Enamorándose de la inocencia romance Capítulo 1

—¿Quiénes son y qué pretenden hacer?

El hombre pronunció con su profunda voz:

—Estamos haciendo un bebé, por supuesto. ¿Por qué actúas como si no lo supieras?

«¿Haciendo un bebé?».

Paulina Vidal se sorprendió mucho, ya que no tenía ni idea de lo que el hombre estaba hablando.

Su madre, que llevaba años fuera de casa, había pedido reunirse con ella aquí, pero en su lugar entró un hombre extraño. «¿De qué habla este hombre y por qué está aquí? ¿Dónde está mamá? ¿Me tendió una trampa?». Todavía aturdida, sus pensamientos eran un caos.

Pero antes de que Paulina pudiera seguir pensando en eso, el hombre ya había saltado sobre ella, forzándose sobre su pequeño y delicado cuerpo.

Paulina jadeó sorprendida y gritó: —¡Suéltame! ¿Quién te dejó entrar en mi habitación? ¡Sal de aquí! ¡Aaah!

Lo que sucedió a continuación fue todo borroso. Todo lo que Paulina sintió en ese momento fue una oleada de dolor indescriptible mientras su mente se quedaba en blanco.

Después de lo que pareció una eternidad, al final se despertó, pero aún no había amanecido.

Le dolía mucho el cuerpo, pero soportó el dolor y se vistió con lágrimas en los ojos. En cuanto terminó, salió corriendo de la habitación sin mirar atrás.

Poco después de que Paulina se fuera, una empleada apareció de manera tranquila desde el otro extremo del pasillo. Entonces sacó su teléfono e hizo una llamada.

-Sí, estoy segura. Lo hice según sus órdenes.

Cinco años después.

En los suburbios del sur de Villa Nubosa, donde se estaba rodando la serie de televisión «El amor de mi vida», dos niños de cuatro años se abrían paso entre la multitud.

Uno de ellos, Raquel Vidal, gritaba con alegría mientras se abría paso emocionada:

-¡Daniel! ¡Mira, una celebridad!

-¡Raquel!

De repente, apareció la asistente de Adriana González y agarró del cuello a la niña para que no molestara a la celebridad de primera.

-Oye, ¿qué estás haciendo? ¿No sabes que no puedes pasearte por aquí? —le reclamó la asistente, Laura.

La mirada de Raquel se tornó tímida al ser reprendida y murmuró con la cabeza baja:

-Lo siento, señora. Sólo quería echar un vistazo a la

Al final, ambos chicos fueron empujados al suelo.

Esa horrible escena recibió a Paulina, la madre de los niños, cuando por fin consiguió escabullirse entre la multitud.

Corrió hacia ellos de inmediato y se puso delante de ellos para protegerlos. Por completo lívida, exigió:

—¿Qué intentaban hacerles a mis hijos? -Paulina parecía ansiosa, pero su ira aumentó cuando vio la herida en la pierna de Raquel.

Esta mañana llegó a su florería un cliente que decía ser un equipo de producción de la serie de televisión «El amor de mi vida». Procedió a encargar quinientas rosas para decorar una escena y se ofreció a pagarle una buena cantidad de dinero.

Hace tiempo que su tienda no aceptaba un pedido tan grande. Así que, tras una breve vacilación, Paulina aceptó y recogió de inmediato las rosas de varias fuentes antes de entregarlas aquí.

Sus dos preciosos hijos insistieron en acompañarla cuando supieron que iba a entregar las flores en un plato de cine. Al principio, Paulina pensó que no habría problema, ya que sólo iba a entregar flores. Así que aceptó llevarlos con ella. Sin embargo, ni en su peor pesadilla esperaba que esto sucediera.

Paulina miró con furia a Laura.

-Es usted una adulta. ¿Cómo pudo empujar a los niños?

Laura se sintió un poco avergonzada por su pregunta. Sin embargo, temía que Adriana se diera cuenta de lo que había pasado, así que se quedó quieta con una expresión gélida y no dijo nada. En ese momento, alguien se acercó y levantó a Raquel.

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