El clímax de un millonario romance Capítulo 13

CAPÍTULO 13 

No sé qué ha hecho y por qué, simplemente creo que me ha salvado la vida. 

¿Dije creo?¡Él me ha salvado la vida! Estoy tan agradecida, tan sensible que mi cuerpo reaccionó echándome a sus brazos y besándolo con devoción. Con una necesidad cegada por la gratitud. Por la felicidad que poseía mi cuerpo. 

Por un calvario que él evitó que yo viviera a manos de un hombre que él conocía. Y que era... ¿su padre? ¿Había oído bien? Dios mío.  

Aún seguía estremeciéndome por los espasmos del llanto, pero poco a poco, fui calmándome, podía respirar luego de estar por varias horas sumergida en el mar. Ahogándome por una mujer que me ha lanzado para salvarse a ella misma. 

Separo lentamente mis labios de los de Matt y este está inmóvil, ya que lo he tomado por sorpresa. Vuelvo a sentarme correctamente en mi asiento, en silencio y lo miro, rota, suplicando por dentro que diga algo. 

—Lo siento —me disculpo, en un pitido de voz que se pierde en el interior del coche —. Es que usted...me ha salvado la vida, señor Voelklein —mis ojos se llenan de lágrimas una vez más —. Desde que han fallecido mis abuelos, estoy sola en este mundo ¿sabe? Y Beatriz...me ha hecho sentir como si no valiera nada. Alguien desechable. Pero me liberó y no sé cómo puedo pagárselo. No tengo dinero —se me quiebra la voz —. Sólo gano lo suficiente como para alimentar a mi gato Ronnie, a mí y el apartamento. Gastos necesarios...yo no sé cómo puedo pagarle... 

Tomándome por sorpresa, Matt acuna con sus manos cálidas y suaves en mis mejillas, fijando sus ojos grises en mí. Remoja sus labios pasando la punta de la lengua en ellos. 

Tiene los brazos relajados fuera del edredón. Un ángel que duerme en medio de su habitación, con sus parpados cada tanto moviéndose por aquel mal sueño, intranquila.  

Matt la observa dormir, en los pies de la cama en medio de su pequeño apartamento a oscuras, aunque las luces de la calle se calan sobre sus cortinas blancas que se agitan un poco por la brisa del viento. 

Amy duerme, él vela por sus sueños hasta que el hombre se marcha, sin dejar rastros de su presencia. 

Si tan sólo Amy supiera que Matt la observa dormir desde el día en que la conoció en aquel café... 

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