¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia romance Capítulo 2077

Entre ellos, nunca habían mencionado a Sergio con tanta calma.

Por la atmósfera tan relajada de la conversación, Elia también se sentía dispuesta a abrir su corazón y hablarle a Asier de sus sentimientos más profundos.

"Sí, fui a decirle que nos íbamos a casar, esperando que él nos diera su bendición." Elia hablaba con sinceridad, y al pensar en Sergio, un dolor profundo aún le afligía el corazón.

Habían pasado tres años desde que Sergio se había ido. Si realmente existiera la reencarnación, quizá ya había nacido de nuevo.

Si la reencarnación fuera real, ella deseaba que Sergio fuera feliz toda su vida, que siempre estuviera seguro y contento.

Si no existiera tal cosa, entonces Sergio verdaderamente se habría convertido en un puñado de tierra, su ser, junto con los recuerdos, se habría esfumado como humo en el viento.

La mano de Asier apretó un poco más fuerte la de Elia, y dijo: "Así será".e2

Estaba usando la fuerza del silencio para tranquilizar a Elia.

Él sabía que en el fondo, Elia debía sentirse culpable por Sergio.

Ese sentimiento de culpa no se disiparía con el paso del tiempo, sino que se profundizaría a medida que los recuerdos se asentaran.

Solo el cuidado y el amor podrían ayudarla a liberarse de ese nudo en su corazón.

Asier le preguntó de repente a Elia. "¿Cómo se llama el hermano de Sergio? ¿Sabes?"

Elia miró el perfil de Asier con curiosidad y dijo: "Ni siquiera sé su nombre completo."

"Se llama Silvio Griera, su nombre es casi igual al de Sergio." Asier le reveló a Elia el nombre del hermano de Sergio.

"Ah claro, parece que sí se llama Silvio, Natalia lo mencionó una vez." Elia no lo recordaba en ese momento, pero con el recordatorio de Asier, de repente le vino a la mente.

Antes, cuando se encontró con Natalia y Pascual Griera en el hospital, habían mencionado el nombre del bebé.

Hoy, cuando Cecilia mencionó a propósito que Elia había visitado la tumba de Sergio, Asier eligió creer en Elia inmediatamente, en lugar de llenarse de rabia como en el pasado.

Había traído a colación a Sergio delante de Elia precisamente para abrir su corazón y hablar con ella.

Sobre el tema de Sergio, no había necesidad de que estuviera tan tensa.

Esa noche, al abrir su corazón y recibir el entendimiento de Asier, Elia durmió profundamente y con dulzura.

Tres días después, Elia despertó por la mañana y se sorprendió al ver que Asier estaba frente al espejo ajustándose la corbata.

Elia estaba curiosa y preguntó: "Oye, ¿cómo es que aún no te has ido a trabajar?"

Era lunes, el día más ocupado de la semana.

"Hoy tengo algo que hacer, tú también levántate pronto, te llevaré a un lugar." Asier le dijo.

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