¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 1996

El presentador acababa de preguntarle a Daniel si su decisión de casarse con Julia era por amor verdadero.

Daniel no respondió de inmediato, sino que hizo una pausa, su mirada recorrió a la multitud y luego se dirigió al presentador para contestar.

Después de que aquella mujer lo mencionara, Daniel había mirado hacia Jimena al hablar, y fue entonces cuando Julia tuvo un momento de epifanía, dándose cuenta de que Daniel realmente amaba a Jimena y nunca la había olvidado.

Ese conocimiento se clavó en el corazón de Julia como una espina, impidiéndole seguir adelante.

En ese momento, lo único que quería saber era si Daniel la amaba a ella o a Jimena.

Al escuchar la pregunta de Julia, Jimena se puso más nerviosa que Daniel, su mirada inquieta se fijó en él, temiendo que volviera a confundirse y respondiera mal.

Como mujer, Jimena sabía que esa pregunta era crucial para Julia; cualquier paso en falso y Julia podría simplemente irse con su padre.e2

Las mujeres tienen una sensibilidad mucho más aguda en asuntos del corazón que los hombres.

Si Daniel revelaba algún detalle, Julia encontraría la respuesta en su interior.

"Te amo, la persona con la que quiero casarme eres tú, Julia", dijo Daniel, rompiendo el nerviosismo de Jimena con su voz firme.

Jimena lo observó, viendo que sus ojos estaban llenos de sinceridad y ternura, su rostro gentil estaba cargado de concentración, mirando solo a Julia.

En ese momento, parecía que en sus ojos solo existía Julia, como si ellos dos fueran los únicos en el mundo, y todos los demás simplemente se desvanecieran en el fondo.

Cuando dijo esas palabras, sus ojos solo veían a Julia, su voz era suave y llena de emoción.

Temiendo que Julia no lo hubiera escuchado, Daniel tomó sus hombros y repitió, mirándola seriamente a los ojos: "Te amo, y porque te amo es que quiero casarme contigo. Solo tú estás en mi corazón. Si hay alguna mentira en mis palabras, que el cielo me castigue..." Mientras hablaba, levantó tres dedos en juramento.

El calor del contacto y el ritmo constante del corazón llevaron a que el propio corazón de Julia también comenzara a latir con fuerza.

En ese momento, mientras miraba a Daniel y sentía su pulso, su propia respiración se aceleraba.

Fue entonces cuando se dio cuenta profundamente de la intensidad de su amor por ese hombre.

Si se fuera en ese día, probablemente se arrepentiría por el resto de su vida.

Incluso si este hombre no la amaba, ella quería permanecer a su lado.

"¿Lo sientes? En este corazón, solo estás tú", dijo Daniel bajando la cabeza y mirando a los ojos de Julia con toda la ternura que pudo reunir.

Solo quería que Julia supiera que verdaderamente la amaba y que quería casarse con ella por amor.

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