ENTRÉGATE romance Capítulo 44

—¿Qué crees que estás haciendo, Vladimir?, ¿Te has vuelto loco?

—Si— respondió — loco a causa de tu rechazo, aunque siempre tuve la sospecha de que tú anhelabas un encuentro más, pero Volkov te lo impedía.

—¿De qué estás hablando?— lo miró incrédula.

—Después de nuestro delicioso intercambio, nunca aceptaste un nuevo encuentro, y no te dabas cuenta que con cada rechazo solo lograbas obsesionarme más y más, comencé a desearte con desesperación, una deseo que no podía disimular, pero Mikahil decidió burlarse de mí, dejarme en evidencia como si fuese un imbécil que no pudiese controlar su líbido, eso me enfurecía más.

—Vamos Vladimir, ésto es una locura, Mikahil va a encontrarme y ésto no terminará nada bien.

—Las probabilidades de que Volkov te encuentre son. . . quizás un cinco por ciento, bastante bajas.

—Sabes que Mikhail me ama, aunque solo tenga un uno por ciento, no descansará, no dejará de buscarme. Aún estás a tiempo de corregir esto, déjame ir, y no diré nada, diré que escapé de mis secuestradores y que no logré verle la cara a ninguno.

—No soy tan idiota, Violeta, ya lo hecho, hecho está, no hay vuelta atrás, y yo tampoco quiero que lo haya, yo solo quiero disfrutarte a mis anchas, sin las reglas de Volkov, sin sus tonterías, estoy ansiado besarte Violeta— le acarició el contorno de la boca.

—No— Violeta alejó el rostro de él.

—¿Es que aún no lo entiendes?, no hay nada que puedas hacer, estás a mi entera disposición, cuatro cadenas te mantienen atada a la cama y si me haces enfadar te colocaré el collar para que no puedas si quiera girar tu rostro.

—Infeliz— le dijo mirándolo con odio.

—La infelicidad sería lo último que definiría mis emociones en este momento, estoy muy feliz. . . cómo decía, esas cadenas son ajustables, puedo tensionar, cerrar, separar tus brazos y piernas a mi antojo. Todo será más fácil si pones de tu parte.

—¿Vas a violarme?

—Voy a disfrutarte — la corrigió.

—Será una violación, porque no pienso colaborar Vladimir.

—Colaborarás, ya lo verás— sonrió — ésto no es algo que he hecho de la noche a la mañana, llevo mucho tiempo planificándolo para que sea perfecto. El cuarto de baño tiene lo necesario para ti, podrás ducharte y hacer tus necesidades. . . atada, no quiero sorpresas.

—No soy una bestia, no puedes mantenerme encadenada— le dijo furiosa.

—Curioso, ya que es exactamente lo que pienso hacer. Y tú, debes colaborar y ser buena. ¿Ves ese sistema en la puerta?— Violeta desvío la mirada hacia dónde él le indicaba— Solo yo puedo abrirlo— Violeta miró la puerta y luego a Vladimir, presionando sus labios con fuerza— si llegaras a cometer alguna tonteria. . . cómo matarme, terminarías muriendo aquí adentro conmigo, ya que soy la única persona capaz de abrir la puerta. Nadie sabe que estamos aquí, absolutamente nadie— los ojos de Violeta se llenaron de lágrimas.

—Vladimir, por favor. . .

—Debo advertirte que gritar es algo que no te ayudaría en lo absoluto, las paredes tienen espuma aislante, además de ser una pared contruída con hormigón y fibra de vidrio, podrías desgarrarte la garganta gritando y nadie te escucharía— sonrió con malicia— aquí pasaremos momentos deliciosos Violeta, solos tu y yo.

—Estás enfermo — le dijo con desprecio.

—Desde que te conozco estoy enfermo de pasión, enfermo de deseo y de las ganas de poseerte libremente.

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Olivia, intentaba no preocuparse pero estaba resultando difícil. Su celular timbró anunciando una llamada que resultó ser Jarvis.

—Mi amor— lo saludó cariñosamente— ¿Cómo estuvo tu día?

—Muy bien, Olivia, creo que en dos días podré regresar.

—Que alegría — dijo como niña emocionada— estoy tan ansiosa de verte, mi amor. Ya quiero que estés aquí.

—Yo estoy igual de ansioso.¿Tú cómo estás?

—Somos nosostros, querida— dijo Annika, quien venía llegando con Anouska, Varenka y tras de ellas un serio Dmitry.

—Oh Annika, son ustedes, que alegría recibirlos. Menos a tí — le dijo a Dmitry.

—Hoy vengo con bandera blanca— le dijo serio — estaba en casa de tía, cuando han decidido venir así que me he ofrecido a acompañarlas.

—Bien, pero pasen, tomen asiento, pidamos algo de comer o beber.

—¿Estás bien?— le preguntó Anouska con mirada preocupada.

—Si, estoy bien, gracias— le dedicó una hermosa sonrisa.

—Cariño, ¿No lo sabes?

—¿Saber qué?— Olivia la miró con ojos enormes cargados de angustia— ¿Qué sucede?— Varenka se cubrió las boca para ahogar un sollozo y Olivia la miró aterrorizada.—¿Mikahil, Violeta. . . están bien?— Dmitry la miró y frunció el ceño—¿Están bien?

—Cariño— Annika tomó las manos de Olivia y la miró fijamente — han secuestrado a Violeta.

—¿QUÉ?— gritó con dolor— ¿Qué dices?

—Se la han llevado— Sollozó Varenka. Olivia no lo soporto y se desmayó. Dmitry con un rápido movimiento la tomó entre sus brazos impidiéndole caer al suelo.

—¡Oh, por Dios!— gimió Annika, viendo como su sobrino, cargaba a Olivia en peso y se dirigía con ella al sofá, acostándola, completamente inconciente.

—Ha sido una impresión muy fuerte— dijo Dmitry — dame Whiskey, Vodka, cualquier cosa que sea alcohol, necesitamos un pañuelo, sales, cualquier cosa que nos ayude a despertarla.— Tomándo un pañuelo lo empapó de abundante Whiskey y lo acercó a la nariz de Olivia, quién comenzó a volver en sí, y despertar lentamente, abriendo los ojos con letargo se enfocó en Dmitry, con esfuerzo se sentó.—Olivia, ¿te sientes bien?

Olivia comenzó a sollozar con fuerza, sus sospechas eran cierta, su angustia de toda la tarde no le había mentido, Violeta estaba en peligro, Violeta había Sido secuestrada, ¿Volvería a verla? sus gritos de dolor lograron conmover a las mujeres presentes, quienes también lloraron. Dmitry se acercó para brindarle apoyo y Olivia se aferró a él como una desesperada. Varenka se giró hacia su madre para llorar llena de angustia, ella por lo general era una mujer fuerte, pero no ahora, ahora sólo necesitaba que su hermano encontrara a Violeta y los dos volvieran a casa sanos y salvos.

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