Elia había estado ocupada con sus bocetos de diseño y en la competencia, y no se había acordado de preguntarle a Floria.
"Asier, hoy vinieron muchas personas a la competencia, mira cuánta gente hay en los asientos de los concursantes", Cecilia intentaba conversar con Asier.
Ella hablaba alegremente, pero no recibió respuesta. Al volver la mirada hacia Asier, lo vio observando en una dirección, con una expresión seria y sus ojos profundos, como si algo le capturara completamente la atención.
Movida por la curiosidad, Cecilia miró hacia donde Asier enfocaba su vista y la vio de inmediato en el lugar más visible.
Aunque solo podía ver su perfil, Cecilia la reconoció al instante: ¡era Elia!
Su aura de pureza la hacía fácil de reconocer, su rostro redondeado brillaba por un ligero toque de grasita de bebé, y su cabello ondulado estaba recogido en una cola de caballo simple, pero era esa sencillez la que la hacía parecer una estudiante de secundaria con su frescura.
Incluso ella, siendo mujer, no podía evitar mirarla más de una vez, ¿qué se podría esperar de los hombres?e2
Al ver a Elia, el buen humor de Cecilia se desvaneció de golpe, y una irritación súbita brotó en su interior.
Respiraba con dificultad, y su mirada hacia Elia se tornó envidiosa y furiosa.
Sus manos se apretaron inconscientemente sobre los apoyabrazos de la silla de ruedas.
"Señorita, Sr. Griera, ustedes son nuestros invitados de honor, por favor, síganme a los asientos VIP", dijo respetuosamente un organizador del evento a Cecilia y Asier.
Pero los asientos VIP estaban justo al lado de donde estaba Elia, separados solo por un pasillo. Asier solo tenía que girar ligeramente la cabeza para verla.
"Siéntate, la competencia está a punto de comenzar", Asier la interrumpió, indicándole que se sentara a su lado.
Cecilia, con un discurso preparado que no pudo pronunciar, se sintió incómoda, pero tuvo que actuar con elegancia y gracia, sonriendo al organizador y diciendo: "No es necesario cambiar de lugar, nos quedaremos aquí."
"Perfecto, si necesitan algo, solo díganme", dijo el organizador antes de retirarse visiblemente aliviado.
Elia vio que Asier y Cecilia se habían sentado al lado, y sin querer echó un vistazo hacia ellos.
La risa ligera de Cecilia resonó: "Elia, no esperaba verte aquí, ¿por qué no nos avisaste? Podríamos haberte traído con nosotros. A tu edad, otros ya son diseñadores de renombre, no me digas que todavía participas en estas competencias básicas."
Las palabras de Cecilia hicieron que Elia se sintiera bloqueada por dentro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...