— Señorita, despierte por favor. — Pidió Rosa preocupada al ver lo mal que Mia estaba, ella tenía una fiebre muy alta y era difícil de poder bajarla cuando no estaba tomando ningún medicamento.
Mia abrió los ojos débilmente, los sentía demasiado pesados.
— Me duele mucho la cabeza y tengo frío. — Se quejó, mirando a Rosa que no dejaba de fruncir el ceño.
— Lo lamento mucho señorita, no he podido conseguirle ninguna manta ni nada parecido, sabe cómo es su padre. — Suspiró Rosa, viendo como los moretones en la cara y el cuerpo de Mia ya estaban empezando a mejorar.
— Señora Rosa, debería de irse, alejarse de aquí para siempre. — Susurró Mia con su voz llena de debilidad y Rosa suspiró poniendo una pequeña toalla húmeda sobre su frente, sintiéndose culpable porque Mia se preocupara por ella, aún después de terminar en un estado tan lamentable. Además lo de esa llamada había sido exagerado, Elijah en realidad la había amenazado para que le dijera esas cosas a Mia y la foto que le envío, ella lo había ayudado a hacer eso, no quería, pero había tenido que hacerlo por el bien de su familia y a pesar de que quería mucho a Mia, prefería que ella se arriesgara a que su familia terminara muerta a manos de Elijah, ella sabía muy bien lo despiadado que él podía ser, pero claro nunca imaginó que él subiría el castigo de nivel.
— Señorita, yo no me puedo ir de aquí, una vez que uno empieza a trabajar para tu padre la única forma de irse es muerto, además mi familia depende del dinero y no quiero dejarla sola en todo esto. — Explicó Rosa, por lo que ella tenía entendido es que nadie dejaba de trabajar para Elijah así como así, menos si sabía sobre sus secretos y con tantos años trabajando para él, era evidente que sabía muchos, nunca la dejaría ir y escapar era un riesgo demasiado grande.
— Rosa, él no es bueno, igual puede hacerles daño en cualquier momento, es mejor si se alejan todos. — Murmuró Mia antes de cerrar los ojos, se sentía muy mal, su cuerpo dolía y en ese momento su mente comenzó a llenarse de las imágenes de hace tres días cuando volvió al infierno.
Su papá la había bajado del auto y de inmediato en medio de la sala, incluso con los empleados mirando comenzó a golpearla sin parar, gritándole insultos, buscando hacerle más daño con cada golpe y a pesar de sus súplicas él no se detuvo, hasta que ella se desmayo y luego despertó encerrada en el frío sótano, durmiendo en el piso, con únicamente su ropa para cubrirla de frío, por eso tenía tanta fiebre.
— Mejor concéntrese en recuperarse señorita, no se preocupe por mí. — Dijo Rosa, se arrepentía mucho de lo que hizo al ver así a Mia, pero sabía que si ella no obedecía a Elijah su familia no tendría la suerte de estar vivos y al menos Mia si lo estaba.
Mia no dijo nada, volviendo a caer en la inconsciencia, con su fiebre aún demasiado alta y Rosa volvió a mojar la toalla para ponerla sobre su frente, ella le había estado pidiendo que llevarán a Mia a un hospital o al menos que la dejarán volver a su habitación, porque la frialdad del sótano no le estaba haciendo nada bien, pero ellos se habían negado.
— En verdad lo lamento señorita, usted no debería pasar por nada de esto, pero ese hombre que dice ser su padre es un monstruo y todos le tenemos miedo, no podemos hacer nada para ayudarla, si tan solo su madre no hubiese cometido ese error, quizás usted podría estar teniendo la vida feliz que merece. — Susurró Rosa, con su corazón apretándose al ver lo maltratada que ella estaba, no sabía cuánto más podría aguantar con fiebre, toda ella estaba ardiendo.
…
— Dean ella lo jodió todo, porque a pesar de que en realidad no pudo conseguir su objetivo, aún así me traicionó y no puedo volver a confiar en ella, sabes que eso sería un grave error. — Espetó Jacob sintiendo que su cabeza explotaría en cualquier instante, pero cuando a su mente llegó las palabras de despedida de ella y que parecía realmente dispuesta a morir, su corazón tembló.
Había estado tratando de no pensar demasiado en ese día, en lo que hablaron y por eso no se había puesto a analizar esto, pero sus palabras eran un poco raras, al igual que su actitud y que Dean dijera de que las cosas con su familia parecían ser extraña, lo hizo pensar mucho más, porque efectivamente ellos no parecían cercanos, entonces, ¿Por qué ella iba a hacer algo para ayudar a Elijah si no actuaban como padre e hija?
Sintió que aquí había algo mal y tomó su teléfono para llamarla, pero el teléfono estaba apagado y un mal presentimiento se instaló en su corazón.
— Jacob, ¿Qué pasa? — Cuestionó Dean confundido frunciendo el ceño, al ver que él se veía desesperado, llamando una y otra vez a un número.
— Prepara a nuestros hombres, iremos a casa de Elijah, daremos el golpe final, necesito que sea rápido. — Ordenó, sabía que quería matar a Elijah desde hace mucho, porque él había sido el primero en atacar, de él había provenido el tiro que llevo a su papá al hospital y después de ahí todo se complicó más hasta que su padre murió y como no podía vengarse de la persona que lo mato, porque no tenia idea de quién era, lo haría de Elijah, porque igual no lo dejaba de atacar, intentando quitarle lo que le pertenecía y sabía que nunca se detendría, no hasta lograr su objetivo o hasta que lo matara.
Y aunque había querido esperar un poco más para asegurarse de que nada saliera mal, en este momento se sentía realmente desesperado por saber de Mia, pero sabía que no podía aparecer en su casa sin ningún respaldo, la casa de Elijah estaba fuertemente custodiada, así que tenía que dar este golpe y vería si Mía estaba bien, si lo estaba igual cumpliría su objetivo de acabar con Elijah y dejaría que ella continuara con su vida, pero si ella no estaba bien sentía que se volvería loco, porque su corazón cada vez estaba más agitado y por alguna razón sentía que algo malo estaba ocurriendo.
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