No te preocupes, yo también soy madre… ―miro al pequeño Rowan ―… Creo que estaría igual de desesperada, que tú si algo le pasara a mi niño.

Las cejas de Aylin se fruncieron, no esperaba que Morana tuviera un hijo. Sin embargo, se dijo que no era momento para pensar en ello, si lograban salir de la situación en la que estaban, entonces le preguntaría, pero ahora, tenía que ir a salvar a Cassian y a los demás.

―¿Tienes un plan? ―pregunto con una nueva predisposición.

―Por supuesto que sí. ―miro al beta. ―¿Quieres explicarle Callum?

El beta, un hombre alto y de cabello negro, se detuvo delante de Aylin, y en ningún momento determino a Morana.

―¿Así que tú eres Aylin Fox?

―Sí. ¿Cómo…?

―Sebastián habla mucho de ti y de tu hijo ―le dio una media sonrisa ―Veo que eres más importante de lo que suponía. Si se ha arriesgado tanto, quiere decir que tú y él…

―Soy casada. ―lo corto ―Sebastián es mi amigo.

Las cejas del beta se alzaron.

―Bueno, pero sigues siendo importante. Ahora a lo que vinimos. ―le dio una mirada de reojo a Morana ―La fortaleza se cerrará en poco tiempo, si sucede tendremos que tomar el camino largo, habrá que acampar varios días.

―No me molesta la naturaleza, lo sabes ―dijo ella con sarcasmo.

―Oh, claro que sí. Sé que muchas cosas no te molestan, lo que me sorprende es que te incomoden las que de verdad importan.

La mujer se puso las manos en las caderas.

―Ya te he dicho que no es como crees, pero sigues siendo un testarudo que no escucha. Tuve mis razones, Callum. ¿Cuándo vas a entenderlo?

―Nunca. Lo que hiciste…

―¡¿Quieren dejarlo para después?! ―grito Aylin y les dio una mirada desaprobatoria ―Mi marido, su amigo y el beta de mi manada, están atrapados allí. Si no les importa deberíamos ponernos en marcha.

Tanto Callum como Morana asintieron avergonzados.

―Tienes razón, voy a preparar a mis hombres ―dijo ella yéndose con el resto de los vampiros.

Mientras que Callum se quedó de pie delante de Aylin, la miró un momento y luego fue hacia los lobos y les ordenó.

―El amanecer está cerca y eso nos da una ventaja. Ya saben qué hacer.

Los lobos gruñeron y comenzaron a atravesar el portal, Callum fue el último en entrar.

Aylin y Morana se prepararon junto con los vampiros.

―¿Para qué es eso? ―le preguntó Aylin viendo cómo Morana se acomodaba una espada en su cintura.

―Si quieres acabar con mi hermano… ―le dio una sonrisa ―Córtale la cabeza.

Aylin alzó una ceja y sonrió. Hizo su transformación y atravesó el portal. Cuando llegaron una batalla sangrienta se estaba desarrollando en medio de la fortaleza. Aylin buscó a Cassian nerviosamente, pero seguía sin verlo. Los vampiros de Lestat estaban ataviados con armaduras y disparaban flechas de plata en sus ballestas. Varios lobos comenzaron a caer. Sin embargo, la determinación de los lobos era más fuerte, algunos esquivaron con habilidad las flechas. Aylin fue uno de ellos.

En el patio del castillo, la manada de lobos liderada por Sebastián se preparaba para la batalla. Sus ojos brillaban con ferocidad y determinación. A su lado, Lorcan se mantenía en posición de ataque, Cassian estaba de pie, aunque las flechas de plata estaban haciendo estragos en sus órganos.

Los vampiros desplegaron sus alas y descendieron en picada hacia los lobos con una velocidad impresionante. El choque fue brutal. Garras y colmillos se entrelazaron en un frenesí de lucha feroz. Los lobos usaron su agilidad y fuerza para contrarrestar la velocidad y destreza de los vampiros. El sonido de los huesos rompiéndose y los alaridos de dolor llenaban el aire mientras ambos bandos luchaban por dominar el campo de batalla.

Aylin se lanzó al ataque, sus garras cortando el aire con precisión letal. Bloqueó los ataques de los vampiros, su determinación era inquebrantable. Cada movimiento era una danza mortal, una lucha por la supervivencia. Sus sentidos agudizados le permitían anticipar los movimientos de sus enemigos, esquivando sus ataques.

