— Su avance va bien señor Gray, pero es mejor si hacemos la terapia en un lugar más adecuado, hacer esto aquí hace que el proceso se vuelva un poco más lento. — Suspiró el terapeuta luego de terminar.
— Por ahora solo puedo hacer esto aquí, Max los acompañará a la salida, gracias. — Espetó Lucien y ellos asintieron antes de irse.
Después de verlos irse Lucien miró sus piernas, extrañaba poder moverse tan libre como antes, aunque estaba cerca de lograr su objetivo, esto era un secreto para la mayoría de las personas a su alrededor y debía permanecer así.
— Ya se fueron y tu abuelo llamó diciendo que los espera para cenar esta noche en su casa, también invitó a los padres de tu esposa. — Informó Max al volver a la habitación.
— ¿Él mismo te dijo que los invitó? — preguntó Lucien frunciendo el ceño.
— Si. — Afirmó Max.
— ¿Qué está planeando al hacer esto?
— No lo sé, aunque se conocen de años y él fue quien arregló tu matrimonio con ellos por esa razón, no son tan cercanos. — Respondió Max.
— Tendremos que ir para averiguarlo. — Murmuró Lucien pensativo, porque en realidad pensaba que su abuelo había decidido casarlo con Aria fue por la influencia de su tía, quien sí era bastante cercana a los Halls.
…
— Ya estoy lista. — Murmuró Aria al bajar las escaleras y Lucien alzó la mirada para sorprenderse al verla con un vestido negro ajustado, le quedaba perfecto a su cuerpo delgado y bien proporcionado, aunque no estaba muy maquillada, se veía perfecta y Lucien sintió como su garganta se secaba, su corazón se aceleraba y empezaba a sentir algo en sus partes bajas.
Ella le parecía muy hermosa y desde que había probado sus labios por unos segundos cuando le dio respiración boca a boca no había logrado sacarlos de su mente y deseaba poder volver a hacerlo, pero bien esta vez.
No recuerda nunca antes sentirse tan tentado por alguien como con Aria.
— Bueno vámonos de una vez. — Espetó Lucien con su voz más ronca de lo normal y bajando la mirada para asegurarse que nada pudiera notársele.
Aria asintió y se acercó a Luna para tomarla de la mano y los tres salir hasta el auto donde el chófer los estaba esperando.
El camino transcurrió en silencio porque Luna estaba jugando con su tablet, pero se había recostado de Aria en lugar de hacerlo de su padre y él frunció el ceño por esto, se sentía cada vez más preocupado por tanta cercanía de Luna con su falsa esposa, estaba seguro que tenía que apresurar sus planes.
Cuando llegaron al lugar, Aria ayudó a Luna a bajar y el chófer lo hizo con Lucien.
— Que bueno que está aquí Joven, vengan por acá, el señor y los demás ya los están esperando. — Saludó el mayordomo con una sonrisa, era uno de los trabajadores más antiguos y de mayor edad en la mansión.
— Es bueno verte. — Dijo Lucien, mientras avanzaban al interior de la mansión.
Al ver a las personas en el salón Aria se quedó de piedra por unos segundos al darse cuenta de que estaba lleno de personas y estaba tanto la familia de Lucien como la suya, incluso Noah había venido con Michelle.
— Vengan a tomar asiento. — Dijo Gerard al verlos, pero Aria seguía estática y Lucien al notarlo tomo su mano.
— Vamos para que te sientes con Luna. — le dijo él con voz suave y los presentes al igual que ella se sorprendieron y con esto finalmente reaccionó.
— Papá esto no es justo, Lucien tú no puedes tomar el cargo ahora, dile a papá que no lo quieres. — Exigió Diana y Lucien la miró entrecerrando los ojos.
Él no esperaba está declaración de parte de su abuelo y no era lo que deseaba, porque de nuevo los tendría queriendo atacarlo con más fuerza y no solo a él si no que también a Aria, su abuelo los había puesto en el ojo del huracán sin saberlo, pero ya no había vuelta atrás, porque aunque él no aceptara esto, ellos igual lo iban a atacar por el simple hecho de estar seguros de que no pueda arrebatarles lo que tanto quieren.
— Yo estaré de acuerdo con lo que el abuelo decida. — Espetó Lucien y Diana se levantó de su asiento alterada.
— Eres un desconsiderado, tu tío ha trabajado demasiado por este puesto, lo ha estado esperando por muchos años y ahora se lo quieres quitar cuando ni siquiera puedes cuidar de ti mismo por tu estado. — Gritó Diana mirándolo con odio y Lucien sonrió de lado con ironía al ver que su tía por fin mostraba su verdadera cara.
— Diana cállate ya y recuerda que aunque Mark es tu esposo y es parte de esta familia, no lleva mi sangre, él ya ha llegado lo suficientemente lejos para no llevar mi sangre en sus venas, debería sentirse honrado y no debería ni él ni tú ambicionar más y recuerda que las decisiones las tomó yo. — Declaró Gerard con voz fuerte, estaba furioso porque ella se atreviera a hacer semejante escena con invitados presentes.
— Pero papá, si es por eso Benjamín podría tomar el cargo, Lucien seguro está aceptando esto porque se ve obligado, pero no lo pongas en una situación tan difícil, tendrá que dar la cara a los medios y al hacerlo con esa máscara todos comenzarán a hablar y si se la quita será mucho peor. — Replicó Diana en voz baja, tratando de calmarse al darse cuenta de que se había equivocado y que no debió actuar así, ya que eso solo la pondría en evidencia, tenía que seguir pareciendo una hija desinteresada que solo busca el bienestar de la empresa y la familia.
— Abuelo yo no tengo problema en tomar este cargo, estaría muy honrado y mi papá me podría orientar. — Intervino Benjamín y Gerard lo observó por un momento antes de negar con la cabeza.
— No estás capacitado, quizás si la empresa queda en manos de tu padre, si Lucien no cumple con mi requisito, te podrás hacer cargo en unos cuantos años, cuando estés lo suficientemente preparado, pero ahora no es el momento y no se habla más del tema, mi decisión ya está tomada. — Espetó Gerard y todos se quedaron en silencio. Nadie estaba contento con este resultado, pero no sé atrevían a decir nada más para no molestar a Gerard de nuevo.
— Señor ya la comida está servida. — Anunció el mayordomo, interrumpiendo el silencio incómodo.
— Bueno entonces pasemos al comedor. — Dijo Gerard y todos se empezaron a levantar junto con él.
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