Orson encontró rápido la fecha en la que se hizo la prueba de paternidad.
Le pasó la fecha a Vicente, y le dijo: "Comprueba si hubo algún error en el resultado de la prueba de paternidad que me hice ese día".
"¿Qué sospechas?", le preguntó Vicente, oliendo el chisme, con una sonrisa pícara.
No había nada que le gustara más a Vicente que meterse en los chismes de sus amigos.
No le interesaban los chismes de los demás, pero de sus amigos, no quería perderse ni un detalle.
"Creo que el hijo de Priscila no es mío", le confesó Orson sin rodeos a Vicente.
Todavía estaba convencido de que ese niño era hijo de Priscila.e2
Vicente lo pilló enseguida y le prometió: "Listo, ya mismo me pongo en eso".
Orson trabajaba en Grupo Fuentes, y Vicente era quien más sabía de sus asuntos. Priscila había sido la prometida de Orson, pero después, por ser tan creída y faltarle el respeto a Orson, él decidió cancelar el compromiso.
Por eso, se peleó y se fue de la casa de los Salcedo.
Cortó lazos con la familia Salcedo y se fue a trabajar con el Grupo Fuentes.
Estaba a punto de casarse con Jimena, pero entonces Priscila apareció con un bebé en brazos, diciendo que era hijo de Orson, lo que impidió que Orson y Jimena se casaran.
Al principio, Orson también dudaba si el niño era suyo, así que se hizo una prueba de paternidad.
Y cuando los resultados confirmaron que el niño era suyo, las cosas entre él y Jimena se pusieron aún más tensas.
Todo fue por ese niño.
Agarró el celular, y sin ver, contestó la llamada, con una voz aún adormilada y molesta: "¿Qué quieres?"
"Uy, ¿todavía en la cama? El sol ya casi te está pegando en la cola", se escuchó a través del teléfono, con una voz masculina elegante, que tenía un aire intelectual.
Con su temperamento explosivo, Jimena estaba a punto de soltar un montón de insultos por haberla despertado, y encima burlándose de que dormía hasta tarde.
Pero justo antes de hablar, reconoció la voz.
Alejó el teléfono de su oído y miró la pantalla: era Daniel.
Era él. Menos mal que no había empezado a regañarlo, o habría sido un momento bastante incómodo.
"¡Buenos días, Daniel! Hace tiempo que no hablamos, ¿qué te trae por aquí hoy?", le preguntó Jimena, ya con una sonrisa en la voz, mostrándose mucho más amable.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...