Después de un rato parados allí, llegaron varias parejas más, todas formando fila detrás de ellos, con orden y paciencia.
No pasó mucho tiempo antes de que la cola comenzara a crecer tanto que casi se extendía hasta la calle, pero la puerta del Registro Civil aún permanecía cerrada.
Elia sacó su celular para ver la hora; ya eran las nueve. "¿Qué pasaba con la gente del Registro Civil que aún no había llegado al trabajo?" se preguntaba.
El corazón de Elia, que Asier había conseguido calmar, empezó a sentir la presión del tiempo que pasaba, y poco a poco se volvía inquieto. Dentro de ella, un torbellino de emociones y preocupaciones comenzaron a surgir, temiendo que algún imprevisto pudiera presentarse.
Antes de encontrarse con Cecilia el día anterior, Elia no tenía estos nervios.
Pero ahora, cada vez que recordaba las palabras de Cecilia, se sentía insegura.
Le preocupaba que por alguna razón no pudieran obtener su certificado de matrimonio ese día y que luego ya no tuvieran otra oportunidad.e2
Aunque se había preparado mentalmente, la ansiedad seguía apareciendo ante cualquier contratiempo inesperado.
Asier giró su mirada y, al ver a Elia revisando su teléfono con una expresión inestable, supo que estaba preocupada de nuevo. Extendió su mano y le acarició suavemente el cabello, hablándole al oído con una voz baja y magnética que tenía el poder de tranquilizarla, le dijo.
"El Registro Civil suele abrir a las nueve y media, aún tenemos media hora. No te preocupes."
Elia se volvió hacia él y se encontró con sus ojos profundos y brillantes. Antes, esos mismos ojos la intimidaban tanto que sentía miedo al mirarlos.
Pero ahora, esos ojos le daban tranquilidad.
Guardó su celular en el bolsillo y apoyó su cabeza en el pecho de Asier, sin decir una palabra.
soltó un suspiro silencioso.
Ella misma se reprochaba, ¿qué era lo que tanto le preocupaba?
Mientras su corazón estuviera con Asier y ambos quisieran casarse, nada podría detenerlos.
A menos que Asier realmente no quisiera casarse con ella.
Elia y Asier rellenaron rápidamente los formularios.
Cuando llegó el momento de tomarse la foto, Elia estaba un poco nerviosa y se sentó tan derecha que había una gran distancia entre ella y Asier.
El fotógrafo les dijo: "Novia, acércate un poco más al novio. Es una foto de matrimonio, no sean tan distantes."
Elia se dio cuenta de que se había alejado bastante de Asier y justo cuando iba a acercarse a él, la mano de Asier la atrajo por los hombros con decisión.
Ambos se sentaron muy cerca el uno del otro.
Elia se sintió algo sorprendida, pero al darse cuenta de que Asier quería tenerla más cerca, una sonrisa de felicidad se dibujó en sus labios.
El fotógrafo capturó el momento perfectamente, haciendo clic justo cuando Elia sonreía.
Poco después, las fotos estaban listas e impresas.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...