¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2076

Al escuchar el nombre Sergio, Elia se detuvo instintivamente y su cuerpo se tensó ligeramente.

Tras una pausa de medio segundo, hizo un esfuerzo por recomponer su expresión, se giró y mirando a Asier, luego dijo con una sonrisa: "La película de hoy estuvo bastante buena, ¿no te parece?”

Mientras hablaba, apretó inconscientemente la mano de Asier que sostenía la suya.

Esa forma de esquivar el tema se reflejó en los ojos de Asier. Los labios de ella, enrojecidos por el beso que habían compartido, brillaban con un rubor fresco, y sus ojos encantadores relucían con un brillo acuoso, aunque evitaban encontrarse con la mirada de él, desviándose sin un punto fijo.

Asier, con indulgencia, le acarició la coronilla dijo: "No te pongas nerviosa, solo preguntaba, no hay segundas intenciones."

La verdad es que Elia estaba muy nerviosa, porque el nombre Sergio era un tabú entre ellos.

Según las experiencias pasadas, cada vez que alguien lo mencionaba, se desataba una tormenta.e2

Por eso, cuando escuchó a Asier mencionar a Sergio, el corazón de Elia se contrajo involuntariamente.

Pero las palabras tranquilizadoras de Asier la hicieron relajar un poco su corazón tenso.

Elia miró a los ojos de Asier y abrió la boca, intentando hablar de Sergio, pero la profundidad de la mirada de Asier y el foco de su atención la oprimían con una fuerza abrumadora.

Las palabras que estaban a punto de salir se tragaron de nuevo debido a la presión que Asier emanaba.

Sin embargo, la mirada intensa y profunda de Asier seguía fija en ella.

Elia sabía que, una vez abierto el tema, Asier no permitiría que quedara sin resolver.

Él esperaba que ella hablara.

Tomando una respiración profunda y reuniendo todo su coraje, finalmente habló bajo la expectante mirada de Asier: "Sí, en el pasado vi películas con Sergio, incluso estuvimos juntos hasta que apagaron las luces del cine, pero tranquilo, no pasó nada entre nosotros."

Acababa de terminar de hablar cuando, preocupada por lo que Asier pudiera pensar, se apresuró a explicar que lo suyo con Sergio había sido un amor puro, sin ningún tipo de contacto físico.

No se atrevía y no tenía el coraje de decirle a Asier que había visto a Sergio en secreto.

Pero en ese momento, él le había dado el valor para hacerlo.

"¿Fuiste a decirle que nos vamos a casar?" Asier retiró su mano de su cabeza, tomó su mano y caminaron juntos, hablando mientras avanzaban.

No cuestionó por qué Elia había ido a ver a Sergio sin decirle, sino que le preguntó con ternura la razón de su visita.

Asier, tan calmado y comprensivo, hacía que Elia se sintiera muy cómoda en su compañía.

Desde que Asier se recuperó de su estado vegetativo y conoció toda la verdad sobre lo sucedido, nunca volvió a tratar a Elia con crueldad o despotismo, ni la enfrentó con actitudes extremas.

En el pasado, cualquier mención de Sergio inevitablemente enfurecía a Asier; se volvía frío y despiadado hacia ella.

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