— Maya, ¿Podemos hablar de nosotros? — Preguntó Victor, estos últimos días él se había quedado y había estado visitando a los niños, ellos estaban intentando adoptarse a él y Victor buscaba hacer todo lo posible por qué ellos lo quisieran, que lo aceptarán en sus vidas como su padre. Ella había estado tratando de que todos convivieran en armonía, pero había evitado hablar de todo lo que él le había dicho y sobre su relación.
— Esta bien. — Aceptó ella sintiéndose nerviosa, siempre parecía estarlo al estar cerca de él, su corazón y las mariposas en su estómago siempre se descontrolaban al tenerlo cerca.
— Gracias por dejarme pasar tiempo con los niños libremente, pero quiero más, quiero estar contigo, quiero una segunda oportunidad, ya te expliqué todo lo que ocurrió, ahora necesito saber si serás capaz de perdonarme o al menos de dejar que me gane tu perdón poco a poco. — Espetó Victor y Maya frunció el ceño mientras sus manos comenzaban a sudar.
Ella entendía el porque él había tomado esa decisión que terminó por romper su corazón, pero aún esa herida le dolía demasiado y sabía que lo que ella había hecho, lo que había pasado por su culpa también lo había marcado a él, además estaba su padre, estaba segura de que Victor debería estar furioso con él, porque aunque ella se equivocó, en ese entonces era una niña y Victor la amaba, podía perdonar esto, en cambio Jerome ya era un adulto, sabía perfectamente que estaba ocultando cosas que si las revelaba podrían ayudar a encontrar el paradero de Aria, por eso no estaba segura si él podría perdonar esto, aunque desde que lo sabía nunca había hecho nada contra su papá, no sabía si esto permanecería así para siempre.
— No lo se, me cuesta mucho confiar en ti, porque a pesar de entiendo por qué hiciste eso, me dolió mucho, creo que pudiste encontrar otra manera, tal vez decirme la verdad como ahora, además está el asunto de lo que hice y también papá, ¿Tú crees que de verdad puedes perdonarme por eso? ¿Tú no piensas hacer nada contra mi papá? — Cuestionó Maya tensándose, aunque Jerome la había echado, ella lo amaba mucho, después de todo era su familia y no deseaba que nadie saliera lastimado.
Para la primera pregunta que ella había formulado, la respuesta de Victor estaba muy clara en su cabeza, porque él ya la había perdonado por lo que hizo hace mucho, era una niña asustada, en primer lugar nunca debió culparla, pero en cuanto a Jerome, esa parte si era realmente complicada. Antes pensaba dejar todo tal cual estaba, pero al enterarse de que él había echado a Maya sin piedad alguna, había cambiado de opinión, si no podía tener piedad con su propia hija no merecía la suya.
“Yo puedo contenerme y no hacerle nada porque amo a su hija, pero dudó que papá pueda hacer lo mismo y él merece saber la verdad, saber que lo que pasó con Aria no tenía nada que ver con él, porque siempre pensó que era por algo que él había hecho, que se la llevaron porque él también había tenido algunos problemas con Vladimir, en ese momento este último estaba furioso porque papá había tomado parte de el territorio que él controlaba, además los hombres de papá habían matado a muchos de los suyos, por eso nunca imaginó que todo era culpa de Jerome, porque nadie en ese momento conocía la venganza personal que Wladimir quería cobrar, porque a pesar de que odiaba a papá nunca tanto como a Jerome, este último le debía demasiado.” Pensó Victor arrepentido por haberle ocultado esta verdad por tantos años a su padre, cuando él merecía ese alivio, había tenido que atormentarse con algo que no merecía, incluso se había desvinculado de la mafia, había dejado todos sus negocios porque no quería poner de nuevo en riesgo a su familia, solo porque pensaba que él secuestro de Aria tenía que ver con él y no fue así.
— Si me das la oportunidad te juro que haré todo para que vuelvas a confiar en mí, te demostraré cuánto te amo y que hace mucho que te perdone, de hecho fue mi error culparte por eso en el pasado, solo eras una niña, pero en ese momento pensaba que mi hermana estaba muerta y tenía mucho odio en mi corazón.
— No respondiste a mi otra pregunta. — Susurró Maya, aunque se sentía muy aliviada por las palabras que él le había dicho, se dio cuenta que él había evitado responder su segunda pregunta.
— Joder Maya. — Murmuró Victor pasando los dedos por su cabello corto con fuerza, como si quiera arrancarlos, se sentía frustrado, no quería que ella sufriera más, pero también su propia familia merecía cerrar este capítulo trágico de sus vidas. — Puedo prometerte que no haré nada contra él e intentaré que mi papá tampoco lo haga, pero tengo que decirle la verdad sobre lo que pasó, no puedo seguir ocultando esto por más tiempo, mi familia merece un cierre.
Maya asintió, sabiendo que él tenía razón, ellos habían cargado con la parte más dura y no les correspondía, deberían poder terminar con este tormento y aunque ella temía mucho por su papá, quería poder protegerlo, no podía pedirle a Víctor que siguiera guardado ese secreto, no era justo.
— Esta bien, es justo que sepan la verdad, pero no creo que podamos estar juntos, yo estaré del lado de mi familia y seguramente esto terminará muy mal, aunque te amo, lo nuestro realmente es imposible. — Susurró Maya, sus ojos cristalizándose ante está realización, sabía que el papá de Victor seguramente querría venganza, así funcionaban las cosas en su mundo, sus familias podrían terminar en guerra y no tenía idea de que hacer, porque esto no solo implicaba que ella y Victor no podrían estar juntos, si no que los gemelos estarían en medio de este desastre, porque tendrían familia de las dos partes, ellos serían los más perjudicados en esto.
— Ya estábamos por salir cariño. — Respondió ella sin dejar de sonreír y camino hacia ellos para revolver sus cabellos. — ¿ya tienen hambre? ¿Qué quieren que les preparé?
— Maya, me gustaría invitarlos a cenar a los tres esta noche si estás de acuerdo. — Propuso Victor mirándolos, ella muchas veces no se sentía bien por su enfermedad, no quería que tuviera que esforzarse demasiado y además quería llevar a su familia a cenar a un lugar especial por primera vez.
— Yo si quiero. — Aseguró Jake y Maya asintió.
— ¿Qué piensas tú Marcus? ¿Quieres ir? — Preguntó Victor mirándolo con ternura y su hijo miro primero a Maya y luego de nuevo dirigió la mirada hacia su padre antes de asentir un poco dudoso.
— Esta bien, entonces iremos. — Dijo Maya y Victor sonrió.
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