—Los encontró Mikhail, Esteban los encontró— le escucho decir, entonces Mikhail la abrazó con fuerza brindándole todo el apoyo posible, verla llorar de ese modo le estaba partiendo el alma, no podía, no podía ver ese nivel de sufrimiento en su adorada Violeta— los encontró. . .
—Violeta, mi amor, mi adorada Violet, mírame— la alejó un poco, Violeta levantó la mirada enfocándose en él, en la intensidad de sus ojos, mientras su labio inferior temblaba—No debes temer, yo estoy a tu lado, no estás sola y juntos resolveremos esto.
—¿Me vas a ayudar, Mikhail?— preguntó sollozando.
—¿Lo dudas?, no hay nada que no haría por ti, te entregaría todo de mí si eso sirviese para no verte llorar jamás, no hay nada que no te entregaría, yo lo solucionaré, solo debes dejarlo en mis manos—Violeta asintió, mientras lloraba— te lo prometo. Ahora dime, ¿Qué sabes?
—Yo lo sabía mi amor, esa angustia en mi pecho, ese sueño con Olivia, yo sabía que algo malo estaba ocurriendo. Jarvis me llamo, Esteban los encontró y llegó a su casa de noche— luchaba por contener las lágrimas y los gemidos— ambos recibieron disparos, no sé cómo lograron conseguir ayuda pero pudieron intervenirlos y evitar que murieran.
—¿Sabes dónde están?
—Si, Jarvis me dió la dirección, si tan solo hubiesen atendido a mi petición de venir aquí, nada de esto estaría sucediendo.
—Lo importante ahora es ayudarlos.
—Jarvis está consiente y mejora satisfactoriamente, pero. . . Olivia— Sollozó— Olivia está en terapia intensiva, los disparos que recibió le ocasionaron heridas profundas, Mikhail, está muy delicada, y el hospital no tiene la tecnología, ni los recursos para asegurar u recuperación y menos su vida. Necesitamos trasladarla. ¿Podríamos usar tu avión?
—Mi amor, También es tu avión, todo lo mío te pertenece — le acarició las mejillas— sé que es difícil pero te ruego que te tranquilíces un poco, solo debes preocuparte por ir y lavarte el rostro, yo haré un par de llamadas, conseguiré personal médico y todo lo necesario, cobraré un par de favores, y tendremos disponible la clínica para que los reciban, tendrán el mejor equipo, los mejores médicos, confía en mí, jamás te defraudaría.
—Gracias, mi amor— lo abrazó con todas sus fuerzas, refugiándose en la calidez de su pecho.
—Ahora ve a lavar tu preciosa cara— le besó la frente— yo me encargaré de todo lo demás y te diré a qué hora partiremos.
—Que sea pronto, Mikhail— suplicó.
—Lo más pronto posible, en cuánto solucione todo, lo prometo.
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Olivia estaba feliz, caminaba lentamente por aquellos verdes prados, floreados de distintos colores, el aroma de las mismas llegó hasta ella, inundando sus fosas nasales, haciéndola respirar paz.
—¡Mira nada más lo preciosa que estás!— escuchó que le decían, se giró para encontrarse con su madre.
—¡Mamá!— gimió corriendo hacia ella y abrazándola con fuerza—¡Oh mamá, que bueno verte!— dijo con alegría—¡Te he extrañado tanto!
—Nosotros te hemos extrañado— dijo una voz infantil.
—¡Oh por Dios!— abrió los brazos para recibir a su pequeña hermana, ya no pudo contener las lágrimas de alegría—¿Y papá?
—Estoy aquí— la voz masculina de su padre llegó a sus oídos, todos se abrazaron en un gran abrazo grupal—¡Mi pequeña Olivia, tesoro mío!— Olivia no podía evitar llorar, sentía que había caminado por días, a través de esos verdes prados, aunque le daban una sensación de alegría le hacía sentir como si fuese a la nada, pero ahora, encontrarse con su familia era lo que siempre había deseado.
—Los he extrañado demasiado, no, no soportaba estar sin ustedes, he vivido un infierno, todo ha sido tan duro.
—Estás aquí ahora, hija mía, no debes preocuparte— le dijo su madre acariciando sus negros y espesos cabellos— Ahora todos estamos juntos, nada podrá volver a separarnos.
—Es lo que más deseo, estar con ustedes y Jarvis, también Violeta, todos estaremos felices— dijo riendo.
—No, no registramos ninguna persona con el nombre de Jarvis.
—¿Cómo que no?, ¿Qué le pasa?, ¡ellos están aquí!— dijo mirando a la mujer con los ojos llenos de lágrimas.
—Seño. . .
—Señorita— la fuerte voz de Mikhail se hizo escuchar— la pareja que buscamos— colocó una mano en el hombro de Violeta— ingreso hace algunos días, ambos con impactos de bala, recibimos una llamada de Jarvis informando que estaban aquí, que mi cuñada está en terapia intensiva y necesita ser trasladada. . .— la mujer lo miró en silencio, pero una enfermera que llegaba los observó.
—¿Son los rusos?— preguntó amablemente— ¿Familiares de Mauro Jarvis?— Violeta no supo qué responder, no sabía que Jarvis se llamará así.
—Somos nosotros— dijo Mikhail.
—El jóven los ha estado esperando con impaciencia. Su esposa, la señora Helena, necesita ser trasladada de emergencia— ¿Helena? pensó Violeta mirando a Mikhail quién sólo asintió en silencio, así que se habían escondido bajo nombres falsos asegurando ser un matrimonio.
—Hemos volado desde Rusia— dijo Mikhail— tenemos un avión y personal médico calificado para asistirlos en el vuelo, se que es delicado moverlos pero solo estarán seguros en Rusia.
—¿Podemos verlos?
—Siganme— respondió— les llevaré con el señor Mauro— Ambos, tomados de la mano, siguieron a la mujer por los blancos pasillos del hospital, y luego se detuvieron tras ella frente a una puerta— cuando terminen busquenme en el área de información soy Maggie, iré agilizando el papeleo con los jefes para el traslado de los pacientes, además deberán firmar documentos donde se responsabilizan de la salida de ambos.
—Por supuesto, yo me encargaré de eso— dijo Mikhail.
—Bien, pueden entrar, yo me iré a ocupar con lo necesario— dijo la mujer antes de marcharse.
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