El padre de mi amiga romance Capítulo 19

Narra Luciana.

Abel no me había contactado después de nuestra cita en el parque, según él tenía mucho trabajo. Pero quise darle un sorpresa y decidí ir a verlo esa noche en el club. Una vez que ingresé lo busqué con la mirada, me di vuelta para ir hacía la pista de baile, fue ahí que lo vi, mi corazón dejó de latir en mí pecho, al verlo caminar entre la multitud con la mano en la espalda de una hermosa mujer mayor. Probablemente de su propia edad, alta y cabello rubio platino. Mí estómago dio un vuelco al verlos juntos.

—¿Realmente ha terminado conmigo?—me pregunté. Luché contra las emociones que amenazaban con desgarrarme mientras él cruzaba todo el mar de gente donde se abrió paso hasta desaparecer. No pude evitar dejar caer las lágrimas por mí mejilla—.Ese maldito imbécil— Jadee. Mis emociones cayeron en picada y cualquier tristeza se transformó en ira.

Me di  la vuelta, pedí un trago de whisky y me lo tomé de golpe, luego sentí la mirada de alguien, se trataba de un hombre un poco mayor, pero bien conservado de cabello negro. Él se acercó y me invitó a bailar, acepté de inmediato. Una vez en la pista de baile, las liberaciones  atravesaron mí cuerpo haciendo que mí mente confusa se sintiera suelta e indiferente. Estaba bailando sensualmente a este hombre de cabello negro mientras la música fluía  a través de mí. Luego  eché un vistazo rápido al bar, fue  entonces cuando mis ojos captaron un movimiento a la derecha de la barra, donde vi a Alexis mirándome descontento, no había  tenido la oportunidad de hablar a profundidad  con él, pero sabía que siendo el mejor amigo y socio de Abel, no le estaba gustando mí actual comportamiento. Me  pregunté si Abel también me estaba mirando. Mí compañero de baile  se acercó más a mí tanteando mí cintura. Robando pequeños avances mientras deslizaba sus manos codiciosa a los lados de mis pechos. Pero el problema era que mí  cuerpo quería a alguien más. Luego me gire para lanzar mis brazos alrededor de su cuello cuando una voz retumbante sonó detrás de mí acompañante casi haciéndome tropezar.

—¿Qué diablos estás haciendo?— Abel apareció de la nada. Su mirada estaba llena de furia—.Lárgate de mi club—le dijo a mí compañero de baile.

—Claro, vamos nena—respondió él desafiándolo.

No debió llamarme así, ya que que Abel se enfureció aún más. Este hombre tuvo la intención de tomar  mí mano, pero Abel lo impidió empujándolo hacia atrás.

—Atrévete a tocarla y te  arrancaré el brazo y te lo meteré en la garganta—lo amenazó.

Este hombre se puso blanco como una hoja de papel, se dio la vuelta y salió casi corriendo del lugar. Yo tuve la intención de hacer lo mismo, pero cuando estuve a punto de dar unos  pasos él me detuvo

— Déjame ir. Estaba en medio de algo —le dije.

—Oh, ¿te refieres a ese hijo de puta?—dijo furioso.

—¡Sí!—le grité, luché con él para que me soltará, pero no tuve   suerte—.Déjame ir. Necesito alcanzarlo —le dije, mi demanda no fue escuchada,  él me agarró con más fuerza y comenzó a arrastrarme en la dirección opuesta—¿¡Qué estás haciendo!?

—¿Crees que puedes venir aquí y hacer un acto infantil y tonto, y qué? ¿Me pones celoso? —dijo  empujándome a través de la multitud hacia el pasillo privado.

—No. No necesito ponerte celoso. Vine a buscarte quería sorprenderte, pero te vi con esa rubia. Observé cuando la  llevaste arriba y posiblemente la follaste—agregue.

—¿Es una broma? Ella es un miembro nuevo y le estaba dando una gira —respondió.

—¿En tu habitación  privada? ¿Sabes que? No quiero saber Necesito volver a mi cita. Iba a llevarme a casa y… Abel me arrastró tan rápido que casi me caí—.¡Abel!— grité, pero él  ignoró mi súplica mientras me empujaba dentro del ascensor—. En serio, ¿Cuál es tu problema?—pregunte.

No me respondió. La puerta se cerró, se acercó a mí, tuve que descansar mí espalda en la pared del ascensor, su boca estaba muy cerca de la mía, me dejé llevar por su mirada, la cual era una mezcla de ira y deseo, nuestras respiraciones pesadas era el único sonido en el espacio cerrado.

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