Sus ojos finalmente divisaron a Cassian quien estaba en una lucha cuerpo a cuerpo, con Lestat. Le arrancó la garganta a dos vampiros que se interponían en su camino y fue directamente a ayudar a su marido. Con un rápido movimiento, Aylin lanzó un ataque directo hacia Lestat, pero este se movió con una velocidad sobrenatural, esquivando el golpe con facilidad.

Lestat contraatacó con una serie de movimientos fluidos, sus colmillos afilados buscando la carne de Aylin.

―¿Te sientes débil?

Ella asintió, tanto Morana como el vidente se lo habían dicho, perdería gran parte de su energía.

―Entonces tengo que sacarte de aquí ―sentencio y miro en dirección al centro del patio. Lorcan y Sebastián seguían luchando, sin embargo, los hombres de Lestat cada vez eran menos. Estaban siendo superados por ellos.

Mientras tanto, en el túnel, Morana y Lestat tenían una lucha personal. El rey estrelló con fuerza el cuerpo de su hermana.

―¡Eres una estúpida! ―grito ―¡Uniéndote con el enemigo!

Morana lo empujo con fuerza y desenvaino su espada, Lestat bloqueo su ataque.

―¡Aquí el único enemigo eres tú!

―¡Tu rebelión ha llegado a su fin, Morana! No puedes desafiar a los ancianos impunemente.

―¡Te robaste mi lugar, maldito! ―blandió la espada con fuerza ―Y no conforme con eso… ¡Mataste a mis padres!

―¡Tu padre era un enfermo!

―¡Mentira! ―la rabia fluía con fuerza dentro de ella ―¡Te quería como a un hijo!

―¡¿Cómo un hijo?! ―al escuchar tal mentira, la rabia acumulada por años dentro de Lestat afloro con más fuerza, sólo él tenía conocimiento de lo que vivió a manos del antiguo Rey ―¡Era su esclavo! ¡No tienes idea de las cosas que me hizo!

―No me detendré hasta que se haga justicia. ―dijo determinada ―Has cometido atrocidades y deben rendir cuentas.

Los dos vampiros continúan su duelo, cada uno mostrando habilidades marciales impresionantes. Sus movimientos eran fluidos y precisos, cada golpe calculado y cada bloqueo estratégico. Lestat intentó desarmar a Morana con un golpe rápido, pero ella lo anticipa y contraataco con un giro ágil de su espada. Los dos se separaron momentáneamente, tomando aliento antes de volver a la carga.

―¡Tu insolencia no será tolerada! ―bramo furioso.

―Hoy moriremos uno de los dos ― dijo desafiante.

La batalla alcanza su punto máximo cuando Lestat y Morana intensificaron sus ataques, moviéndose con una ferocidad implacable. El túnel resonó con el sonido de sus espadas chocando una y otra vez. Finalmente, Morana logró desarmar a Lestat con un golpe certero, enviando su espada volando por el aire. El rey quedó indefenso frente a ella.

― Esto ha terminado, Lestat. ―respiraba agitadamente ― Tu reinado de terror llegó a su fin.

Lestat miró a Morana con rabia e impotencia mientras ella se acercaba lentamente, sosteniendo su espada lista para el golpe final.

―Hazlo. Pero recuerda, hermanita, siempre habrá otro esperando en las sombras.

Ella bajó su espada por un momento, reflexionando sobre las palabras de su hermano. Luego, sin decir una palabra, realizó un corte rápido y preciso, poniendo fin a la vida de Lestat. Morana vio caer el cuerpo sin vida de Lestat, hundiéndose en las aguas.

Sintiendo la victoria en sus manos, pero sabiendo que la lucha por la justicia apenas ha comenzado.

―¡Su líder ha muerto! ―exclamo Morana con la espada aun goteando sangre. Los vampiros seguidores de Lestat dejaron caer sus espadas ―Tienen dos opciones, seguirme… o morir. ― ella alzó una ceja dubitativa ―¿Cuál eligen?

Los hombres de Lestat se arrodillaron delante de ella uno a uno, diciendo implícitamente que la seguirían a partir de ahora.

Al igual que Morana, los lobos habían prevalecido en la batalla.

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