El Alfa romance Capítulo 9

'¿No hechas de menos a tu padre? ¿Alguna vez hablo contigo?', pregunto Amaris vacilante.

Sintio una punzada de dolor y solto un suave quejido, seguido rapidamente de un gruñido rapidamente por un gruñido de ira.

'Es peor que tu padre. Guarda silencio constantemente y nunca responde a mis intentos de relacionarme con el. Es como si estuviera muerto' se quejo 'Si eso es lo que quiere, que asi sea. Una excusa de m*erda para un padre para ambas'

La boca de Amaris se torcio mientras se concentraba en la carretera. En ese momento sono su telefono y la llamada se transfirio al sistema integrado del coche, conectado con la pantalla HUD de diagnostico a bordo.

Toco la pantalla para aceptar y respondio a la llamada.

'¿Hola?'

'Amaris, ¿Donde estas?', sono la voz preocupada de su mejor amiga.

Amaris se estremecio y bajo rapidamente el volumen mientras contestaba.

'Estoy conduciendo en este momento ¿Esta todo bien?'

'¡Iba a preguntarte lo mismo! Escucha, estoy en el trabajo en este momento, pero termino en una hora, ¿Quieres ir a comer a algun lugar?' pregunto en voz baja.

'Claro. Tardare una hora en volver de todos modos ¿Solo estas trabajando media jornada hoy?'

Minerva solía trabajar como un demonio, lo cual era apropiado porque, de hecho era en parte un demonio. Nació de una improbable relación entre un demonio de nivel medio y una humana.

Su madre murió poco después de que ella naciera y el demonio no pudo criarla en su reino porque era demasiado peligroso, así que la acogió un hogar infantil especializado en criar bien a los híbridos para que pudieran convivir con la población de otras razas sobrenaturales y con los humanos, que en su mayoría ignoraban su existencia.

Media jornada era prácticamente inaudito para ella y eso hizo que Amaris empezara a preguntarse qué había ocurrido para que estuviera tan ansiosa por dejar el trabajo. Disfrutaba de un trabajo bastante cómodo en una pequeña empresa dedicada a la contabilidad y tenía un don para ello.

‘Sí, solo porque ese i*bécil de supervisor que tengo no consigue hacer bien las formulas de las hojas de cálculo. Te juro que si la fastidia una vez más...’. suspiro pesadamente. ‘Lo siento, Amaris, el trabajo es aburrido. Nos vemos para comer y me cuentas los detalles que a mi me faltan. Te quiero. Hasta pronto', dijo Minerva antes de colgar bruscamente.

Amaris se rio para sus adentros y encontró un lugar para dar la vuelta y regresar a la ciudad.

Las comidas con Minerva siempre eran una oportunidad para desahogarse y casi podía predecir con exactitud las palabras de consuelo que su amiga tendría para ella.

'Más bien planes de asesinato...’ sonrió Maena.

Lo había echado de menos. La vida había sido agitada con Minerva a su lado durante la escuela… habían sido inseparables. Era una ventaja que hubiera sido tan reacia a Jess como ella, pero nunca había estado segura de si era por lealtad o no.

El razonamiento no importaba realmente, pero se alegraba de que, aunque estuvieran extendiendo sus alas en el mundo de la edad adultas, algunas cosas nunca cambian.

‘Dios mío, que les pasa a algunas personas?’, exclamó incrédula mientras se sentaba sacudiendo la cabeza y arrojando su bolso a la silla de al lado.

‘¿Demasiado humano para tu gusto?’, respondió Amaris secamente.

‘Me acusó de ser odiosamente ruidosa, lo que le pareció grosero y ofensivo. Cuando le pregunté por qué estaba aquí ofendiéndose y no muriéndose en una residencia de ancianos, pareció sorprendida, y ofendida de nuevo de que se me ocurriera decir algo así. Se limitó a tacharme de ruidosa, grosera y ofensiva... ¿Qué m*erda esperaba que dijera?’.

Amaris resistió el impulso de soltar una carcajada mientras su amiga sacudía la cabeza con desesperación y daba un sorbo a su café expreso.

‘No sé cómo puedes beberte eso, es tan amargo’, Comentó Amaris mientras señalaba la diminuta taza que Minerva sostenía graciosamente entre las manos.

‘Porque es tan negro como mi alma’, susurró de forma conspiradora con una dulce sonrisa.

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