¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1711

El organizador se adelantó y le dijo a Elia: "Diseñadora Elia, mire, por el bien del Sr. Griera, no vamos a seguir investigando este asunto ni lo haremos público. Usted puede seguir trabajando como diseñadora. Solo tiene que retirarse de este concurso como si nunca hubiera participado. ¿Le parece bien?"

El corazón de Elia se tensó y rechazó la oferta de inmediato: "Lo siento, señor, pero es necesario aclarar todo lo que ha ocurrido y no puedo retirarme del concurso."

Si dejaba que el asunto quedara así, todos pensarían que había hecho joyas de plástico y que había lastimado a los clientes con tachuelas. Su reputación quedaría manchada para siempre.

Que Alturas dijera que no haría pública la situación no significaba que no se fuera a esparcir. Una mala noticia se propaga rápido, eso ha sido así desde siempre.

Ella no sería tan ingenua como para creer en las palabras de Alturas.

Además, si no explicaba las cosas ahora, nunca tendría otra oportunidad de hacerlo.

Este era el mejor momento para probar su inocencia. Si lo dejaba pasar, no podría limpiar su nombre nunca.e2

"Usted, esto..." Alturas quedó sin palabras, frustrado y respirando profundamente.

Si no fuera por respeto a Asier, ya habría ordenado que la sacaran de allí.

Elia dijo: "Anoche entregué las joyas terminadas a los organizadores en una elegante caja azul, y todos los materiales eran auténticos. Puro platino y zafiros, ¡es imposible que fueran de plástico!"

Elia se defendió a sí misma.

"¿Cómo es posible? Soy la modelo de su diseño y cuando recibí la obra, eran estas baratijas de plástico. Ahora dice que usó materiales auténticos, ¿está tratando de acusar al equipo del programa de robar sus joyas?" Liuva preguntó con una sonrisa fría.

"Jaja, es realmente un chiste", alguien en el público comenzó a burlarse y apuntar a Elia con sarcasmo.

Aunque nadie se atrevía a tocar a Elia por respeto a Asier, ahora que Asier estaba con Cecilia, la gente se sentía más valiente y comenzaron a señalar y a burlarse de Elia.

Los comentarios de la gente zumbaban en los oídos de Elia como mosquitos, burlándose de ella de manera aguda y despiadada.

Se sentía abrumada por el bullicio, apenas podía respirar y su rostro se volvió pálido.

Ella no había terminado la universidad, pero todos sus bocetos los había dibujado ella misma. La vergüenza del pasado estaba siendo revelada públicamente, y se sentía asfixiada por la humillación.

Justo cuando Elia se sentía helada, la puerta de entrada se abrió y una voz masculina y resonante se escuchó: "¿Quién dice que ella viene del campo? Ella es la hija de la Familia Guzmán, una verdadera señorita de alta sociedad."

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